El embajador de Grecia en Brasil, Kyriakos Amiridis, cuya desaparición el pasado lunes puso en alerta a gran parte de la policía carioca, fue víctima de un asesinato que tiene a la esposa del diplomático y al supuesto amante de la mujer como principales sospechosos del crimen.

El cadáver del embajador fue encontrado calcinado en la noche del jueves dentro de un automóvil abandonado en la localidad de Nova Iguazú, al norte de Rio de Janeiro.

La prensa brasileña informó que después de la aparición del cadáver se libraron órdenes de detención contra la esposa del diplomático y contra un policía militar que al parecer tenía un vínculo sentimental con la mujer.

El portal de noticias de O Globo aseguró incluso que el policía llegó a confesar al crimen, una versión que las autoridades no confirmaron por carriles oficiales.

A pesar del hermetismo de los investigadores, algunas filtraciones permitieron a la prensa local conocer detalles del caso, que tomó estado público después de que se denunciara que el paradero del embajador pasó a ser un misterio el último lunes.

La policía puso en marcha una gran operación de búsqueda en Rio de Janeiro y sus alrededores sin descartar ninguna hipótesis, incluso en la creencia de que pudiera tratarse de una caso más de inseguridad urbana en una zona con altos índices de violencia.

Amiridis, de 59 años, había sido cónsul en Rio de Janeiro antes de asumir como embajador y su esposa brasileña tenía una casa en Nueva Iguazú, adonde ambos se habían alojado para pasar unas vacaciones este fin de año.

La mujer fue quien denunció la desaparición y dijo que su marido había salido de la casa en la noche del lunes a bordo de un auto de alquiler y que desde entonces no había vuelto a tomar contacto con su familia y amigos.

Pero la rutina de la investigación cambió de rumbo cuando la policía encontró rastros de sangre sobre un sillón dentro de la casa que el embajador compartía con su esposa, según coincidentes versiones publicadas por la prensa carioca horas después de que el cadáver apareciera calcinado dentro de un automóvil lejos de la vivienda.

La agencia DPA, sobre la base de un artículo de O Globo, aseguró que «el policía militar implicado confesó que había disparado al embajador después de una pelea y que sacó luego el cuerpo del lugar en el auto alquilado por Amaridis».

Los investigadores creen que el policía y la esposa de Amiridis eran amantes y sospechan que ambos tuvieron el apoyo de uno o dos cómplices para cometer o encubrir el crimen.

A pesar de la gran repercusión que tomó el caso, las autoridades prefirieron no hacer comentarios públicos para confirmar o desmentir los informes de prensa.

«Ya tengo una hipótesis sobre el caso, pero prefiero no hablar todavía», dijo el jefe de la División de Homicidios de la policía, Evaristo Pontes, citado por la estatal Agencia Brasil.

Amiridis gozaba de unas vacaciones y debía reintegrarse a su trabajo el próximo 9 de enero.
No hubo hasta esta tarde reportes sobre la situación procesal de la esposa del embajador y su supuesto amante.

El diplomático, que fue cónsul de Grecia en Río de Janeiro entre 2001 y 2004, había asumido como embajador en Brasilia a comienzos de 2016. Ni la embajada de Brasilia en Grecia ni el consulado en Río de Janeiro han dado informaciones sobre este caso.