Hilda Lizarazu canta a Charly García desde muy chiquita. Pero “las vueltas de la vida”, como ella misma apunta en esta entrevista, hicieron que sus destinos se cruzaran. Incluso coincidieron en los mismos lugares, previo a que la música los uniera para siempre. Y es que la vocalista, compositora y fotógrafa estudió en el Instituto Social Militar Dámaso Centeno, ubicado en el barrio de Caballito, donde muchos años antes nació Sui Generis. En los ‘80, mientras ambos, a su manera, celebraban y retrataban la primavera democrática argentina, continuaron encontrándose. Sin embargo, ella seguía atónita por él. Hasta que un día, un buen amigo en común, consiguió lo imposible: que la admiración fuera mutua, en todos los sentidos. Tanto que hoy es imposible de desarraigar.
“Nos conocimos por Alfi Martins”, evoca la artista. “Comencé a salir un poco de la fotografía, e incursioné en el underground porteño a través de un grupo que sólo tocaba en vernissage de pintores. Era un delirio. Alfi era tecladista de esa banda. Él y Fabiana (Cantilo) fueron integrantes de la formación de Charly del disco Parte de la religión. Cuando ella se desprende del proyecto, buscaron a alguien que ocupara la voz femenina. Ahí entro yo. Charly me conocía como fotógrafa, pero había cantado en Los Twist. Así que me encontraba en una transición. Tras audicionar en su casa, me dijo: ‘Está buenísimo. Nuestras voces pegan bien. Vamos a salir de gira’. Era la primera vez que Charly salía para tocar en Sudamérica, y fuimos con Los Enfermeros. Recuerdo que fue algo parecido a ir a tocar con Paul McCartney”.
Después de incontables shows, varias giras más y la grabación de los álbumes previos a la era Say No More (Cómo conseguir chicas, de 1989, y Filosofía barata y zapatos de goma, de 1990), la correntina siguió su propio camino. Primero con el grupo Man Ray y más tarde en solitario. Justo en 2024 se cumplen dos décadas de esta última etapa. Para celebrarla, en diciembre pasado, durante el reconto típico del año viejo, se le ocurrió que, antes que revisitar sus discos, lo mejor que podía hacer era tributar la obra de su ilustre amigo y otrora jefe. Entonces, en complicidad con su compañero, Lito Vitale, seleccionó un puñado de canciones del ídolo y grabó el álbum Hilda canta Charly, que se encuentra presentando en este momento mediante una serie de recitales.
El disparador de la idea fue la inauguración de la Charly García Corner en Nueva York. Casualmente, ella se encontraba en esa megalópolis, acompañada por varias amigas, entre ellas otra figura fundamental del universo García, la fotógrafa Andy Cherniavsky, cuando se produjo el homenaje. Circunstancia que estuvo antecedida por la conmemoración de los 70 años del ex Serú Girán, que tomó por asalto el CCK y El Teatro Colón. “Se dio así. No le di mucha profundidad”, explica la cantante. “Estoy muy vinculada a Charly García, y eso es notable por la reacción que tuvieron el disco y los shows en vivo que hice hasta ahora. No hubo otro trasfondo que escuchar de nuevo esas canciones y el compromiso mío de cantarlas. Me gustó esa idea, y salimos navegando rápidamente. Tuvimos un viento a favor increíble”.
Constituido por once canciones, Hilda canta Charly inaugura el repertorio con “Rasguña las piedras”, de Sui Generis, y concluye con “La máquina de ser feliz”, incluido en el último disco del cantautor, Random. En el medio, recrea clásicos indispensables de la obra grupal de Charly, entre los que destacan “Cómo mata el viento norte”, de La Máquina de Hacer Pájaros, o “La grasa de las capitales”, de Serú Girán. Lo que se completa con temazos de su trayectoria solista del temperamento de “Los dinosaurios”, “Nos siguen pegando abajo”, “Raros peinados nuevos” y “Chip chipi”. “El contenido del disco lo fuimos armando en función de cómo nos iba sonando a Lito y a mí”, justifica. “Pensamos en la rítmica y en cómo quedaba un tema al lado del otro. Son esas cosas que uno va tomando en cuenta como oyente, para que los 41 minutos que dura el disco sean llevaderos”.
Sobre la trastienda del proceso creativo del flamante álbum, la también exintegrante de Los Twist desliza: “Nosotros queríamos comenzar el disco con ‘La grasa de las capitales’. Al escucharlo en familia, desde Mía (su hija, con la que se subió a cantar al escenario en 2001, cuando apenas tenía dos años, en un recital de Charly en el Teatro Coliseo), hasta los hijos de Lito, dijeron: ‘Cómo van a empezar con el mismo tema con el que comenzó Serú Girán’. Tenían razón. Por eso el disco arranca con ‘Rasguña las piedras’. La selección fue hecha con empatía entre Lito y yo: él haciendo la dirección musical y yo fluyendo con la voz. Buscando además las tonalidades, porque hay una diferencia de tonos vocales que es necesaria para cantar un tema y ponerlo en el talle”.
