«Estamos en el buen camino. Por eso los convoco a seguir trabajando juntos y que estos nuevos datos nos sirvan para entender que el camino que emprendimos tiene una meta única y clara: reducir la pobreza», dijo el presidente Mauricio Macri el 29 de marzo, cuando buscó mostrarse exultante para celebrar, con notable entusiasmo, la disminución de la tasa de pobreza al 25,7%, de acuerdo a los números del INDEC. La algarabía se escurrió como el agua en las manos. Apenas sesenta días después, el cristal construido por el aparato comunicacional de la Casa Rosada para confirmar una pendiente declinante de la pobreza, se hizo trizas esta semana en boca de Agustín Salvia, el titular del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) que anticipó un previsible aumento. “Las evidencias muestran que va a haber un importante aumento de la pobreza”, porque “la tendencia a la mejora que se habia observado en el segundo semestre de 2017 se vio paralizada con un rebote inflacionario en el tercer trimestre”, aseguró el especialista y desató la furia del Gobierno. Con Salvia y, por su intermedio, con el clero.
En ese contexto político, este jueves el papa Jorge Mario Bergoglio recibió en Roma a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y a dos de sus funcionarios más cercanos: el jefe de Gabinete provincial, Federico Salvai y al secretario General Fabián Perechodnik. Tanto Vidal, como Stanley y su consorte Salvai, integran el equipo de políticas sociales del PRO, desde el primer mandato de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño. Ahora tienen la misma autoridad para el Presidente, pero con alcance federal, y especialmente sobre el área metropolitana.
El encuentro en Roma no fue acordado de urgencia. Según confió una fuente oficial estaba previsto desde hace meses, pero sucedió en el máximo hermetismo. Sin embargo, este diario pudo saber que “no fue una buena reunión, porque Francisco está un poco agotado de escuchar los informes del país idílico que le mencionan los funcionarios del Gobierno, que realmente no se condice con la información que maneja y que le reporta el Episcopado sistemáticamente”, confió una alta fuente que siguió en detalle los contornos públicos y privados del encuentro romano.
Los anticipos de Salvia sobre un estudio estadìstico que aun no fue concluido incomodaron a la Casa Rosada. “Durante el kirchnerismo, hacían un informe cada seis meses y ahora anticipan todo el tiempo, la verdad que es injusto”, bramó un funcionario que responde a los viajeros que estuvieron en Roma. La inquina oficial con Salvia tiene una razón de mucho peso, porque a fines de marzo, cuando le recomendaron a Macri que anunciara la reducción del índice de pobreza, en el Gabinete ya sabían que el indicador iba a empeorar. “Antes de la corrida del dólar ya esperábamos que los números no fueran buenos, y ahora nos preparamos para estadísticas un poco más difíciles”, reconoció uno de los técnicos que analiza la evolución de las cifras desde las entrañas del Gobierno.
La contracara del “país idílico” que ya no suma adhesiones dentro del Vaticano, es construida pacientemente por el mando de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que conduce Oscar Ojea Quintana, quien también le advirtió tanto a Stanley como a Vidal sobre los preocupantes reportes del incremento de la pobreza en el Conurbano bonaerense y en los grandes núcleos úrbanos del interior del país. El mando de tropa del clero, y distintos obispos bonaerenses, hicieron llegar las mismas preocupaciones directamente a Roma, con un detalle que Bergoglio habría hecho valer ante los funcionarios argentinos que transitaron por la Plaza San Pedro. No fue la única incomodidad: en Roma también exudan malestar por la posible legalización del aborto a través de un debate legislativo en el que los voceros de la Iglesia no pudieron salir de polémicos y añejos postulados que los dejaron más aislados que antes.
“Una de las mayores preocupaciones de Vidal gira en torno a las consecuencias sociales del traslado a los precios de la corrida del dólar, es la primera prioridad”, explicó a Tiempo una fuente que estuvo en Roma. Hasta que la comitiva se subió al avión de regreso a Buenos Aires, el plan oficial incluía una reunión con las organizaciones sociales para esta semana, con el aventón del encuentro papal, pero los resultados ásperos de la cita, habrían obligado a un cambio de planes y adoptar mayor cautela. “Si Francisco se hizo kirchnerista para bancarla a Cristina en la última parte de su mandato, esperamos que tenga un gesto con nosotros en esta etapa”, chicaneó una fuente, para confirmar la expectativa de los visitantes al Vaticano, que iban a solicitarle a Bergoglio “un poco de moderación de la Iglesia” sobre la situación de pobreza y un elíptico pedido para que Salvia guarde silencio. La respuesta, según las fuentes, no fue la esperada. A pesar de los esfuerzos oficiales por “desdramatizar” su impacto, en el Vaticano piensan exactamente lo contrario, con una preocupaciòn que podría implicar abiertos rechazos bergoglianos, al calor de una doctrina que contrasta con los postulados del PRO. «
Apoyo de Lagarde a Macri en el G7
El presidente Mauricio Macri se reunió con la canciller de Alemania, Angela Merkel, y también dialogó con la primer ministra del Reino Unido, Theresa May, en el marco de la Cumbre del G7 que se desarrolló en Quebec, Canadá, a la que asistió como observador, en su rol de titular del G20 que se reunirá a fines de noviembre en Buenos Aires. Además, dialogó con el primer ministro japonés, Shinzō Abe, con el primer ministro de Vietnam, Nguyn Xuân Phúc, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anfitrión del cónclave. En una jornada de intensa actividad, Macri mantuvo un encuentro con la directora ejecutiva del Banco Mundial, la búlgara Kristalina Georgieva, y previamente concretó su primera reunión con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, tras el acuerdo «satnd by» por 50 mil millones de dólares suscripto con el organismo financiero.Las reuniones tuvieron lugar en Charlevoix, localidad sede de la cumbre, en el Hotel Fairmont Le Manoir Richelieu, un complejo a orillas del río San Lorenzo, a unos 140 kilómetros del centro de Quebec.Tras su encuentro con Macri, Lagarde consideró que el plan del gobierno argentino “fortalecerá la economía” del país “a corto plazo y estimulará el crecimiento”. «El Presidente Macri y yo sostuvimos una reunión muy constructiva. Reiteré mi respaldo a las importantes reformas anunciadas por el ministro (Hacienda) Nicolás Dujovne y por el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Consideramos que el plan económico de las autoridades argentinas fortalecerá el crecimiento y la creación de empleo de cara al futuro”, sostuvo Lagarde.
En un comunicado difundido por el FMI, la funcionaria del organismo internacional remarcó que “la protección de los pobres y los más vulnerables es un componente crítico del plan”, que instrumentará la administración de Macri y señaló que ese “enfoque” cuenta con todo su “apoyo”.
“Asimismo, me siento alentada por los esfuerzos del gobierno por eliminar las disparidades entre hombres y mujeres en Argentina y avalo plenamente sus planes en ese sentido. Espero continuar nuestro diálogo en el contexto de la reunión de los ministros de Hacienda y los presidentes de los bancos centrales del G20 que tendrá lugar en Buenos Aires en julio», subrayó Lagarde.