Una familia merienda en el patio cuando una nube de gases les genera a sus integrantes ardor ocular, picazón nasal, feo sabor en la boca y molestias en la piel. Un grupo de chicos y chicas toma clases en una escuela rural cuando una ráfaga de viento entra por la ventana, arrastrando agrotóxicos de una fumigación aledaña, y causa malestar generalizado.
Ante este tipo de situaciones, muy frecuentes en pueblos rodeados de cultivos, quienes asisten a los centros de salud locales muchas veces se encuentran con desconocimiento o falta de precisiones sobre qué hacer. Por eso, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, a pedido del Encuentro de Pueblos Fumigados de Buenos Aires, creó la Guía de Cuidados Médicos Inmediatos a Personas Fumigadas.
“No hay un protocolo impartido por el Ministerio de la Nación ni de las provincias, sólo hay una guía pequeña en Santa Fe para los aplicadores que operan con agrotóxicos. Pero la situación de las personas que se intoxican en forma aguda es distinta, generalmente la absorción es inhalatoria, por el aire, por la deriva desde el campo al pueblo. Es llenar ese bache».
«Muchas veces la gente de los pueblos nos llama para preguntarnos, porque van a los centros de salud y médicos y enfermeras no saben qué hacer”, plantea Medardo Ávila, coordinador de la Red y uno de los autores de la Guía, que será formalmente presentada este domingo –en el marco del Día Mundial de Lucha contra los Agrotóxicos– vía Zoom y luego se pondrá en circulación. Será a las 19 y se puede pedir link de acceso al correo [email protected]
Para dar cuenta de la extensión del problema, el documento señala que en la actualidad más de 600 millones de litros de agrotóxicos se aplican en la Argentina, principalmente en las regiones donde se cultiva maíz y soja transgénicos.
“En estas regiones viven 14 millones de personas habitando pequeños pueblos y ciudades. La carga de exposición potencial a agrotóxicos para todas las personas que habitan nuestro país es de 14 litros por persona por año, pero en los pueblos fumigados (localidades de las zonas agrícolas donde se utilizan sistemáticamente agrotóxicos en las parcelas que rodean al pueblo) es mucho mayor, alcanzando, en Monte Maíz Córdoba, Argentina, a una carga de exposición real de 121 litros por poblador para el año 2014”.
La nube de plaguicidas, agrotóxicos y sus efectos
En los pueblos fumigados “muchas personas sufren episodios de intoxicación aguda al ser alcanzadas por la nube de los plaguicidas vaporizados por una aplicación y a veces presentan síntomas que requieren atención porque pueden, incluso, poner en riesgo su vida. Esta Guía es una propuesta para organizar la atención de estos vecinos. Se alienta a que los equipos de salud reconozcan las sustancias que se utilizan en la región donde vive su población a cargo y la peligrosidad de esas moléculas para la misma”, plantea el documento.
Ávila explica, en diálogo con Tiempo, que esa exposición “tiene efectos principalmente pulmonares y el tratamiento es más que nada hacerlos respirar con oxígeno para lavar el gas contaminado”. El médico remarca que “para personas que tienen asma, convulsiones, embarazadas y niños la situación es más grave”.
La Guía establece que “los equipos de salud deben no solo saber de técnicas y ciencia médica, sino también conocer cuáles son las practicas productivas en la región donde viven sus pacientes. Esas prácticas determinan exposiciones de riesgos diferentes”. Según el tipo de cultivos habrá distintos insecticidas y herbicidas en juego, con diferentes efectos sobre los cuerpos. Por eso en la Guía se detallan medidas específicas para exposiciones a sustancias como Glifosato, 2.4D, Insecticidas inhibidores de colinesterasas, piretroides y neonicotinoides. Así como “propuestas de seguimiento a pacientes, del necesario aviso temprano del evento y presentaciones ante la Justicia”.
Si bien no había un protocolo previo de estas características, sí hay una ficha epidemiológica dispuesta por el Ministerio de Salud para registrar los episodios de intoxicación por esta causa. Sin embargo, según Ávila, “hay un sub-registro enorme en Argentina. Los que más se intoxican son los aplicadores, y si denuncian tienen problemas con la patronal. Conocemos camioneros que han muerto y se los tomó como crisis asmática, pero era un episodio de edema pulmonar por insecticidas cuando llevan granos”.
