El deporte argentino está a la deriva, atravesando una crisis sin precedentes, al borde del knock out. El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, y el subsecretario de Deportes, Julio Garro, se reunieron de manera virtual con las autoridades deportivas provinciales para comunicarle que no hay plata para los Juegos Evita. Pero, ¿cómo repercute esto en el deporte nacional?

Los Juegos Evita son el principal programa deportivo de nuestro país. El año pasado, en su 75 aniversario, participaron más de un millón de jóvenes y personas mayores durante todo el año en 76 disciplinas deportivas y 13 culturales, lo que arrojó como resultado 25 mil finalistas nacionales que compitieron en Mar del Plata, Chapadmalal, Tecnópolis y Termas de Río Hondo. Estas finales -más allá de resultar majestuosas por contar con todo ese caudal de gente compitiendo a la vez en más de 200 clubes, escuelas y polideportivos en la misma ciudad- son simplemente la frutilla del postre. Lo virtuoso del programa es que representa una oportunidad para garantizar un inmenso sistema de competencias municipales, regionales y provinciales durante todo el año. 

Pero los Evita no son solamente la principal competencia de nuestro país, igualadora de oportunidades, democratizadora del acceso a la práctica deportiva, fundamental en el desarrollo deportivo y semillero de talentos. Durante los juegos -además- se despliega una red de articulaciones inter-estatales para garantizar que los participantes accedan a un chequeo médico, se vacunen contra la gripe, la neumonía o completen su calendario de vacunación; los jóvenes participan en talleres educativos sobre educación sexual integral, salud sexual reproductiva, bullying, grooming, violencia por motivos de género, consumos problemáticos; se realizan talleres de orientación vocacional para ayudarles a elegir qué carrera estudiar para darles herramientas para su futuro. También son una oportunidad para abordar problemáticas y reflexionar con los participantes sobre el cambio climático y la sostenibilidad ambiental: la premiación fue realizada con medallas y trofeos confeccionadas 100% con tapitas de gaseosa recicladas en el marco de una campaña de concientización y separación de residuos con institutos de educación superior. Durante la final nacional se midió la huella de carbono generada en el evento y se plantó flora nativa con los jóvenes de todo el país para compensarla. Y podría seguir con más ejemplos que pondrán sobre la mesa la profunda herramienta educativa, cultural y sanitaria que son los Juegos Nacionales Evita y por qué es importante que el Estado se ocupe de promoverlos. No solo por todo lo antedicho, sino porque -además- son muy virtuosos en términos económicos.

El observatorio económico y social del deporte y la actividad física de la Universidad Nacional de Misiones pudo medir el impacto económico y social de los Evita 2023. El informe da cuenta de la tracción económica que generan los juegos, que en esta oportunidad multiplicaron 15 veces la inversión inicial realizada por el gobierno nacional en la organización. Esto significa que cada peso invertido en la organización se multiplicó 15 veces en la economía nacional. Es decir, en la ciudad anfitriona, en este caso Mar del Plata y en las Provincias donde se realizaron diferentes tipos de consumos producto de su participación en los juegos. De esta manera, el 66% del impacto fue en Mar del Plata en hotelería, alimentos y comercio y el 44% tuvo su efecto en las provincias activando transporte e indumentaria.

Pero no hay plata. Como tampoco parece haber plata para el resto de los programas de apoyo y fortalecimiento del deporte argentino. Durante la última campaña presidencial, ya llamaba la atención el contraste entre las plataformas electorales de los dos candidatos que llegaron al ballotage. En la plataforma de Sergio Massa se podía encontrar un Plan Nacional, con 10 ejes centrales de fortalecimiento del deporte argentino entre los que se destacaban potenciar el apoyo económico a 10 mil clubes de barrio y 1000 polideportivos municipales para la puesta en valor de sus instalaciones deportivas y la recuperación de la autarquía financiera del ENARD a través de un impuesto a las bebidas alcohólicas para financiar no solo el desarrollo deportivo y potenciar las bases, sino poder acompañar la carrera de nuestros deportistas, esos embajadores que se encargan de representar la bandera celeste y blanca en el mundo. En la plataforma de Milei, por el contrario, ni una sola referencia al deporte. En lo que, quizás, sea hasta el momento una de las pocas muestras de coherencia del presidente, en el deporte está haciendo exactamente lo que dijo que iba a hacer: nada.

Foto: Diego Martinez @ildieco_diegomartinezph

Se descontinuaron todos los programas deportivos nacionales de apoyo a clubes de barrio como Clubes en Obra y Hay Equipo, se los está ahogando con un tarifazo impagable para instituciones sin fines de lucro, se suspendió el funcionamiento de las más de mil escuelas que garantizaban el acceso a la iniciación y desarrollo deportivo en 42 disciplinas, se cancelaron los apoyos económicos para infraestructura deportiva municipal y provincial y se dejaron de pagar las becas de la ex Secretaría de Deportes (hoy degradada a subsecretaría). 

Hasta el momento, no hubo una sola acción por parte del Estado para el deporte argentino y solo se había escuchado a Scioli pronunciarse en materia de política deportiva para fomentar el arribo de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) a un país en el que podemos estar orgullosos de que los clubes estén en mano de sus socios y se gobiernen democráticamente. Ayer, en privado, tuvo su segunda intervención en la materia. Fue para decirles a las 24 autoridades deportivas provinciales que no habrá Juegos Evita. Junto con Garro, plantearon reemplazarlos por un evento apuntado al mediano y alto rendimiento con el objetivo de captar talentos de cara a los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2026. Esto no solo implica la eliminación de 40 disciplinas deportivas, que tenían en los Juegos Evita la posibilidad de desarrollo y crecimiento en todo el país, sino también la eliminación de las disciplinas para personas con discapacidad y para personas mayores. 

Pero no hay plata. Así que las provincias que quieran participar de los juegos, deberán pagar la totalidad de los gastos de transporte, hospedaje, alimentación y logística de su delegación.

El deporte argentino está al borde del knock out, les pedimos a las autoridades nacionales que estén a la altura del lugar que ocupan y se dejen ayudar por la comunidad deportiva para revivirlo.