Este 4 de septiembre se conmemoran 10 años de la trascendencia de Gustavo Cerati. Así como sucede con todos los héroes, la muerte prematura se tornó en su pasaje hacia la inmortalidad. Si bien en vida el músico consiguió disfrutar de su condición de leyenda, el tiempo se encargó de que el mundo se siga sorprendiendo con su legado. De hecho, en 2024 circuló la posibilidad de que Soda Stereo, banda que lideró, ingrese en el Rock & Roll Hall Fame. La iniciativa partió del periodista mexicano Miguel Gálvez, hace cuatro años atrás, y ya encontró eco en la institución. Uno de los directivos que forma parte de las deliberaciones, Jason Hanley, aseguró: “Sería grandioso ver a una banda como Soda Stereo nominada algún día. Se trata de gran artista argentino, y ‘De música ligera’ es una gran canción”.

Si bien Carlos Santana y Ritchie Valens ya fueron introducidos en el Museo erigido en Cleveland, convirtiéndose así en los primeros latinos en ser reconocidos por haber dejado un aporte fundamental en la historia del rock, sus trayectorias se desarrollaron en los Estados Unidos. Es por eso que la inclusión del trío servirá de punto de inflexión. Será el primer artista, cuya carrera nació y se desarrolló en Latinoamérica, que formará parte del cenit del rock. Desde los ’90, primero con Soda y luego con su carrera solista, Cerati hizo de la nación norteamericana una parada obligada en sus giras. Y su público creció exponencialmente, pasando de 4 mil personas a cerca de 27 mil. Lo que testimoniaron las actuaciones de la banda, en 2007, en Los Angeles y Miami, como parte de la gira Me verás volver.

Sin embargo, en los últimos años público y artistas de habla inglesa no sólo han descubierto su obra, sino que también cayeron rendido a los pies del cantante, compositor y guitarrista. Aparte del guiño que le hizo Coldplay al sumar a “De música ligera” (pocas veces un grupo angloparlante se animó a hacer un cover en español) al setlist de los recitales que brindó en 2022 en cancha de River, mismo lugar en el que el frontman acuñó la célebre frase “Gracias totales”, hubo otras muestras de fascinación. Una de las más notables la brindó el influyente diario londinense The Guardian. El 17 de mayo de 2023, publicó un extenso artículo, titulado “¡Cada canción te lleva a una odisea musical!’ El redescubrimiento de Soda Stereo, la banda más grande de la Argentina”, que introduce a la terna ante los lectores británicos.

Soda global

“Gracias a una combinación de Spotify, donde los mayores éxitos de Soda Stereo acumularon cientos de millones de reproducciones, así como cuentas de Instagram y canales de reacción de YouTube, su música ahora también está llegando a una audiencia internacional de hablantes no hispanos que no conocía al grupo”, afirmó el periodista Andy Meek. Otro pasaje de la nota, para la que aportaron testimonios el bajista Zeta Bosio y el baterista Charly Alberti, reveló un dato del grupo poco conocido. En 1986, los músicos viajaron al Reino Unido, para asistir al tradicional festival de Glastonbury, el mismo día que Argentina venció a Inglaterra en el Mundial de México. Pese a que no pudieron celebrar el resultado en medio de una horda de ingleses enfurecidos, al menos disfrutaron de los shows de The Cure y The Waterboys.

Soda nació con una gran influencia de The Police.

Musicalmente, la experiencia fue inspiradora. Al regresar, el grupo terminó el álbum Signos, ampliamente atravesado por la banda comandada por Robert Smith. También fue el disco con el que el trío conquistó al público latinoamericano, al mismo tiempo que abrió puertas para que otros músicos argentinos comprendieran que había un mercado virgen e inmenso esperando a por ellos. Más allá de que contiene temas devenidos en himnos, como “Persiana americana”, ese repertorio dejó en evidencia que Gustavo Cerati era un artista adelantado a su tiempo. Vanguardista como pocos, capaz de dominar y traducir con personalidad las nuevas tendencias musicales. Lo que empujó a miles de jóvenes en todo el continente a hacer música moderna (y de calidad) en español.

