En el estadio Mario Kempes de Córdoba, Tigre tuvo su premio histórico. El equipo de Néstor Gorosito, uno de los que mejor fútbol jugó desde que asumió el DT, descendió a la B Nacional por el injusto sistema de promedios, que parece llegar a su fin a partir del año próximo. Así, descendido y todo, Tigre demostró ser mejor que Boca, al que venció 2 a 0 con goles de Federico González y Lucas Janson de penal, como en el torneo anterior demostró ser mejor que muchos otros equipos.

En esta extraña Copa de la Superliga, venció también a Racing, el último campeón, y fue claramente superior a todos sus rivales. Así, jugará nada menos que la Copa Libertadores 2020, al mismo tiempo que intente regresar a la Primera División, de la que no debería haberse ido.

El partido en Córdoba se resolvió en el primer tiempo, cuando un Tigre categórico aprovechó sus únicas chances y marcó las diferencias. Del otro lado, un Boca que nunca dejó de atacar, pero que reflejó sus falencias en la extraña ineficacia de Benedetto para definir, a veces por poca suerte y muchas otras por errores insólitos del goleador.

Allí quedó en la noche de Córdoba, el Tigre campeón. Por primera vez en su historia en la máxima categoría del fútbol argentino. Un Tigre milagroso, conmovedor, solidario y convencido de sus atributos. Pero por sobre todo, un Tigre con muy buenos jugadores y que se consolidó, entre sus penurias, como un gran equipo.