“Cuando hay una crisis económica en el país donde primero se siente es en el sector textil, porque la gente evita comprar indumentaria. Y cuando levanta la industria textil es porque Argentina está bien”, contó a Tiempo Roberto López, secretario General de la Asociación Obrera Textil (AOT), en la provincia de Tierra del Fuego.
La situación económica actual y las medidas del gobierno nacional impactan de lleno en este sector que ya atraviesa una nueva crisis. En ese contexto, los trabajadores fueguinos cuentan que desde diciembre del año pasado ya han cerrado dos plantas y se perdieron unos 150 puestos de trabajo.
Los argumentos que brindan los empresarios, más básicos, giran en torno a la falta de ganancias por las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, que generan caída de consumo. No hay ventas y falta la materia prima para producir en su mayoría telas (frisa, algodón, polar, sintético) que se envían a Buenos Aires a confeccionar.
Al respecto, López comentó que por esa razón se reduce la mano de obra. Además, mencionó como otro factor a la apertura de importaciones. “No se puede competir contra China ni contra Brasil con el tema de los precios y eso perjudica directamente a los trabajadores, porque así vienen las suspensiones y desvinculaciones”.
En la provincia más austral, las fábricas producen hilandería y tintorería. En la actualidad, se encuentran todavía en actividad Hilandería Fueguina, FabriSur (que trabaja para la marca Adidas), CORDONSED S.A y Australtex.
El caso Teo Grande, Barpla y Textil Río Grande
La fábrica Teo Grande cerró sus puertas a finales de 2024 dejando a unas veinte familias en la calle. En cuanto a la planta textil Barpla, los trabajadores llevan 20 días sin actividad por no contar con materia prima. Esta semana harán un abrazo solidario a la industria textil.
Tiempo también conversó con Germán Resquin, delegado gremial de Barpla. ”Hay dos compañeros que están en el sector del laboratorio haciendo algunos análisis y muestras de la parte técnica y de los procesos que se hacen, que es lo que está pidiendo ahora la Nación. Seguimos poniendo a punto las máquinas, hay dos compañeros más con eso, pero estamos parados y seguimos sin producción”.
En tanto, días atrás cerró sus puertas Textil Río Grande. Desde SETIA, Rodrigo Cárcamo explicó a este medio que “la empresa se encuentra cerrada, lo único que ha hecho fue pagar una paupérrima suspensión. Esto finalizó con el anuncio de la empresa de que no tenían plata para pagar ni siquiera de las suspensiones que se estaban llevando adelante”.
Como representante de la AOT, Diego Abregu contó a Tiempo que esta planta “venía con problemas desde 2020, ya tenía baja producción. Así hasta diciembre del año pasado que comenzó a tener suspensiones. Los trabajadores tenían un salario del 75% del neto, que equivalía al 45% del bruto. Después, la empresa ofreció a sus empleados retiros voluntarios con una indemnización al 60%, que en algunos casos son en hasta 24 cuotas”.
“Actualmente no cobran dos o tres quincenas y quedan alrededor de 20 empleados, que van a querer judicializar para en algún momento poder embargar esa fabrica y cobrar lo que corresponde”, agregó.
Como el resto de los trabajadores, Cárcamo sostuvo que “el cierre aduce a la baja en el consumo debido a esta economía que con este nuevo gobierno nacional empeoró todo lo que teníamos en la industria interna. Hoy lo vemos reflejado en otras empresas que están produciendo en un 25% y esto no es solamente en la provincia”.
Castigo al sector textil desde hace tiempo
En diálogo con Tiempo, Alberto Garófalo -apoderado general de la CAFIN (Cámara Fueguina de la Industria Nacional)- explicó que el conflicto con las textiles viene de lejos. Haciendo un poco de historia, señaló: “Ya a principios de los 80, cuando llegaron las primeras radicaciones de esta rama a Tierra del Fuego despertaron la preocupación de un grupo de empresa que funcionaban en Trelew (Chubut) al amparo de la vieja ley de promoción nacional, hoy derogada”.
“Vieron en el marco de la Ley 19.640 la posibilidad de que crezca una competencia en el mercado interno que no estaban dispuestos a consentir. Lo curioso es que en ese momento la posibilidad de radicarse en la isla estaba abierta, pero no querían afrontar el esfuerzo de inversión y el desafío logístico que planteaba”, agregó.
“Así tras una fuerte campaña de lobby consiguieron que en 1983 las textiles fueguinas aparecieran como no prioritarias, y pasaron a pagar el 50% de los aranceles de importación. No olvidemos que, para el continente, el textil es el sector más protegido a nivel nacional frente a las importaciones del exterior. Pero luego el enemigo es el régimen fueguino”.
En cuanto a la actualidad, Garófalo indicó que “se está a la espera de que se comiencen a actualizar los pedidos de prórroga que solicitaron las empresas en virtud del decreto 594/2023 firmado por el ex presidente Alberto Fernández. Recordemos que a este sector se le van a otorgar solamente 5 años de extensión, prorrogables por otros 5 años más y no por 15 como se le concedió al resto de las actividades promocionales”.
No obstante, indicó que “una vez más se discrimina a las textiles en el tratamiento impositivo, debido a que el próximo 1 de enero comienzan a perder beneficios a un ritmo del 2,3% anual acumulativo sobre todas las exenciones vigentes”.
En este punto, Abregu recordó: “En octubre del 2023 -después de dos años de lucha- con Textiles Unidos se logró que se incluya en el decreto de promoción industrial a las textiles. El hecho de que estemos dentro del subrégimen es importante, mas allá de todos los conflictos que resultan de la falta de consumo, que lleva a la falta de venta y el empresario lo que hace en esos momentos es suspender o desvincular”.
Crecen las expectativas por la reunión de la Comisión nacional para el Área Aduanera Especial, que se realizará en septiembre en Ushuaia, donde se definirá qué empresas quedarán amparadas por los beneficios fiscales que tiene la provincia.