Sabrina Ortiz denuncia y milita desde 2011 contra las fumigaciones en Pergamino. Los agrotóxicos le causaron dos ACV isquémicos, la pérdida de un embarazo y la presencia en el cuerpo (y en el de sus hijos) de glifosato y otros insecticidas. Cuando en su familia comenzaron los síntomas de que algo andaba mal, tuvo que peregrinar por más de una docena de instituciones sanitarias hasta dar con una que apuntó a lo que pasaba a su alrededor. Por eso, celebra la existencia de una guía que oriente al personal de salud.
“Hay un bache en el sistema de salud y en el sistema político, no se implementa ningún tipo de historia clínica en las instituciones de salud pública. Como pasa en Pergamino, por ejemplo, donde vivimos en un núcleo sojero y donde se tiran más de tres millones cien milos kilolitros por año y hay mucha cantidad de personas con cáncer, más de la media a nivel nacional. Es muy importante que pueda surgir una guía de comportamientos en el caso de personas que asocien sus patologías con la fumigación directa. En mi caso, con respecto a mis hijos y mi salud, tuvimos que pasar por 15 instituciones para poder saber qué estaba ocurriendo en el cuerpo de mi familia. Me hubiese gustado que esta guía orientativa existiera mucho antes, porque lamentablemente los médicos de Pergamino no hablan de esta situación, no se menciona la vinculación que hay entre las distintas enfermedades que tiene la ciudadanía con las aplicaciones de venenos y me parece que va a ser una instancia muy nutritiva para tener en cuenta los riesgos y cómo actuar”, dice a este medio. “Yo me encontré muy desorientada en los inicios de este recorrido, donde no había explicaciones médicas. Hasta que en la consulta número 15, fuera de Pergamino, alguien me preguntó por primera vez si vivíamos en una zona donde se fumigaba. Nos afecta a todas las personas que estamos viviendo en las zonas sojeras y a las que están alejadas, porque sabemos que se ha comprobado que personas de las distintas ciudades donde no hay cultivos también se ven afectadas”, advierte. Ortiz estará en el panel de presentación de la Guía, junto a referentes de la ciencia, la medicina y la lucha que se viene dando en los pueblos fumigados.
Cada vez más tóxico
En los últimos años se multiplicaron los estudios que prueban el impacto de las fumigaciones frecuentes sobre la salud de las personas. Hay trabajos sobre su vínculo con el cáncer e incluso daño genético, en el caso del glifosato. En paralelo, el uso de agrotóxicos no para de crecer.
“Como la respuesta de la naturaleza (esencialmente de las plantas e insectos) es adaptarse a la agresión química de los agrotóxicos y desarrollar resistencia a sus efectos biocidas, las dosis de aplicación se van aumentando año a año y agregando sustancias más poderosas a las mezclas de agrotóxicos para lograr similares resultados, situación que conlleva a dosis crecientes de exposición para las personas de esas zonas”, advierte el material elaborado la Red. “También los médicos creíamos, a mediados del siglo XX, que los antibióticos iban a terminar con las infecciones bacterianas, pero éstas desarrollaron resistencia y hoy debemos usar combinaciones y se promueve el Uso Racional de Antibióticos, algo que es muy excepcional con los agrotóxicos”.
Ávila explica además el trasfondo de la publicación de la Guía: “La Red de Médicos estuvo estos años más que nada dedicando esfuerzos en hacer investigaciones epidemiológicas en los pueblos para mostrar cómo la gente se enfermaba y cómo cambiaba el perfil de enfermedades y la necesidad de alejar las fumigaciones o cambiar de modelo productivo. Como eso no pasa ni va a pasar en el corto plazo, decimos ‘vayamos haciendo reducción de daños’.”
El contexto político argentino y la inminente asunción de Javier Milei a la presidencia enciende además otra alarma, por el antecedente de su par brasileño Jair Bolsonaro. “Hay mucha preocupación porque la experiencia de Brasil con Bolsonaro fue horrible. Se liberalizaron normativas restrictivas que ya eran laxas. Tenían autorizados 150 principios químicos cuando empezó su gobierno, y terminaron con 500. Nos van a liberar todo tipo de venenos prohibidos en Europa”, advierte el coordinador de la Red de Médicos Fumigados.
Carolina Ragazzon
1 December 2023 - 12:28
de qué sirve un manual más?? Con manuales NO se soluciona nada. La gente sigue exponiéndose. Claro está que si los mismos funcionarios públicos son los socios de los contaminadores... no van a ir en contra de $u$ propio$$$ intere$$$$e$$$$$$