Buena parte de la narrativa del gobierno de Javier Milei y sus iniciativas (Ley Bases, RIGI, reforma laboral) apuntan a “bajar costos” empresariales para hacer de la Argentina un lugar donde se concrete una “lluvia de inversiones” privadas y, en buena medida, provenientes del exterior.
Sin embargo, los números del primer año de administración de la ultraderecha indica que no hubo lluvia, ni siquiera una garúa, y los niveles de inversión productiva volvieron a caer.
Comerse la curva
Según el informe del Centro de Estudios Económicos de Osvaldo Ferreres y Asociados sobre inversión bruta interna mensual, en diciembre de 2024 creció un 19,9% sobre la del último mes de 2023, con un total de U$S 7718 millones puestos sobre la mesa. Según la consultora, en la base de ese crecimiento se encuentra el incremento de maquinaria y equipos, es decir, en activos fijos, con una suba significativa de 49,7% en la comparación interanual. Pero, al mismo tiempo, hay que observar que ese crecimiento está relacionado con la pésima performance en materia de inversión que tuvo diciembre del 2023.
“El principal motivo de esta suba es la baja base de comparación que dejaron las importaciones de bienes de capital en diciembre de 2023”, dijo la consultora.
La cifra de inversión acumulada de 2023 marcó una contracción del 13,4% respecto de 2022, con una caída del 21,6% en la construcción y del 6,1% en maquinaria y equipos.
El año 2024 no fue muy distinto. “La inversión durante el primer año de Milei fue muy mala. Profundiza incluso una situación de caída en la inversión que ya se venía dando desde septiembre de 2023 y que se profundiza con las primeras medidas que toma el gobierno actual con Luis Caputo como ministro de Economía. Él hace una devaluación muy grande, un salto del tipo de cambio del 118%, lo que profundiza la recesión, la caída en la actividad económica, el consumo”, señala el economista Gonzalo Finlez.
El año pasado, tanto el primero como el segundo y el tercer trimestre dieron números negativos en materia de inversión en la comparación con los mismos períodos del año 2023: -21,2%; -25,6%; y -14,6%, respectivamente. Recién en el cuarto trimestre la inversión toma números positivos: llega al 4,4%. En cuanto a su representación como porcentaje del PBI, a finales de 2024, la inversión es de apenas el 19,3%, por debajo de todos los trimestres de 2023 y 2022. Se considera que en los países en desarrollo, la inversión debe rondar el 25% del PBI para lograr reemplazar los equipos gastados y aumentar le parque productivo.

Según el Indec, en el tercer trimestre de 2024 (último informe) la formación bruta de capital fijo cayó un 16,8% interanual: “De los sectores de actividad, se destacaron los descensos en Construcción (-14,9%), Pesca (-6,7%) y las actividades de Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-6,1%). A su vez, creció el sector de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (13,2%)”.
El Indec indicó que el uso de la capacidad instalada de la industria en noviembre de 2024 estuvo en el 62,3%, más de cuatro puntos por debajo del nivel de un año atrás. Además, la variación de existencias (stocks o inventarios) creció un 30% en el tercer trimestre de 2024 respecto del mismo mes de 2023. En general, la liquidación de stocks es la primera acción de las industrias ante un ciclo recesivo y con buena parte de la capacidad instalada ociosa. Eso fue lo que sucedió en los dos primeros trimestres del año 2024, cuando cayeron en 29 mil millones y 10 mil millones, respectivamente. El crecimiento verificado en el tercer trimestre habla de una recomposición de ese stocks, por lo que margen para inversiones, hay. Pero, ¿vienen o no vienen?
RIGI y otras yerbas
Una de las expectativas en materia de inversión se dio a partir del RIGI, votado al calor de la Ley Bases. “Allí se observa un magro desempeño: en la gran mayoría de los casos, sino en todos, lo que estamos viendo es que son anuncios, no estamos viendo incrementos efectivos de desembolsos de dólares ni de maquinaria o equipos”, indica el economista Juan Manuel Telechea.
Un informe de la agencia Bloomberg del 3 de enero de este año indica que se presentaron ocho proyectos y que recién uno fue aprobado: una iniciativa de YPF Luz para la construcción de un parque solar.
“Estas inversiones grandes, las extranjeras, las del RIGI, están frenadas -indica Finlez-, hasta que no se termine de esclarecer cuál es el rumbo que va a tomar el gobierno. Particularmente el debate que está teniendo todo el país en estas semanas, que es el nivel del dólar y los controles de cambio. La discusión sobre cuál va a ser el próximo régimen cambiario que va a tener Argentina”. Finlez piensa que puede aumentar el nivel de inversiones pero que no sabe si será este año, por la discusión recién planteada.
El dato con la suba de la inversión en el último mes puede generar expectativas en el gobierno, pero no se condice con la realidad: el magro diciembre de 2023 y el mal desempeño del RIGI, incluso con beneficios extraordinarios, hablan de otra cosa.
En este año se prevé que la economía crecerá hasta un 5 por ciento. Si la tendencia de los dos últimos años sigue, la lluvia de inversiones podría escasear. «