La fiscal a cargo de la investigación por la muerte de la periodista radial Griselda Blanco (44) de Curuzú Cuatiá, distante a 320 kilómetros de la capital correntina, tomó contacto con la prensa local y dio detalles del homicidio. María José Barrero Sahagún, funcionaria de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (Ufrac), confirmó que se siguen varias líneas de investigación y por ahora no descartan ninguna hipótesis. Eso sí: enfatizó que «hay elementos suficientes» para haber detenido a su ex pareja. Una herida de arma blanca y una soga en el cuello se sumaron como elementos claves en la causa.
En diálogo con Radio Dos, la fiscal indicó que la situación de la expareja de la periodista, identificado como A. Jara de 54 años, es comprometida y que “había elementos suficientes” para la aprehensión. Todavía no está imputado.
“En ningún momento se trató la hipótesis del suicidio, desde el primer momento se lo trató como homicidio”, manifestó la funcionaria judicial. Y expresó que la intervención de la Policía Federal Argentina en la investigación fue “por un pedido de la familia” y que “todo se está investigando, es un hecho gravísimo”.
Una brigada de la División Homicidios de la PFA, entre quienes se encuentra el comisario Ricardo Juri, jefe de la Policía Federal de Chajarí, viajó especialmente este domingo para sumarse a los trabajos de la departamento de investigaciones de la región. Según trascendió, allanaron la vivienda del sospechoso e incautaron prendas de vestir y una notebook.
Si bien aún no se conocen los resultados de la autopsia, según publicó el Diario El Litoral, fuentes policiales informaron que el cuerpo de Blanco presentaba signos de haber sido estrangulado con una soga y tenía golpes en el rostro. Además, en el piso de la vivienda había rastros de sangre. “Se hallaron también pelos en sus manos, que podrían ser señales de que se defendió del ataque”, aseguró una fuente de la investigación, que añadió que los accesos a la vivienda no fueron violentados.
En una entrevista en Radio Sudamericana, el ministro de Seguridad provincial, Buenaventura Duarte, confirmó que los primeros datos revelaron que había cabello en las manos de la víctima y que se solicitó la colaboración de peritos de la Policía Federal a fin de garantizar la objetividad de la investigación: “Había, supuestamente, una amenaza de un funcionario policial (hacia la víctima) entonces para que haya objetividad se convocó la presencia de la Policía Federal con el comisario Juri”.
Las hipótesis que se investigan
Algunas versiones indican que una cámara de seguridad habría captado a Jara llegando a la casa de la víctima el sábado a la madrugada, cerca de la hora de su muerte. Jara se encuentra detenido desde que se conoció el hecho. La fiscal Barrero Sahagún adelantó que esperan los resultados de la autopsia para ser analizados junto al cuerpo de investigadores. “Son los momentos iniciales de la investigación. Mi rol es poder recolectar las evidencias de la mejor manera posible, cuidarlas para poder probar que una persona o varias realizaron este hecho aberrante”, expresó.
Por su parte, Fabián Cesani, uno de los hijos de la periodista, contó a la prensa que su madre investigaba la corrupción policial y recibía amenazas por su profesión. “Ella recibía muchas amenazas por involucrase en temas muy delicados. Creemos que el asesinato pasa por ese lado”, aseguró. De esta manera, Fabián descartó las primeras versiones que indicaban que la periodista había sido asesinada por su expareja.
Según detalló, la policía local fue la primera fuerza que llegó a la escena del crimen, no obstante, la fiscal del caso decidió la intervención de la policía federal por distintas irregularidades registradas en su accionar. Entre la irregularidades advertidas, Cesani contó que desapareció un teléfono que usaba su madre en el cual tenía “mucha información relevante” sobre los casos que investigaba.
Sobre la hipótesis de la expareja, Fabián dijo que son muy pocas las posibilidades de que se trate del asesino de la madre e incluso aseguró que hay pruebas de que en el momento del crimen se encontraba en otro lugar. “Ellos se llevaban muy bien. Se separaron en buenos términos e incluso conservaban una amistad.
Los vecinos saben que mi mamá recibía muchas amenazas de la policía y en especial de un comisario que estaba en cosas raras. Yo creo que el crimen por ahí”, puntualizó. Y agregó: “en un video que subió a sus redes sociales mi Mamá advirtió que si le pasaba algo era por ese tema. Ella estaba viendo venir que le podía suceder algo de esta magnitud”.
Griselda Blanco, una periodista que denunciaba las injusticias
Griselda Blanco (44), madre de dos hijos, utilizaba su cuenta de Facebook como medio de comunicación. Solía transmitir en vivo y también posteaba información con videos o fotografías. Su sitio de prensa radial se llamaba Hablemos claro y Griselda Blanco Noticias y desde allí habitualmente hacía fuertes críticas por algunas situaciones que padecían los correntinos.
En la más reciente, se había referido a la muerte de Débora Serrano, quien falleció en el hospital Fernando Irastorza de Curuzú Cuatiá. El caso es investigado por la Justicia.
En marzo, habló sobre un presunto abuso sexual y acoso que había recibido por parte de un comisario, por lo que recibió una carta documento para que cese con los comentarios injuriosos y que arbitre los medios para reparar los daños ocasionados. En su incursión periodística expuso que había recibido amenazas.
El hallazgo
En las últimas horas de la tarde del sábado, casi al anochecer, un hermano concurrió hasta su domicilio situado por Juan Pujol al 800, en la zona céntrica de Curuzú Cuatiá, Corrientes. La encontró colgada y de inmediato dio intervención a la policía. Sus restos fueron derivados al Instituto de Medicina Forense (IMF) de la capital correntina para la realización de la autopsia. Se tratará de tener una certeza sobre la hora del deceso y las causas. La fiscal Barrero Sahagún está la espera de esos informes para decidir sobre otras diligencias.