Aparte de subir de tono las canciones, lo que permitió una forma distinta de escuchar esos clásicos, otro rasgo a tomar en cuenta por el tándem fue el audio. “En ese sentido, algunas canciones fueron rehechas. Fue el caso de ‘Cómo mata el viento norte’”, revela. “Si bien fueron respetados los sonidos analógicos de los teclados, Charly, tras escuchar el disco, le mandó muchas congratulaciones a Lito por la elección de los sintetizadores”. Al momento de homenajear a Charly, se suele desestimar su producción musical de los años ’90 y 2000. Sin embargo, éste no fue el caso. “Por eso incluí temas de esos años. No sólo porque no se tomó en cuenta, sino porque yo tampoco los había descubierto”, reconoce. “’La máquina de ser feliz’ la canté dos tonos más arriba, y me pareció que era una canción que estaba muy buena”.
La cantante y compositora cree que la distancia que existe con la última generación de la obra del músico tuvo que ver con la transformación de su performance interpretativa. “Ese último Charly, más distorsionado, con esa voz tirando para atrás, metida en ese concepto de la pared de sonido, tal vez no permitía a algunos prestarles atención a esos temas. Como fue mi caso”, contempla. Un detalle que no fue menor durante la selección de estas canciones es que Hilda primó al Charly radiante por sobre ese semblante a un tris del colapso. “Cuando repasaba los temas, y escuchaba ‘Mi pequeña almita baila de alegría’ o ‘Qué importan ya tus ideales’, me sentía identificada con esa poética. Es más liviana, de sonrisa. Dentro de esa bola de espejos, hay algunas facetas que proyectan a ese otro Charly. Por eso están esos temas”.
Salvo por “La canción del indeciso”, partícipe de Filosofía barata y zapatos de goma, en Hilda canta Charly no hay otras canciones de los álbumes que ella grabó cuando fue parte de la banda del músico. “Eso no fue consciente”, dice la artista, que participó en tres de los temas de La lógica del escorpión, el inminente disco de Charly. “Pero sí quería hacer ‘La canción del indeciso’. De Cómo conseguir chicas no encontré un tema que pudiera interpretar, y que me gustara. Si bien en algún momento barajé la idea de cantar ‘Suicida’ o ‘No toquen’, luego los desestimé porque me parecían muy agretas para mi impronta. ‘No me toquen los discos, no me toquen las manos’, representa a ese Charly más caprichoso. Mientras que ‘Todo el mundo en la ciudad es un suicida’, me resultaba denso. Lo tenía que pasar por mi filtro”.
Antes de que este homenaje viera la luz, la tributante recibió el visto bueno del autor. “Cuando fui a su casa a escucharlo, parecía que estaba por dar un examen final”, rememora. “Y la verdad es que fue un Charly de sonrisas y de mirada profunda. Ese Charly que podía mirar a los ojos, y con el que podíamos estar calmos escuchando música. Eso fue hermoso. Por eso me fui medio levitando de ahí. Hice este disco con Charly escuchando cada uno de sus temas, cantados por mí. Al final, me dijo: ‘Hiciste un disco tuyo con temas míos’. Y fue como: ‘¡Sí!’. También aproveché ese momento para decirle: ‘Vos me cambiaste la vida’. Eso es así, y es inevitable. La escucha de Hilda canta Charly fue algo increíble. Hubo mucha emoción, hubo lágrimas. Lo más bonito fue cuando me agradeció por haber cantado su música. A mí se me cayó la mandíbula”. «
¿Cuándo?
Hilda Lizarazu sigue presentando Hilda canta Charly. Sábado 3 de agosto a las 21:30 en el Teatro Devoto, Av. Lincoln 3815.
Emoción profunda y un recorrido que no se detiene
El 23 de octubre de 2021, Charly García cumplió 70 años. Fue la última vez que se le vio actuando en un escenario. Sucedió en el Auditorio Nacional del CCK, donde el cantante y compositor estuvo respaldado por algunos de los músicos que los acompañaron a lo largo de su carrera solista. Ahí también estuvo Hilda Lizarazu. “Sentí un enorme respeto por un tipo que tiene una obra inconmensurable”, expedita. “Tuve la suerte de ser parte de una porción de su tiempo. Me tocó compartir seis o siete años con otros músicos en esa intimidad, en esa familia musical. Me siento afortunada por eso. Compartí con el mismísimo autor, en un mismo escenario, ese pequeño rato que él pudo estar ahí, que fueron cinco o seis temas. Es como una emoción profunda tenerlo entre nosotros, y atesorarlo con esa música. En ese momento, lo que quería era que las canciones salieran de la mejor manera posible. Uno, como músico, siempre busca lo más excelso. Y más en una circunstancia como ésa: con Charly, con amigos e interpretando canciones que son muy buenas”.
Casi tres años después de ese memorable show, la cantante y compositora vuelve a hurgar en ese cancionero esencial. Tras los cuatro recitales, a sasa llena, que brindó en el Teatro Coliseo en julio, la hoja de ruta de Hilda canta Charly continúa. El sábado 3 de agosto regresa para tocar en el Teatro Devoto, y al día siguiente actuará en El Palomar. El 16 y 17, respectivamente, estarán en Ituzaingó y Avellaneda. Y el 7 de septiembre cruzarán a Montevideo.
Este proyecto coincide con otros eventos que actualmente celebran el legado de García, y en el que participan músicos afines a él, como Los Instrumentales de Charly (con Fernando Samalea y Fernando Kabusacki a la cabeza) y Beats Modernos (comandado por Samalea, Zorrito Von Quintiero y Rosario Ortega). “Es como que Charly está de moda”, celebra Hilda. “Estamos reconociendo u homenajeando, de forma simultánea, con otros músicos que trabajaron con él y que quieren tocar sus temas y cantarlos”.