En medio de la profundización del conflicto sindical en reclamo de mejoras salariales, el gobierno amenaza con entregar Aerolíneas Argentinas a una empresa extranjera. Así lo anunció esta mañana el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien advirtió que el gobierno “irá a fondo” contra el gremio que conduce el sindicalista Pablo Biró a quien buscarán echar del directorio de la empresa.

“Al asumir, el Presidente se propuso sepultar los piquetes realizados por las organizaciones que cortaban la libre circulación. Así como se cortaron esos piquetes, cuando nadie lo creía posible, ahora vamos a sepultar los piquetes gremiales y los privilegios de la casta aeronáutica, vamos a ir a fondo con los piquetes aeronáuticos”, sostuvo el portavoz con rango de ministro.

Según pudo reconstruir Tiempo, los planes del gobierno no son privatizar la aerolínea estatal, sino hacer una virtual concesión a una compañía internacional que tenga el aparato suficiente para hacerse cargo del manejo de toda la operatividad. Esto, explican dentro de Casa Rosada, incluirá la utilización de aviones, pilotos y el resto del personal necesario que disponga la empresa que se haga cargo del managing. Por el momento, la medida sólo se aplicaría para vuelos de cabotaje.

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En el gobierno evalúan una lista de posibles compañías de Latinoamérica que podrían desembarcar en el país para operar en lugar de Aerolíneas. Aunque todavía esquivan nombres propios y mayores detalles, algunas de las empresas que están en carpeta son Jet Smart, Latam (Chile), Azul Líneas Aéreas (Brasil) y Avianca (Ecuador). Esta última sería una de las favoritas.

El conflicto, que se arrastra desde hace meses y escaló en las últimas semanas, se sostiene por la falta de acuerdo entre el sindicato y el gobierno en la negociación de paritarias. Los gremios aeronáuticos, cuyos sueldos están congelados desde el inicio de la gestión libertaria, reclaman un aumento del 25% que les permita recomponer la pérdida de ingresos en los últimos meses. En el gobierno, en tanto, ofrecen 10,8%.

La imposibilidad de llegar a acuerdos propició un escenario de conflicto con el despliegue de paros generales dentro de los aeropuertos y cancelaciones de vuelos. Con este panorama, en el gobierno decidieron avanzar contra el gremio sin habilitar una nueva instancia de diálogo o cese del conflicto a través de la firma de una conciliación obligatoria. “No es una amenaza vacía, se la vamos a poner”, dijeron ante este medio desde adentro de Casa Rosada sin sonrojarse.

“Este mensaje es para que los gremios entiendan que no tienen ninguna posibilidad de ganar la discusión”, repiten dentro del gobierno. En tanto, y acrecentando aún más la amenaza, advierten que podrían replicar este tipo de maniobras con otros gremios que decidan no alinearse con los planes que el Ejecutivo busca imponer para su gestión.

Además, decididos a avanzar contra las cabezas sindicales, en el gobierno adelantaron que buscarán echar del directorio de Aerolíneas Argentinas al titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró. Esta aspiración está en línea con el inicio de un proceso penal contra el líder sindical por “amenazas y extorsión” tras los dichos del dirigente quien advirtió que el conflicto iba a recrudecerse.

En este sentido, en el oficialismo advierten que los aeronáuticos tendrán hasta el 17 de octubre como fecha límite para aceptar la propuesta paritaria que acercó el gobierno. La llamativa coincidencia de la fecha con la celebración del Día de la Lealtad peronista, sin embargo, no es una provocación. Ese día será el último en el plazo de 30 días que tiene la compañía estatal para ocupar el cargo del gerente de operaciones, vacante desde el 17 de septiembre tras la salida del entonces gerente, Gustavo García Lemos.

La decisión se acordó en la mañana del jueves en la reunión que mantuvieron la secretaria general, Karina Milei; el jefe de gabinete, Guillermo Francos; el vicejefe de gabinete del Interior, Lisandro Catalán; el ministro de Economía, Luis Caputo; el titular de la compañía, Fabián Lombardo; el flamante secretario de Comunicación y Medios, Manuel Adorni; y el asesor todoterreno, Santiago Caputo.

Según pudo reconstruir este medio, esta reunión ya estaba pactada desde días atrás, en vistas de la escalada del conflicto que incluye cese de actividades y cancelaciones de vuelos. Curiosamente, del encuentro no participó el presidente Javier Milei, quien en las últimas semanas inició un proceso de reconversión de su figura, adoptando un rol más político que le permitiera articular con la oposición dialoguista.

Macri y el PRO, a favor de la privatización de Aerolíneas Argentinas

Durante la cumbre, además, se acordó avanzar a paso firme con el proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas que presentó el diputado del PRO, Hernán Lombardi. Entre los fundamentos de este proyecto, los veinte legisladores del partido denuncian “años de corrupción, el uso de la empresa como un nicho para acomodar militancia partidaria, y la extorsión por parte de algunos sindicatos, nos han costado millones de dólares a todos los argentinos.”

En tanto, esta decisión del gobierno llega tras el contundente reclamo de Mauricio Macri, quien pidió el “desarme urgente” de Aerolíneas Argentinas. A través de su cuenta de Twitter, el ex presidente apuntó directamente contra Biró y advirtió que el líder sindical y sus socios “han estafado demasiados años a los argentinos, incluso a aquellos que no vuelan, bajo la falsa bandera de soberanía y el concepto anacrónico (y costoso) de aerolínea de bandera».

Además, sostuvo que «se encargaron de que hoy se vuele poco, de que sea caro y que haya menos conexiones entre provincias», al mismo tiempo que los acusó de «hostigar descaradamente a la competencia».

Consultados por este medio sobre la apreciación del ex mandatario, desde un importante despacho ningunean los dichos del padre fundador del PRO y advierten que la decisión de avanzar “con fuerza” contra el sindicato de aeronáuticos no es para cumplir los deseos de Macri, sino una avanzada concreta analizada en detalle desde la mesa chica del oficialismo.