Diego Javier Clementi, el ginecólogo acusado de agredir sexualmente a 14 pacientes en una clínica privada de Burzaco, comenzará a ser juzgado el próximo 16 de abril en los tribunales de Lomas de Zamora en el marco de una creciente expectativa, porque si bien el caso llegó a las primeras planas y reveló la inexistencia de protocolos de atención para prevenir abusos. Dos años después esos instructivos siguen sin elaborarse y el médico sigue atendiendo en el lugar de siempre.

A dos semanas del comienzo del juicio oral, Tiempo Argentino dialogó con tres de las denunciantes –MAR, CG y JA– , y la abogada que las acompaña con patrocinio ad honorem como parte de su militancia feminista, Claudia Perugino. “Las denunciantes somos la punta del iceberg, somos un montón pero muy poquitas respecto a la cantidad de mujeres que sabemos fehacientemente que han sido abusadas, sin contar aquellas que todavía no lo contaron”, dijo a Tiempo C.G., una de las denunciantes.
La joven llega a esta conclusión teniendo en cuenta que “hay relatos que datan de hace 30 años” y todos muestran el mismo modus operandi, de utilizar su consultorio “como su coto de caza”
Dentro de dos semanas y todos los miércoles de abril, Clementi deberá sentarse en el banquillo del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Lomas de Zamora acusado de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal cometido en forma reiterada”, “abuso sexual gravemente ultrajante” y “abuso sexual simple”.
Según el pedido fiscal de elevación a juicio, éstos fueron cometidos en perjucio de 14 mujeres entre 2017 y 2022 con una mecánica repetida: aprovechándose de la situación de poder que implica su condición de médico, Clementi las besó cerca de la boca, las hizo desvestirse enfrente de él, les apoyó su miembro en la zona genital, las manoseó en sus partes íntimas y hasta les introdujo sus dedos en la vagina sin ninguna justificación terapéutica. Incluso, en dos de los casos, estas agresiones se habrían producido hacia mujeres que concurrieron por un aborto cuando aún no se había sancionado la Ley IVE, actuando la penalización de la práctica como un reaseguro para la no denuncia.
“Estamos todas muy conmocionadas, nerviosas… incluso sorprendidas, porque no esperábamos que (el juicio) fuera tan rápido. Nos remueve mucho volver a hablar del tema, recordar lo que nos pasó”, dijo MAR.
A su turno JA explica que si están dispuestas a afrontar las jornadas de debate con todo lo que esto implica es porque todas buscan una condena que “siente un precedente para que esto no vuelva a suceder”. “Una asiste al médico, en general, en un estado de vulnerabilidad para curar una enfermedad o ver que esté todo bien, y es importante poder contar con un protocolo que te permita saber de antemano qué prácticas médicas son apropiadas o no dentro de una consulta ginecológica”, dijo.
Por su parte, la abogada de las víctimas, Claudia Perugino, destacó la situación de “soledad” en la que se encuentran las denunciantes a pesar de su considerable número y de la contudencia de las pruebas, en virtud de un contexto adverso, “que no es el mismo que cuando se denunció”.
“En este tiempo, dos de las denunciantes, se los han cruzado en la calle y él, en vez de guardar un mínimo respeto, continúa agrediéndolas, insultándolas porque cree que va a salir de ésta indemne. Las notificaciones las recibe su mujer que es jueza y él mismo fue asesor en 2023 de la mujer del diputado Gerardo Milman (la ex precandidata a intendenta de Almirante Brown, Florencia Retamoso), a este extremo llega la impunidad”.
No obstante, Perugino confía en el poder de las mujeres organizadas que permitió inicialmente el desarchivo de las primeras cinco denuncias, el avance de la causa hasta llegar al juicio oral, el apartamiento de Clementi del puesto que ocupaba en el Hospital Evita de Lanús y, mucho más acá en el tiempo, la reciente separación del ginecólogo como instructor de boxeo chino en el club Deportivo y Cultural José Mármol de esa localidad bonaerense (ver recuadro).
Por otro lado, las denunciantes acusan a la fiscal de juicio, Viviana Giorgis, de querer evitar el debate oral con un juicio abreviado manteniendo sólo la acusación por el delito de “abuso sexual simple”, que tiene una pena máxima de cuatro años.
“Hoy nos encontramos con una fiscal que no nos escucha, que se ha comunicado telefónicamente con sólo dos de las denunciantes para proponer un juicio abreviado, lo que implica negar lo que nos sucedió, quitar todos los agravantes”, dijo JA.
“Parece más una defensora de Clementi que una fiscal. Nosotras propusimos tener una reunión manera presencial con ella, pero jamás nos contestó. Dice que no puede comprobar el acceso carnal, pero entonces ¿cómo sí comprobó el abuso sexual simple? Para mí eso no tiene sentido. Todas estamos de acuerdo en oponernos al juicio abreviado, en que tenemos la verdad y no vamos a ir a menos”, agrega MAR.
