Evita Morales lleva ese nombre porque lo decidieron su madre, su tía y su madrina. El padre lo aceptó. Todos eran orgullosamente peronistas. «Recuerdo cuando estaba en la Escuela Normal Estados Unidos, en el centro de San Martín, y una de las tantas profesoras gorilas que tenía, la de Educación Democrática, no pudo más de la bronca y con desdén me preguntó por qué me habían puesto ese nombre. Yo le contesté: ‘porque nací en el ’52 en el primer barrio obrero’«, respondió en ese momento una joven Morales que aclara que se llama «Evita, no Eva«.

La mujer se refiere al barrio Villa Concepción, enclavado en el partido de San Martín, una de las zonas del conurbano que a mediados del siglo pasado se caracterizó por su desarrollo industrial. «Es el primer barrio obrero a nivel estatal, porque ya había barrios obreros hechos por empresas o instituciones para sus empleados como el de los Ferrocarriles, en Boulogne, o los de Cutral Co, de YPF. Pero este fue a nivel nacional». La piedra fundamental se colocó el 23 de mayo de 1944. El jueves cumple 80 años.

Morales, que preside la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de la comuna y que escribió el libro «Villa Concepción, el primer barrio obrero», resalta que el barrio iba a inaugurarse cuatro años después, «pero en febrero del ’46 se hacen los sorteos y los adjudicatarios que ya tenían designadas sus casas vinieron a visitar el lugar y al ver que las viviendas estaban terminadas, pidieron autorización para venir. Por lo que entre septiembre y octubre se instalaron las primeras familias».

El barrio de Villa Concepción y un programa modelo

El 27 de noviembre de 1943, el entonces coronel Juan Domingo Perón creó la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Fue ella quien realizó las obras que finalmente tuvieron su inauguración en el ’46, aunque faltaban algunos detalles como las medianeras, entre otros trabajos menores. Este programa de viviendas fue sucesor del denominado «Casas Baratas».

Las beneficiarias debían ser familias compuestas por un matrimonio –con la respectiva libreta de casamiento–, tener más de dos hijos y un sueldo mínimo de obrero, del cual se le iba a descontar aproximadamente un 30% para pagar la cuota.

«Estaba dirigido a la gente que vivía en conventillos o en habitaciones alquiladas en casas de familia, o que venían de provincias, o extranjeros que huían de la Segunda Guerra Mundial», cuenta Morales. De estar hacinadas, las familias pasaban a tener un espacio confortable con dos o tres habitaciones, baño, cocina y comedor con todas las instalaciones; incluso tenían cloacas y agua corriente, convirtiéndose así en el primer barrio en contar con este servicio en el partido.

El de Villa Concepción (con 520 casas) fue el primer barrio obrero impulsado por el Estado y marcó la concepción social de viviendas dignas del primer peronismo. Las viviendas se sorteaban y, según cuenta Julio Otaño, historiador y director municipal de Museos Históricos, la amortizaciónse estimaba en 18 años, «momento en que se otorgaba el título de propiedad definitivo, libre de gastos».

Saber escribir la palabra Dios

«Toda la gente estaba en la misma condición económica, por eso se organizaban, ayudaban, fue la primera comunidad organizada de la que siempre hablaba Perón«, señala Morales. Las mujeres de su familia dirigieron la Unidad Básica rama femenina de Villa Concepción. Cuando llegaron los primeros vecinos, aún no estaban las principales instituciones que alimentan un barrio. Ni las religiosas ni las educativas. Los chicos tenían clases en las casas aún desocupadas.

Otaño precisa que a fines del 46 «un grupo de vecinas, que trabajaban en beneficio de los más necesitados, se reunieron con Evita para manifestarle el deseo de que se concretara la construcción de la iglesia. A lo cual la Primera Dama contesta: ‘Antes de tener la iglesia los niños deben saber escribir la palabra Dios’, lo que determinaba la prioridad de construir el edificio escolar; y el 9 de julio de 1947 se pudo realizar el primer acto escolar en el patio de la escuela». El edificio donde se erigía el establecimiento educativo era un verdadero lujo. El barrio se pobló de sus típicos chalets con techos a dos aguas en largas hileras. Cientos de ellos aún se pueden ver como postal cotidiana.

Otra institución era el club que se llamó Caja de Ayuda Mutua, creada para ayudar a los vecinos con problemas económicos, en caso de enfermedad o de muerte. «Son cosas que vendrían de la mutualidad, el primer presidente fue un señor que llegaba de Italia. En ese club se hacían los bailes de carnaval, primavera, además de tener un espacio para hacer deportes y teatro», rememora Morales, y relata que el sitio duró muchos años, hasta que fue reemplazado por la biblioteca.