Apenas dos años antes, Soda Stereo había publicado su álbum debut, titulado igual que el grupo. Apareció el 27 de agosto de 1984, por lo que esta semana cumplió 40 años. Horacio Martínez, histórico cazatalentos del rock argentino (descubridor de Los Gatos y Tanguito), fue a verlos y no dudó en firmarlos para el sello CBS (hoy Sony Music). Pero les impuso meter en la lista de temas covers de Los Teen Tops, posiblemente porque la frescura de su estilo le recordó al rock mexicano de los ‘50. Eso iba a contracorriente de una estética sonora demasiada innovadora para el rock argentino de la época, que sentaba bases en la new wave y que tenía como brújula a The Police. La banda se negó, y el disco quedó en el freezer. Hasta que apareció el mánager Carlos Rodríguez Ares y destrabó el conflicto.

Primeros pasos

Ares manejaba además a Virus, lo que le permitió proponer a Federico Moura en calidad de productor del disco. No obstante, los ingenieros de sonido de ese trabajo, Luis Brozzoni y Oscar Giménez, destacan la soltura y curiosidad de Cerati durante la grabación del álbum, pese a que era la primera vez que pisaba un estudio con semejante estructura. La impronta de ese repertorio se comportó como una suerte de banda de sonido de la primavera alfonsinista. Aunque fueron criticados por sus letras, consideradas superficiales y banales, su dermis recurría a la ironía para abordar desde una perspectiva adolescente temáticas de la época. De lo que pueden dar constancia “Un misil en mi placar” o “Dietético” que, a partir del hedonismo, alude (haciendo uso del doble sentido) al fin de la dictadura: “El régimen se acabó”, cantan en el desenlace. 

A propósito del 40 aniversario de este disco, Charly Alberti anunció a mediados de julio, en una entrevista para la edición estadounidense de la revista Billboard, que en 2024 verá la luz una canción inédita de ese periodo. “La letra habla de un niño que mira fijamente al cielo. Es una letra muy juvenil, muy ingenua. Pero bueno, fue lo primero que hicimos”, adelantó, sin mencionar el nombre del tema, ni su fecha de publicación. “El audio es bastante bueno. Lo máximo que vamos a hacer es un poco de masterización, pero la idea no es hacer otra mezcla porque perdería la esencia de lo que significa”. En la misma nota, el baterista reveló que a su apropiación de “Trátame suavemente” le bajaron un cambio porque Cerati quiso convertirla en un mensaje sobre la Guerra de Malvinas.

Bocanada fue el disco con el que inició su carrera solista.

Aún se cree que esa balada pertenece a Cerati. Pero no es más que otro mito. Curiosamente, el tema original vio la luz dos años luego que la adaptación. Está incluido en el único disco del grupo Los Encargados, Silencio, y tiene una intención bailable. Afín a ese pop que, a punta de sintetizadores, revolucionó a la música a partir del alba de los ‘80. Su autor, Daniel Melero, estuvo entre los músicos invitados del debut de Soda. Y desde ese entonces, hasta principios de los ‘90, cada vez que la banda lo invocaba él ofreció su “aporte conceptual”. Tal como figura en los créditos de Canción animal. La admiración entre ambos alcanzó su clímax cuando juntaron fuerzas para sacar en 1992 el disco Colores santos: una especie de “ovni”, como se le llegó a decir, para el rock argentino de aquellos años.  

Fantasías solistas

Colores santos fue la segunda experiencia del líder de Soda Stereo ajena a su banda (la primera ocurrió con Fricción, a mediados de los ‘80), pero se transformó en el trampolín para fantasear con la idea de probarse como solista. Le sirvió además de laboratorio para explayarse artísticamente. En su autobiografía, Incierto y sinuoso, publicada en junio pasado, Melero cuenta que los temas que no quedaron en el álbum conjunto terminaron en Dynamo. Asimismo, ofrece una semblanza sobre su colega en la que advierte: “Mucha gente piensa que tendía al autoritarismo, pero la autoridad que ejercía Gustavo era musical. Y era genuina: tenía la autoridad para ser autoritario”. Luego de años de distanciamiento, retomaron el contacto y planearon sacar un nuevo disco juntos. Al poco tiempo, Cerati sufrió el ACV, tras un show en Caracas.