El juicio abreviado constituye un procedimiento alternativo que permite llegar a una sentencia a partir de un acuerdo entre el imputado, su defensor y el fiscal.
CG va más allá y se ilusiona con que la violencia sexual en el marco de la consulta médica “deje de ser un tabú como ocurrió antes con la violencia obstétrica”, a fuerza de visibilización.
“Por eso estamos entre nosotras, como nuestro granito de arena, pensando un protocolo para poner una palabra o herramientas en las manos de una paciente que va a entrar a un consultorio, para que sepa qué es lo correcto y que no, cuál es el límite, hasta donde te puede revisar… porque cuando se pasa ese límite, hay avasallamiento. La información es poder”, dijo.
Clementi fue director médico del Centro Médico de la Mujer de Burzaco -donde las denunciantes refieren los abusos- hasta principios del año pasado, cuando este centro asistencial cerró sus puertas.
No obstante, a mediados de abril de 2024 abrió una clínica de fertilidad denominada “Sur Gametos” en el mismo edificio de Boulvard Espora 3187 –que exhibe mínimos cambios en su fachada–, con Diego Clementi como parte del staff, según se desprende cuya página web .
Además mantiene activa su matrícula N° 223.854 otorgada por el Colegio Médico de la provincia de Buenos Aires distrito II, según puede verse en el padrón online de esta entidad que no respondió a las reiteradas requisitorias de esta periodista.
En el hospital Evita de Lanús, donde Clementi era jefe de servicio, en cambio, fue desvinculado preventivamente de la atención a pacientes “hasta que la Justicia determine su responsabilidad en los casos denunciados”, indicaron en su momento desde ese centro sanitario.
Al momento de conceder la elevación a juicio y negar el sobreseimiento del acusado en noviembre de 2023, el juez de garantías Sebastián Ariel Monelos argumentó que «de momento no existe una confirmación absoluta de que el acriminado no hubiera realizado las acciones antijurídicas que se le imputan, quedando latente dos versiones disímiles” cuya resolución sólo se puede producir en «la siguiente etapa de juicio».
El magistrado ponderó «el número de denunciantes, la íntima y sincera percepción de estas mujeres al ser revisadas por el galeno señalado y donde se habría quebrantado su integridad sexual, más la eventual coincidencia en el modo de llevarse a cabo» que se verifica en las diferentes denuncias, todo lo que «da de bruces con cualquier intento de sentencia definitiva sin debate oral de por medio».
Además, ató su decisión a “la mirada con perspectiva de género con la que deben valorarse estas situaciones” según lo dispuesto por la Corte Suprema de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires.
En los últimos siete años, al menos 10 ginecólogos fueron condenados en diferentes provincias por delitos contra la integridad sexual cometidos contra pacientes y en el marco de la consulta médica (ver recuadro).
La pena más alta en este listado no exhaustivo realizado a partir de reportes periodísticos corresponde al ginecólogo sanjuanino Carlos Hugo Martínez, quien deberá pasar 21 años y medio en el Penal de Chimbas por delitos contra la integridad sexual en perjuicio de 15 mujeres que eran sus pacientes, en el marco en dos juicios realizados en 2019 y 2022. «
Clementi también fue desvinculado de un club
El ginecólogo Diego Javier Clementi que el 16 de abril comenzará a ser juzgado por 14 hechos de agresión sexual a pacientes en su consultorio, fue “desvinculado” recientemente del Club Cultural José Mármol de esa localidad bonaerense donde enseñaba boxeo chino, a pedido de las madres de los estudiantes, según informaron las denunciantes y confirmaron a Tiempo Argentino fuentes de la institución.
“Unas de las chicas del grupo (de denunciantes) se enteró de que daba clases de boxeo chino y se lo comentó a una mamá que llevaba a su hijo a taekwondo. La madre alerta de este tema a las otras mamás que expresan al club su preocupación”, dijo CG, una de las denunciantes en el juicio a Tiempo.
Otra de las denunciantes, JA explicó que cuando “nosotras nos contactamos con el club, nos dijeron que no se lo podía apartar porque todavía no fue juzgado”, pero cambiaron de parecer “cuando las madres no sólo se quejaron, sino que empezaron a sacar a sus hijas e hijos del club” donde el ginecólogo procesado por múltiples delitos de agresión sexual impartía clases de “un deporte que tiene mucha corporalidad”.
“Lo terminaron apartando por un tema de cautela, que no es lo que hizo el colegio de médicos, que espera la sentencia para retirarle la matrícula, apartarlo o suspenderlo. Y justamente a raíz de esta protección que tiene del colegio de médicos es que puede seguir ejerciendo. En el club de barrio por lo menos, lo han apartado de sus funciones y no puede dar clases”, agregó CG. Fuentes del club confirmaron a Tiempo que Clementi “fue desvincualdo del club, no suspendido”, como ocurrió con el Hospital Evita de Lanús, aunque se negaron a dar más precisiones.