Esta es una historia particular, pero puede ser una metáfora de lo que significan las políticas nacionales actuales. Sobre todo un eje primordial de La Libertad Avanza: retirar al Estado, que no haya más obra pública. Eso lo vive Natalio Lattanzi, intendente de Rufino, provincia de Santa Fe, que hizo campaña y festejó el triunfo de Javier Milei en el Balotaje, y que hoy pide que le realicen la obra en la Ruta Nacional 33.

«Hoy volví a solicitar arreglo ruta 33 Rufino Villegas, DNV (Vialidad) y también a la empresa que tiene a cargo la obra», posteó Lattanzi el lunes a la mañana. El trayecto en esa zona provoca siniestros y roturas en los vehículos (como los de la foto que publicó el jefe comunal). El problema de fondo necesita de un Estado nacional presente con una obra que atraviesa diferentes departamentos y jurisdicciones.

Una ruta en obra

La Ruta Nacional 33 históricamente es un corredor peligroso en materia vial. La gestión anterior había comenzado con proyectos para armar autopista en ciertos tramos, y remodelar otros que sufren roturas hace tiempo. En septiembre del 2023, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación (en ese entonces liderado por Gabriel Katopodis), a través de Vialidad Nacional, adjudicó la obra de transformación en autopista de la Ruta Nacional 33, en el tramo comprendido entre el Acceso a San Eduardo y Murphy (RP 94), para construir 39 kilómetros de la nueva autopista con un plazo de ejecución de tres años. Unos 75 kilómetros al norte de Rufino.

Vialidad Nacional también avanzó el año pasado con la licitación de la repavimentación entre Zavalla y Pujato (contrato que incluyó intervenciones en las travesías urbanas de ambas localidades y en el intercambiador de RN 33 con RN A012); trabajos de mantenimiento y conservación para el corredor, desde la ciudad de Rosario hasta el acceso a San Eduardo; y la autopista entre Tornquist y Bahía Blanca, ya en territorio bonaerense.

Esas licitaciones continuaron su camino en 2023, por más de 75.000 millones de pesos, y se les sumaba otra obra lanzada un par de años atrás que también tuvo fuerza en 2023, por 6.500 millones de pesos: 97 kilómetros de repavimentación y calzado de banquinas desde General Villegas hasta Rufino. La obra avanzó sobre todo de Villegas a Piedritas, y le seguía el tramo de Piedritas a Rufino, hoy el más complicado para transitar. Pero todo eso fue frenado o puesto en suspenso por la decisión del actual gobierno nacional (que Lattanzi apoyó y apoya) de cancelar la obra pública. La variante propuesta: que la hagan los privados, o las jurisdicciones implicadas.

Colaborar

Una vez realizado el posteo en Facebook, el intendente de Rufino recibió cientos de comentarios (cuando un posteo promedio suyo no tiene más de uno o dos comentarios). La población se acordaba sus fotos con leones en los días de triunfos libertarios.

Un usuario le escribe: «Primero te felicito que se pueda comentar… Pero nos estás cargando a todos, vos apoyas este proyecto de país donde proponen terminar con la obra publica. Y lo que pedís es obra pública, como menos contradictorio lo tuyo». Lattanzi le responde: «la obra está adjudicada y a cargo de una empresa, las gestiones no paran nunca independientemente a quien apoyé, se trata de colaborar no bardear».

Rufino es del PRO, del ala más cercana al mileísmo, del sector de Patricia Bullrich. De hecho en noviembre posó sobre un león para festejar el triunfo de Milei, y en diciembre se mostró de manera pública a favor del Mega DNU 70 que, entre otros puntos, deroga la ley de Compre Nacional, lo cual expondrá a los constructores locales a una competencia desleal frente a ofertas de empresas extranjeras, muchas de ellas que cuentan con apoyo económico y financiero de sus respectivos gobiernos.

A su vez, la delegación de facultades le permitiría al Ejecutivo modificar o eliminar fondos fiduciarios que financian obras, y renegociar o rescindir contratos. Mientras se mantiene el presupuesto 2023, con inflación interanual que superó el 200%.

Condena y revocación

En medio del proceso electoral, donde se impuso en las PASO y luego en la intendencia, Natalio Lattanzi estuvo envuelto en una causa judicial. En agosto de 2023 fue condenado en en primera instancia por “negociaciones Incompatibles con la función pública” y “violación de los deberes de funcionario pública”, entre otras acusaciones. Y en noviembre salió absuelto por la Cámara de Apelaciones, lo que le permitió estar hoy como intendente.

La causa giró en torno a una licitación en la que estuvo involucrada una empresa familiar. En 2016 desde el Concejo Deliberante de su ciudad alertaron sobre una maniobra sospechosa. La pareja de Lattanzi, Marisol Raspo, se había presentado con la empresa familiar «Transporte La Rubia» a una licitación pública municipal para la adquisición y traslado de 7.500 toneladas de piedra dolomítica en el marco de una obra de consolidación de calles cuya licitación ascendía entonces a $2.976.600. La firma familiar estaba integrada, en ese entonces, por la propia Raspo como socia gerente, y Natalio Adelio Lattanzi, hijo del intendente, y su madre Emilia Romacho.

El juez Aldo Baravalle logró comprobar un grado de culpabilidad del dirigente político y lo condenó el pasado 31 de julio a dos años de prisión condicional e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Y Raspo, su pareja, recibió un año y tres meses de pena, en calidad de partícipe necesaria.

El fiscal de Rufino, Menéndez, había acusado a Lattanzi de “haberse interesado, en su condición de intendente de la municipalidad de Rufino, en la adjudicación de la licitación pública para la adquisición de 7.500 toneladas de piedra dolomítica a la empresa familiar (…). Toda vez que Marisol Alejandra Raspo, en su carácter de socia gerente de dicha empresa, adquirió el correspondiente pliego y presentó oferta, siendo considerada por Abel Natalio en su calidad de Intendente Municipal de Rufino y presidente de la Comisión evaluadora y adjudicación respectiva».

Pero en noviembre el tribunal revisor dejó sin efecto la condena dictada por Baravalle por considerar que la conducta achacada a Abel Natalio Lattanzi “no reúne los elementos objetivos y subjetivos requeridos por el tipo subjetivo”. Sostuvieron que el “conocimiento” de Lattanzi sobre la eventual presentación de la empresa Transporte La Rubia S.R.L. en el proceso licitatorio no representaba «un interés personal indebido (ajeno al de la Administración Pública) en la adjudicación del contrato» y que además, ese conocimiento fuera acompañado de la “voluntad” de condicionar la voluntad negocial de la Administración «en aras de obtener un beneficio personal -propio o familiar- a sabiendas de la existencia de aquella incompatibilidad». El fallo señala que “no surge prístino de las presentes actuaciones, además de ser rotundamente negado por el acusado, pues no puede desconocerse que la conducta que desplegara, si bien éticamente cuestionable, funcionó en la práctica como un atípico pero eficaz mecanismo de regulación de precios».

Lo curioso es que la defensa fue que el intendente, además de rechazar enfáticamente que su conducta tuviera base en un proceder doloso (aunque admitió la posibilidad de cometer errores “como cualquier persona) hizo hincapié “en una vida dedicada al trabajo”, y es por eso que piensa que la gente no lo condena, porque saben quién es, lo que hace, hizo y cómo piensa, “como persona de bien que es”.