Más adelante, en el 52, se fundó la Sala de Primeros Auxilios Eva Perón, cuyo nombre fue quitado en el 55, con el arribo de la denominada «Revolución Libertadora» que derrocó a Perón. Luego, los propios vecinos restituyeron la denominación original.

El barrio obrero y la militancia

Un documental realizado por la Escuela Normal Superior N° 20 de San Martín y la UNSAM resume: «la historia de Villa Concepción, es la del movimiento peronista y sus militantes, con sus contradicciones, conflictos y certezas».

«Los barrios reproducen los fenómenos políticos y sociales del conjunto, creando matices. En 1957 salía a volantear a favor de la constitución del 49, porque había sido derogada por decreto de una dictadura –explica el militante peronista Fernando Tirelli–. Nos hablaron de Villa Concepción, que había sido barrio que había tenido una actitud heroica de resistencia al golpe de la Fusiladora. Habían entrado incluso con fuerza militar porque el barrio se resistía al golpe».

Hubo muchos militantes de Villa Concepción que participaron de la experiencia del Ejército de Liberación Nacional–Movimiento Peronista de Liberación, conocidos como Uturuncos, en Tucumán.

El barrio sufriría la venganza militar y antiperonista por quedar asociado al simbolismo justicialista. El lugar sufrió la mayor cantidad de desaparecidos en relación a familias que había: de unas 500 casas, hubo 19 desaparecidos.

Una figura que los militares quisieron quitar

El peronismo tiene sus símbolos y Villa Concepción los honró. Un ejemplo fue lo que pasó con dos bustos de Evita. Uno era de material y estaba en la plaza; el otro es de bronce y en ese entonces estaba en el Centro de Salud del barrio obrero.
Al primero, en el ’55 vino la Bonaerense para sacarlo, pero como no lo pudieron voltear fue el Ejército. Los vecinos, desde los más chicos a los más ancianos, rodearon la escultura hasta que los militares pidieron refuerzos, lo ataron a un camión y lo tiraron.
“Muchos de los que estaban ahí fueron castigados porque la montada les tiraba los caballos encima, los golpeaban y no les importaba si eran chicos. Varios fueron presos”, recuerda Evita Morales. “La hermana de uno de esos chicos, que tendría unos 10, 11 años, me contó que cuando el comisario le pregunta ‘¿y usted qué hacía ahí?’, le dijo: ‘defendiendo un ideal’. Eso nos marcó mucho”, añade.
Mejor suerte tuvo el busto de bronce y fue gracias a los habitantes del lugar. “Los vecinos lo escondieron y a partir del ’73, con el tercer gobierno de Perón, se volvió a poner, pero ya no en el Centro de Salud sino en la plaza. En el ’76 se volvió a sacar. En uno de los lugares donde estuvo escondido fue en el Patronato de Ciegos entre los leños que se usaban para prender la caldera que estaba en un sótano”.
Con el retorno de la democracia, el busto de bronce volvió a relucir para todos los vecinos y vecinas, y aún hoy “permanece en el Centro de Salud donde tenía que haber estado siempre”, concluye Morales, en alusión a lo que hoy es un símbolo del barrio obrero.

El plan de las casas baratas

La Secretaría de Trabajo y Previsión Social que comandaba el entonces coronel Juan Domingo Perón había absorbido a la denominada Comisión Nacional de Casas Baratas. Fue el antecedente a los barrios obreros del peronismo.

La iniciativa de nombre curioso había sido creada en 1915 por el diputado cordobés conservador Juan Cafferata. Este plan de viviendas funcionaba solo en la Ciudad de Buenos Aires, pero hasta 1943 se habían construido apenas 977 casas. Perón terminó las últimas obras de este programa en la zona de Martín Rodríguez, en La Boca, frente al Riachuelo.

Todos estos proyectos contemplaban la idea de ser accesibles y populares: tenían ambientes amplios e importantes espacios comunes para que los vecinos interactúen.

Con la llegada del peronismo y la implementación de la Administración Nacional de Vivienda, además de la aplicación de distintos planes, como el quinquenal, se estima que se construyeron y entregaron medio millón de casas en todo el país. Tanto en Casas Baratas como en los planes que le precedieron fue clave la intervención del Banco Hipotecario que ofrecía créditos al alcance de los trabajadores.