Honduras se enfrenta este domingo a elecciones que probablemente se definirán entre el candidato del gobernante Partido Nacional, Nasry Asfura, y la líder del izquierdista LIBRE (Partido Libertad y Refundación), Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado por el golpe de Estado en 2009. Un sondeo revela que la candidata cuenta con el 38% de las preferencias de votos, frente al 21% de su rival más cercano, el conservador Asfura.
Se trata de un país con una grave crisis estructural, agravada por la pandemia. Un país con el 52% de su población en la pobreza extrema, para completar el 73% por debajo del umbral de pobreza. Otra cifra que arroja la Universidad Nacional de Honduras indica que el 72% se encuentra en la economía informal y se disparó el número de personas que emigran.
La crisis política e institucional comenzó con el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en 2009, orquestado por los EE UU y ejecutado por las Fuerzas Armadas. A 12 años el golpe, las heridas no se cerraron. Asumió de facto Roberto Micheletti (2009-2010) y lo sucedió Porfirio Lobo Sosa (2010-2014). Igual que Juan Orlando Hernández (2014 al presente, señalado con vínculos con el narcotráfico), buscaron imponer un modelo neoliberal extractivista y multinacional, con mucho de autoritarismo y alto grado de represión, con gran control sobre la sociedad civil, a través de leyes como las de escuchas telefónicas, por caso, y la creación de Fuerza Nacional de Seguridad Interagencial (FUSINA) y la Policía Militar para el Orden Público (PMOP) integrada por oficiales que fueron entrenados por el Comando Sur de USA.