Hay un comentario que se repite en empleadas domésticas de Villa Gesell: la cantidad de familias que dejan su lugar de hospedaje antes de tiempo, por falta de fondos para bancar el día a día, a pesar de que tienen toda la reserva paga. En este balneario ícono de la Costa Atlántica, Javier Milei sacó el 56% de los votos, idéntico a lo nacional. Pero el intendente reelecto, Gustavo Barrera, es peronista. Y afín a Axel Kicillof, la antítesis del presidente. El “enemigo político” número 1 de su larga lista.
Al llegar a la localidad se ven los carteles de Barrera junto al gobernador en lo que fue la larga y sinuosa campaña 2023. En octubre revirtió el resultado de las PASO y ganó por 6 puntos la elección. Kicillof estuvo días atrás en Gesell, donde inauguraron viviendas, una Casa de las Infancias y el Hogar de Protección “Casa Lorena”.
En el primer verano mileísta se siguen viendo autos de lujo en la entrada a la playa. Pero ya dentro de la costa se perciben regateos a los churreros (“¿cuántos churros me das por mil pesos?”), familias que se llevan lo que tienen, ahorrar como se pueda, hasta donde se pueda. A tres cuadras de la playa, sobre la Avenida 3, desde su despacho, Barrera habla con Tiempo. “El problema no es solo la temporada, es el día después. Antes los comerciantes ganaban lo suficiente para tirar durante el año, ahora no. El invierno va a ser duro”, anticipa.
–¿Cómo viene la temporada?
–El nivel de ocupación es bueno. Obviamente que veníamos batiendo récords en años anteriores con ocupaciones del 95%, y acá ahora llegamos a 85% en la segunda quincena de enero. La ocupación cubrió expectativas, relativamente. El tema es que el consumo cayó considerablemente. En restaurantes, galerías, paradores. El sector comercial ha sufrido un fuerte impacto.
–¿Se sabe de cuánto?
–Estimamos que va a ser entre un 25 y un 30 por ciento menos que en el mismo período del año pasado. Esto se debe especialmente por las medidas económicas del gobierno nacional. Nuestro municipio se compone de las localidades de Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas, hacia el sur. Ellas tienen un turismo más selecto, de clase alta, ahí se mantuvo medianamente el nivel de ocupación. En cambio, cayó considerablemente en la ciudad de Villa Gesell, donde el turismo se basa sobre todo en mucha gente de clase media y clase trabajadora. Esto está marcando claramente la parte que está siendo más afectada con las medidas nacionales.
El turismo está siendo afectado considerablemente no solo por el tema de la ocupación y el consumo, sino por el rendimiento del dinero, porque en Gesell (y en toda la Costa Atlántica) se trabaja muy bien en temporada para poder sostenerse durante los siguientes meses. Pero ahora el empresario, los comerciantes y los trabajadores también están sufriendo mucho el impacto económico y no están pudiendo hacer grandes diferencias en la temporada. Esto va a impactar sobre todo a partir del 1 de marzo. Por eso digo que no me preocupa tanto la temporada, si no el día después y el gran impacto que se avecina, con la crisis social. Vamos a tener un invierno muy duro.
–Los últimos años pudieron aprovechar el turismo receptivo los fines de semana largo con el PreViaje. Pero este año tampoco va a estar este programa.
–La verdad que el PreViaje fue un programa que nos ayudó mucho. Llegamos a tener temporadas récord de ocupación, hasta ser la tercera región turística del país. Este año ya no creo que tengamos ese alcance. También estamos viendo que está cambiando el turismo. El que se quedaba antes una semana, diez días o quince, ahora lo va fraccionando. Se notó esta temporada, no en la playa, donde puede verse bastante gente, sobre todo los fines de semana, sino en los consumos, en los restaurantes. No sale tanto la gente, el turista está evitando moverse mucho, incluso la nafta afecta, tratan de no sacar tanto el auto.
–Saliendo del turismo, ¿cómo impactan las medidas nacionales en la población de Gesell?
–Por supuesto que los impactos se ven, se ven (repite). Hoy el trabajador no llega a fin de mes. Hace dos meses no pasaba lo mismo. Cuando en nuestro gobierno (nacional) decíamos que costaba llegar a fin de mes, podía ocurrir el día 20 o el 25 del mes. Hoy pasa que a principio de mes ya se quedó sin dinero. Me pasaron un dato de la cuenta DNI: bajó su uso un 38%. ¿Por qué? Porque es por débito automático. A los pocos días del mes ya no tienen dinero en su cuenta y usan la tarjeta de crédito. Estas cosas se ven. La crisis es muy profunda. Todavía creo que no se ha tomado dimensión porque estamos en temporada, pero las medidas que se han tomado profundizaron una crisis a un nivel sin precedentes.
–¿Cómo es la economía de Gesell durante el año?
–Bueno, nuestra economía está basada especialmente en el turismo y en la construcción. Ahí también vamos a tener el impacto. Después está el problema del desfinanciamiento nacional que puede impactar en los sistemas públicos. Nuestro sistema de salud es un sistema público. Acá las clínicas privadas no tienen internación, no hay terapia, no hay guardias ni quirófanos privados. Solo consultorios. El hospital público absorbe toda la demanda. Aunque la persona tenga la mejor obra social del mundo, si le pasa algo a las 12 de la noche tiene que ir al hospital municipal. Y bueno, el ajuste también está causando una crisis muy profunda al sistema de salud, porque los aumentos que tuvimos en medicamentos, en oxígeno, en todos los materiales que se usan en el sistema de salud, que prácticamente están dolarizados, nos está causando un serio inconveniente.
