Si la guerra es una de las formas -la más brutal- de la política, la no reanudación del comercio de granos a través de los puertos del Mar Negro se replica como otra no menos dramática para toda la cadena alimenticia mundial. Así lo están viendo agricultores ucranianos, que están sufriendo en carne propia la imposibilidad de vender su cosecha a un precio y en un tiempo razonables, según refleja un cable de AFP. «Nuestros beneficios han disminuido», dice uno de ellos, Vitali Bylenko, en una entrevista con la agencia francesa. “Sin otras salidas, los cereales van a afluir ahora a Rumania, desplomando más los precios, predijo”, señala el informe.
Rusia realizó este viernes un ejercicio militar con disparos reales en el Mar Negro, tras avisar que iba a considerar como blancos a todos los barcos en ruta a Ucrania luego de su retirada del acuerdo para exportar granos que se había firmado con anuencia de Turquía y que ahora el gobierno de Recep Tayyip Erdogan espera reactivar. Mediante este acuerdo, en el último año se pudieron exportar casi 33 millones de toneladas de granos a través de los puertos bloqueados por los rusos. Pero Moscú se quejó de que le no hubo reciprocidad para el tránsito de sus fertilizantes por las sanciones occidentales.
El Mar Negro está otra vez en el centro de la atención tras la destrucción de parte del puente de Kerch, que une Crimea con territorio ruso y que fue construido luego de la reincorporación de esas regiones en 2014. El viernes el presidente Volodimir Zelenski había dicho que ese puente debía de ser neutralizado porque fue erigido en violación al derecho internacional. El mismo día sábado líder prorruso de Crimea, Serguéi Aksionov, dijo en su cuenta de Telegram que un dron ucraniano había provocado la explosión de un depósito de municiones en el distrito de Krasnogvardeiski.
Mientras tanto, dos hechos que se pueden inscribir en el clima bélico mostraron el límite que en estos tiempos tiene cada uno de los sectores en pugna. Por un lado, la justicia rusa abrió una causa por extremismo contra un bloguero nacionalista y ex líder separatista del este de Ucrania, Igor Girkin, conocido por su alias Igor Strelkov. Está acusado de hacer «llamamientos públicos a llevar a cabo actividades extremistas». Es que cuestiona que el gobierno de Vladimir Putin no es lo suficientemente agresivo en relación con Ucrania.
En Kiev, por otro lado, Zelenski ordenó el cese de funciones de su embajador en Londres, Vadim Pristaiko, porque fue particularmente crítico acerca de los “sarcasmos” dirigidos por el excomediante contra el ministro británico de Defensa, Ben Wallace.