Se conocieron en 1992, en el taller de teatro de Martín Salazar (Los Macocos). Tenían 19 y 23 años. Querían ser actores y tenían facilidad para el humor. Dos años más tarde Pablo Herrero y Ernesto Sánchez formaron la dupla que hoy, 25 años más tarde, los encuentra todavía con las mismas ganas de armar proyectos para chicos, con su particular humor que deleita a los acompañantes mayores y forma en escena juegos que enganchan a los chiquitos de una forma natural.
Sánchez explica: “Desde el primer espectáculo que hicimos siempre es igual, nos sentamos con Pablo y hacemos un puente hacia la infancia para acordarnos qué nos gustaba a nosotros. Qué era lo que nos divertía, para tomarlo algo de referencia. Y a partir de eso empezar a armar un mundo. Ahí empezó ese germen con el que aún disfrutamos.”
Los Cazurros por estos días presentan Súper Hits, un compilado con las situaciones más divertidas y desopilantes de todos sus espectáculos previos. Retazos de sus shows que muchos chicos no vieron. Tomaron elementos de shows ya clásicos como Diversión, Juego divino, Al rescate de la imaginación, El túnel del juego e Invasión, entre otros, siempre con la palabra mágica que los ayuda como arma principal: “asauo”.
“Es un código que les gustó a los chicos –señala Herrero–. Pero es algo que surgió así, de la nada. Con mis primos y mis hermanos teníamos un idioma propio y ‘asauo’ era parte de ese idioma. Una vez estábamos haciendo nuestro espectáculo y se nos ocurrió hacer de superhéroes y era una palabra mágica que nos ayudaba cada vez que estábamos en problemas y en peligro. Funciona como un superpoder de los superhéroes. Es, a la vez, aferrarse a un pensamiento lindo, una expresión de deseo. Siempre lo explico porque es algo que nos une a los chicos, es una propuesta de juego y el chico se prende porque es algo innato, le sale solo. Es como el famoso ‘¡dale!’ que reafirma determinada situación. ‘Asauo’ nos da esa chance.”
Los Cazurros llevan editados dos libros por Editorial Planeta, varios CD con la música original de sus espectáculos y los DVD de las obras realizadas. Tomaron el nombre de los juglares más vagos y malandras de la Edad Media. Herrera y Sánchez empezaron a la gorra, llegaron a la calle Corrientes (producidos por Mario Pergolini), pero nunca perdieron de vista el puente a la infancia: ellos juegan como niños cuando piensan y realizan sus espectáculos.
“Yo soy porteño pero crecí en un pueblo de Santa Fe, donde mi vieja trabajaba, entonces era salir a jugar todo el día, y Pablo vivió lo mismo en Mar del Plata. Nos juntamos para acordarnos de ese mundo, para contar historias. El tiempo pasó y no nos dimos cuenta, porque el motor siempre estuvo funcionando así que siempre tenemos que armar algo y tenemos muchas ideas. Es una profesión que hacemos con amor y pasión”, explica Sánchez, quien cuenta que el equipo siempre es el mismo desde el principio, tanto para la música, los disfraces, el arte y todas las capas del espectáculo.
Para poder crear se permiten jugar. Nunca dejan de hacerlo. Su estilo es siempre centrarse en los chicos pero que los grandes disfruten, invitando a que se sumen al juego. “Al hacer funciones casi todos los días, buscamos chistes internos, coyunturales y lo fuimos tirando y vimos que funcionaba, sobre todo para nosotros que nos matábamos de risa. Y abajo también. Improvisamos, pero nunca nos vamos del universo que armamos para que los chicos no salgan de ese imaginario. Para nosotros eso es sagrado”, cuenta Herrero. Sánchez, por su parte, completa: “Algunos entiende un chiste y otro entiende otros, o a los más chicos le gusta esto y a los más grandes lo otro. Si alguien se queda afuera de algo, no importa porque nuestro lenguaje tiene eso, tiramos y si pasa, pasa. Al niño no le molesta y el grande se ríe, ¿entonces por qué no hacerlo?” «
Los Cazurros. Súper hits. Domingo 28 de julio, viernes 2 y sábado 3 de agosto a las 16:30 en El Chacarerean Teatre, Nicaragua 5565.