–Justo esta semana Jorge Macri habló de priorizar a los porteños en la atención de los hospitales de CABA. ¿Qué piensa usted, como intendente de Gesell, donde en enero y febrero llegan miles de turistas de la Capital, y muchos deben necesitar del sistema público local?
–Habría que avisarle a Jorge Macri que atendemos una gran cantidad de turistas de la Ciudad de Buenos Aires, y que como la salud es pública y gratuita no les cobramos absolutamente nada, salvo si tiene obra social, la persona deja los datos de la empresa para ver si podemos recuperar algo de dinero. Así que ya arrancamos en desventaja porque seguramente se atienden más turistas de CABA en Villa Gesell que los habitantes de acá en su ciudad.
–El municipal es el primer Estado, el más cercano a la gente. ¿Cómo se actúa en estos tiempos donde el discurso oficial es de individualismo, anti estatal, pro ajuste, y hasta dotado de cierta crueldad?
–Tratamos de mantener todas nuestras políticas públicas con nuestros principios e ideales lo mejor posible, dentro de un esquema de no colapsar. En esta época de crisis, obviamente, cuesta mucho todo. Hay cuestiones que tenemos que priorizar: la salud es esencial, la seguridad, también la cultura y la educación son importantes, ver cómo podemos acompañar de la mejor manera posible, sin hacer grandes proyecciones, pero sí manteniendo lo que tenemos. Tenemos una orquesta municipal, tenemos artistas, teatro. Un pueblo sin cultura es un alma vacía. Pero bueno, pareciera que para el gobierno nacional esto no tiene mucha importancia.
–¿Cómo ve al peronismo en la actualidad?
–Creo que tras haber perdido las elecciones necesariamente tiene que haber un proceso de reestructuración. Lo veo compacto. No veo ningún liderazgo que se destaque por sobre el del gobernador Axel Kicillof, que está haciendo lo imposible para la provincia y que hoy es el modelo a vencer por el gobierno nacional para que quede todo el camino allanado y así terminar de hacer todo lo que pretenden.
Es muy interesante lo de las multisectoriales. Vinimos este lunes de participar en una multisectorial en La Plata. Ahí vas escuchando los diferentes actores y sus realidades concretas, desde la Iglesia hasta la cultura, hasta empresarios de obra pública que han tenido que despedir 450 personas. Tiempo atrás nos reuníamos para ver cómo podíamos progresar y seguir avanzando en proyectos que beneficien a la mayoría de los argentinos. Y ahora tenemos que reunirnos para ver cómo podemos salir de la mejor manera de esta crisis que funciona en espiral y parece interminable.
La relación con Pinamar
Si bien el discurso imperante es que no hay plata y que no se puede hacer obra pública, la población de Gesell (y los turistas que llegan) viven de primera mano su importancia. Por ejemplo, con la realización de la autopista en la Ruta Provincial 11. A un puñado de kilómetros del balneario se ubica su antítesis, su espejo: Pinamar. Durante los últimos años las diferencias fueron latentes: mientras Villa Gesell avanzaba con un gobierno peronista enfocado en robustecer el sistema público (la próxima obra pendiente en carpeta es la renovación del hospital municipal), en Pinamar gobernaba Martín Yeza, macrista acérrimo, militante de lo privado.
–¿Cómo es la relación con Pinamar?
–Uno cuando es elegido para ocupar un cargo tiene que gobernar para lo que fue elegido, en mi caso para el municipio de Villa Gesell y voy a dar lo mejor de mí. Ahora bien, para gestionar no solamente es importante la relación con la Provincia o la Nación, sino también lo regional. Necesariamente es importante que los intendentes se sientan a ponerse de acuerdo en cuestiones claves, como la disposición final de residuos, seguridad, salud, el turismo, más allá de la política que cada uno lleva adelante en su esquema de gobierno. Yo a Pinamar (como a Mar Chiquita o General Madariaga) lo veo como un aliado más que como un enemigo. El tema son los funcionarios.
Con Martín Yeza habíamos arrancado teniendo un buen vínculo y después se desvirtuó. Creo que con él Pinamar tuvo una de las peores gestiones desde la creación del municipio. Prácticamente se desperdició la obra pública, de manera tal que no se pudo avanzar en cuestiones de importancia. La inversión de lo privado es importante (ahora también lo vamos a hacer acá con el nuevo Código de Ordenamiento Urbano) pero no puede ser solo eso. Con el actual intendente (Juan Ibarguren) tenemos un buen vínculo, ya nos hemos reunido unas cuantas veces, hemos hablado por teléfono, me parece que ese es el camino. Con Esteban Reino, de Balcarce (UCR-JxC) hemos hablado de la Zona Fría. Es un ejemplo de las tantas cuestiones en común entre radicalismo y peronismo, dejando de lado las cuestiones partidarias y buscando ponernos de acuerdo en aquellas que podamos trabajar juntos.