El artista se encontraba de gira presentando Fuerza natural (2009), que a la postre fue su último disco de estudio. Ese trabajo sucedió a Ahí vamos (2006), con el que Cerati finalmente pudo consagrarse como solista. Por más que ya con Bocanada había demostrado que también podía anotarse varios hits fuera de Soda, que los 11 episodios sinfónicos lo consagraran como el mejor crooner del rock latinoamericano o que con su veta electrónica advirtiera que para él no existían los límites, le costó convencer a sus propios fans de que merecía la oportunidad de ser escuchado. Y lo logró con 13 temas que volvieron a tener fe en el rock. Tweety González, colaborador suyo y productor de ese álbum, suele decir que “Cerati es el Gardel del siglo XXI”. Eso sólo podía coronarlo con la canción que le faltaba: “Crimen”.

Gustavo Cerati es para la música de habla hispana lo que David Bowie significa para el rock angloparlante. “Tenía 12 o 13 años cuando escuché a Bowie por primera vez, y me revolucionó el mate”, reconoció el argentino. “Empecé a entender que tenía toda esa energía y muchas cosas para decir. Necesitaba un canal para hacerlo, y en él encontré lo que quería decir”. Dueño de una técnica única para tocar la guitarra, así como de una voz privilegiada, lo que más sorprende al mundo es su ingenio. Si para los integrantes del grupo Gorillaz su obra “trascendió la lengua española”, para el arquitecto sonoro Danger Mouse (fundador de Gnarls Barkley) es uno de los músicos más impresionantes que escuchó. Una muestra más de que, a 10 años de su muerte, los héroes están en peligro de extinción. «

El regreso de Soda marcó fue un éxito nacional e internacional.




Cinco postales de las mutaciones estéticas de Cerati

Languis (1989)

Primer EP de Soda (el otro fue el Rex Mix, de 1991). Estas tres reinvenciones del disco Doble vida, más el novel «Mundo de quimeras», son una polaroid de un Cerati en estado de groove. Si el disco en vivo Ruido blanco encendió las alarmas sobre la veta Motown del músico, este material la exaltó. Desde el remix del rap «En el borde» hasta la maravillosa versión funk de «Languis». Todo esto por cortesía del productor Carlos Alomar (exviolero de David Bowie).




Canción animal (1990)

Los fans aún debaten si este disco o Dynamo es el mejor del grupo. Según Daniel Melero, quien fue pieza clave para su engranaje, Cerati le contó que deseaba hacer un álbum “primitivo”. Entonces compaginó letras instintivas y salvajes (“Come de mí, come de mi carne”) con influencias del rock de los ’70, sobre todo del que se hizo en la Argentina en esa década. Esa mezcla decantó en la consagración del trío.




Dynamo (1992)

Fue el apogeo creativo e identitario del trío. Se trata de su trabajo más vanguardista en la exploración del sonido, a partir de estilos musicales como el dream pop, el shoegaze y la música house. Hasta se atrevieron a ralentizar «Mass Production», de Iggy Pop, para usarlo como sample en el tema «Ameba». La osadía les salió muy bien. Su complejidad decantó en su atemporalidad. Hoy suena tan moderno como en 1992.




Amor amarillo (1993)

Pese a que Bocanada es considerado el primer álbum solista de Cerati, en los hechos éste lo es. También fue el más indie de su obra. No sólo por su estética sonora, sino porque lo grabó con lo que tuvo a mano en su estadía en Chile. Salió 25 días antes del nacimiento de su hijo Benito (aparece en la barriga de su madre en el video de «Te llevo para que me lleves»), y contiene el único cover que grabó: «Bajan», de Spinetta.




Bien (2001)

Su primera vez en la creación de bandas de sonido y en la actuación en el cine (protagoniza el homónimo film). Sin embargo, el repertorio tiene vida propia. Salió un mes antes del estallido social y en el periodo de deslumbramiento de Cerati por la música electrónica, que tuvo en los proyectos Plan V y Ocio sus antecedentes. En este caso supo patentar el sonido de la época: deep house exquisito y ambiente glamoroso.