Es uno de los músicos de la era dorada del rock de acá, y con 69 activos años todavía vibra con la fuerza de la primera vez cuando se habla de música, amigos y guitarras. Con esa impronta discursiva que bien lo pinta, pide antes de comenzar la nota que no se haga alusión a la etiqueta “rock nacional” para referenciarlo, entonces y como es lógico, lo respetamos. Hablamos de Héctor Starc, guitarrista mítico del rock argentino, fundador de Aquelarre (donde compartió escenario con dos ex Almendra, Rodolfo García y Emilio del Guercio) y Tantor, bandas que todavía resuenan en muchos sub70 pero también en más chicos todavía.
Lo cierto es que Starc, más allá de su profunda relación con la música, rara vez sube a un escenario bajo su nombre. Su trabajo como proveedor de instrumentos y equipos musicales se roba todo su tiempo, aunque aproximadamente cada dos años desempolva su nombre y trabaja en torno a eso “para que hacer un show no sea algo más, sino más bien una experiencia profesional”, aclara con rictus serio. Ese tal vez sea el concepto que más repite por estos días, previo a su próximo concierto en el Centro Cultural Kirchner el viernes 8 de noviembre.
La idea es celebrar sus más de 50 años con la música resucitando a Tantor (que tocó por última vez en 1983, aunque en esta oportunidad estarán sobre el escenario sus dos formaciones), habrá canciones de Aquelarre (con uno de sus ex compañeros de banda) y un repaso de los temas de “Starc”, su único disco como solista lanzado a comienzos de esta década. “Cada vez que hago un show de estos siempre me digo: “es la última vez que toco”. En realidad es todo un laburo cuando tu nombre está en el cartel. En 2017 hice un show en la Usina del Arte, tocamos con Aquelarre, la pasamos muy bien, hubo mucha gente pidiendo el doble, pero me dije que no lo hacía más. Yo considero que la música no es tocar la guitarra y nada más, es hacer algo importante, algo que no sea cantar “nena, nena, nena”, como dice Capusotto. Hay que hacer las cosas bien, presentarlas con buen sonido y músicos importantes, pero ese hacer y esa responsabilidad me aparecen más o menos cada dos años. Entonces lo hago, aun a mis 69 años”, aclara el guitarrista en su encuentro con Tiempo sobre el origen del show.
Para avanzar más y en concreto sobre lo que vendrá, revela que la idea de ver a Aquelarre otra vez “es algo que ya pasó y que si no concurriste al show de 2017, fuiste”, pero que esta vez habrá canciones de esa banda en formato íntimo. “Vamos a hacer una especie de unplugged con Emilio, pero sacándonos de encima la formalidad de Aquelarre, un grupo que ensayaba, tocaba y sonaba. La idea es que termine el show con Tantor”.
Hablando de eso, la idea de resucitar a una de sus bandas más celebradas se perfiló de movida como algo complicado. Así lo explica: “Revivir a Tantor siempre fue algo difícil, por eso lo tuve que pensar mucho. Babú Cerviño toca siempre con Víctor Heredia y tiene muchos compromisos pendientes. Y Marcelo Torres se transformó en una estrella del bajo y se hace difícil tenerlo de nuevo. Hace poco hablé con él y me dijo que se iba a Nueva York a dar clínicas. Yo lo conocí a él por la revista Pelo y cuando lo vi tocar no lo podía creer en su momento. Me llena de orgullo saber que es un capo internacional. Bueno, justamente porque esos dos ex Tantor tienen mucho trabajo es que tuve que pensar si se hacía o no. Finalmente se pudo así que habrá resurrección” (risas).
Los invitados del show no son sorpresa pero si lo es la lista de temas que serán de la partida. Starc aclara que habrá un gran final del que nada quiere decir, porque si dice algo “deja de ser sorpresa”, pero enseguida continúa develando más nombres: “Estarán Rodolfo García, Emilio Del Guercio, Babú Cerviño, Leo Sujatovich, el famoso Marcelo Torres (risas) y otros que no voy a develar que pueden venir a último momento. Una de las cosas que más me gusta de esto es que los llamé a todos y enseguida me dieron el ok. Algo bueno habré hecho para tener esa respuesta y eso me pone lógicamente contento”.
Para Starc, el rock de estos días se limita a una fórmula que de tan ejecutada permite adelantarse a lo que vendrá. Así lo explica: “Lo que escucho ahora por ahí son grupos que tocan en Sol mayor, otros que suenan como El Indio o los Stones, y antes como Cerati. A mí lo que me interesa es la creatividad, porque si nos juntamos vos y yo unas 38 horas por día vamos a tocar decentemente. Mucha gente toca bien hoy porque hay buenos instrumentos, mucha información, internet. Eso es lo que no había cuando se juntaban cuatro tipos hasta no hace mucho tiempo, me refiero a gente como Spinetta, Bob Dylan, Elton John, todos tipos que componen música. Yo no escucho ni acá ni en el mundo gente que componga, aunque sí gente que toque, me refiero a no sé… Dream Theater, Joe Satriani que tocan como la puta madre. Pero en todo eso no escucho creatividad”.
Como un tipo apasionado por la música, sostiene que cada vez más le resulta difícil emocionarse. Entonces, al preguntarle qué fue lo último que lo sorprendió, no dudó un segundo en contestar: “El último gran compositor del rock fue Fito Páez, después no apareció nadie más. Hay también algunas cosas de Cerati que me interesan porque más allá de ser guitarrista era un creador, tenía talento. Insisto en que guitarrista puede ser cualquiera que estudie con un poquito de talento. A Cerati lo conocí por unas guitarras que le presté en su momento y me pareció un gran profesional. Sinceramente no sabía que él estaba tan jodido, pensé que era un tipo más sano y realmente me dolió en el fondo del corazón lo que le pasó. Y después encontrás a los talentosos natos como Charly García y Spinetta, tipos grosos. Andrés Calamaro también tiene talento pero para hacer cancioncitas que son lindas. Ya pocas cosas te sorprenden porque se tocan tres acordes y se cambia la melodía, tipo Coldplay, con la base siempre es lo mismo. Muchas bandas jamás van a sorprenderte con un acorde inesperado, tipo Stevie Wonder o Billy Joel. No sé, tal vez yo pretendo mucho, pero hoy tal vez los pibes no tienen buenas influencias”, concluye.
-Héctor Starc en vivo. Viernes 8 de noviembre a las 20. Centro Cultural Kirchner, Sarmiento 151. Entrada gratuita. Se retiran dos entradas por la boletería del lugar de martes a domingos de 12 a 19.