En el Gobierno nacional ya no ocultan su enojo por el estado permanente de gataflorismo que adoptó Mauricio Macri desde que arrancó la gestión libertaria. Con una lista de reclamos que se extiende desde la Legislatura hasta la calle Uspallata, la decisión del primo Jorge de desdoblar las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires no hizo más que profundizar una Guerra Fría que el oficialismo amenaza con poner fin con la drástica decisión de no concretar ningún acuerdo electoral con el PRO.

En la mañana de este viernes, el Jefe de Gobierno porteño oficializó la decisión que fue un secreto a voces en las últimas semanas. Con este movimiento separatista, intensamente cuestionado por los libertarios porteños, Jorge Macri envió un fuerte mensaje a la Casa Rosada. El ex bonaerense está dispuesto a utilizar todo el aparato necesario para cuidar la cuna del partido que fundó su primo hace dos décadas, incluso si esto supone poner en jaque la relación con el oficialismo nacional, dueños indiscutidos de la lapicera que trazará los nombres en las listas del próximo año.

La respuesta del oficialismo no tardó en llegar. Luego del anuncio, la filial porteña de La Libertad Avanza lanzó un durísimo comunicado en el que acusan al jefe de gobierno de ejercer un “ventajeo electoral” en contra de los intereses del electorado capitalino. “El Gobierno de la Ciudad no entiende las prioridades de los porteños. Tal vez porque muchos de ellos, incluido el Jefe de Gobierno, no lo son”, chicanea el comunicado. En la misma línea, cuestionan el gasto que implica este desdoblamiento y afirman que “con esa plata – en una ciudad donde se escapan los presos – el Gobierno de la Ciudad podría financiar, por ejemplo, una cárcel para más de 500 delincuentes para darle mayor seguridad a los vecinos.”

Con la misma dureza se cuestiona el anuncio de la eliminación de las Primarias en sesiones extraordinarias. “Las PASO nunca sirvieron, estamos de acuerdo. Por eso proponemos eliminarlas. Y no deja de llamarnos la atención lo tarde que se han acordado de esto, presentando un parche, cuando tuvieron todo este año para poder analizar sugerencias, discutirlas e impulsar una verdadera reforma, tal como lo viene haciendo el Gobierno Nacional”, completan.

En este sentido, en Casa Rosada advierten que estarían dispuestos a apoyar la quita de las PASO en la Legislatura y sostienen que impulsarán su propio proyecto para replicar esta eliminación a nivel nacional. La idea que cotiza en la mesa chica libertaria es la de convocar a sesiones extraordinarias para mediados de enero o los primeros días de febrero para iniciar este y otros debates de proyectos claves.

Previamente, la presidenta del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura porteña y alfil de Karina Milei, Pilar Ramírez, afirmó que este desdoblamiento “es un capricho de casta y es inversamente proporcional al gran esfuerzo que está haciendo el Presidente cuidando cada peso de los argentinos”. En tanto, fiel al estilo mileísta, en su cuenta de Twitter la legisladora fue por más. Cerca del mediodía posteó una captura de pantalla en la que se puede ver dos tuits del entonces intendente de Vicente López en los que celebraba la decisión de María Eugenia Vidal de no desdoblar las elecciones. Fuerte y al medio.

Los movimientos de la karinista no son para nada espontáneos. Ramírez es la encargada de poner en palabras el hartazgo que empieza a manifestar con cada vez más fervor el Triángulo de Hierro ante la afiliación de Mauricio Macri al club del amague y recule. La mesa tripartita que componen Javier y Karina Milei y Santiago Caputo entienden que el ex presidente tensiona más de lo debido para conseguir los espacios en el gobierno que cree merecer, un deseo que en el oficialismo están decididos a no cumplir.

“Esto no es un cogobierno. Si quieren que repartamos los lugares de forma equitativa, que nos den seis ministerios en la Ciudad”, dijo ante este medio un funcionario al tanto de las negociaciones con Macri, quien a su vez sostuvo que el espacio del ex presidente no tiene potestad para negociar como un par con el oficialismo. 

En el tablero electoral de los encargados de llevar adelante la estrategia para las legislativas del próximo año el PRO no tiene injerencia, es por eso que se enfocarán en su objetivo de teñir de violeta el Congreso. La aspiración del oficialismo es conseguir cincuenta y dos nuevas bancas en Diputados y otras diez en el Senado para avanzar con mayor cintura en las reformas estructurales que este primer año debió negociar con los opositores dialoguistas, a quienes tampoco descartan sumar en las alianzas del próximo año.

Con el PRO fuera de juego -un escenario más que avalado por las encuestas que llegan al Salón Martín Fierro donde el macrismo no supera los ocho puntos en intención de voto-, el último guiño que en el gobierno están dispuestos a darle al macrismo es la entrega dos lugares para las listas de la Ciudad de Buenos Aires y cuatro para la Provincia. “Es eso o nada”, advirtió un funcionario cercano al presidente, que a su vez no escondió su malestar por el anuncio del jefe de gobierno y advirtió que esta decisión “desincentiva un acuerdo electoral”.

De concretarse, la misericordiosa oferta del oficialismo, que poco contenta al calabrés, viene con una cláusula que nadie que desee sumarse a las fuerzas del cielo podrá obviar. Para los armadores libertarios, la única condición es el alineamiento absoluto con la agenda del presidente, ítem que el macrismo duro pareciera no estar dispuesto a cumplir. “Nos obligan a fusionarnos sin darnos nada a cambio, nosotros no somos cualquier cosa”, refunfuñó un hombre cercano al ex presidente ante Tiempo.

En el gobierno, por su parte, mantienen la línea de no ceder ante los pedidos del macrismo y se mueven bajo la idea de seguir cooptando uno por uno a las figuras más potables del espacio. Este, dicen, es el caso de Diego Santilli y Cristian Ritondo, quienes este año se convirtieron en el principal nexo entre la Casa Rosada y la madre nodriza amarilla. Con este antecedente, en el oficialismo fantasean con la idea de que la sangría de figuras del PRO será inevitable y el ex presidente quedará peleando sólo en una eventual candidatura a senador para cuidar el pago chico porteño. “Si juega, sale tercero cómodo”, pinchan sin piedad.