George W. Bush ya no es el presidente de los Estados Unidos, cargo que ejerció entre 2001 y 2009. Sin embargo, aunque ya no rige los destinos de su país (y también de otros países) desde la Casa Blanca, no ha dejado de ser noticia. Según parece, al dejar la presidencia su vocación política ha dado paso a su vocación artística por partida doble, ya que es artista plástico y también escritor.
La editorial Crown anunció la semana pasada la publicación de un libro de su autoría, Out of Many, One: Portraits of America´s Immigrants (A partir de muchos, uno: Retratos de inmigrantes de Estados Unidos). La publicación ya tiene fecha de salida. Aparecerá exactamente el 2 de marzo de 2021.
Su contenido está integrado por 43 retratos, cuatro pinturas a color y biografías de cada uno de los inmigrantes que conoció a lo largo de su vida. Sostiene que los inmigrantes son “los nuevos americanos”, una información un tanto insólita si se tiene en cuenta que durante su mandato la guardia para vigilar la frontera entre los Estados Unidos y México se incrementó en 6.000 efectivos.
“Aunque reconozco que la inmigración –dice en la introducción- puede ser un tema emotivo, rechazo la premisa de que es un tema partidista. Es tal vez el asunto estadounidense por excelencia, y debería un tema que nos una”. Y agrega: “Mi esperanza es que este libro ayude a enfocar nuestra atención colectiva en los impactos positivos que los inmigrantes están teniendo en nuestro país”.
El libro se presentará en forma conjunta con una exposición de sus pinturas en el Centro Presidencial George W. Bush en Dallas. Un porcentaje de las ganancias que produzca –no se especificó cuál- estará destinado a instituciones que ayuden a lograr la reubicación de los inmigrantes. El expresidente declaró que no quiso publicar su libro durante la campaña electoral que llevó a Donald Trump a la presidencia.
Su vocación por la pintura se habría iniciado en Washington, luego de leer el libro de Winston Churchill Pintar como un pasatiempo publicado en 1948, según consta en una nota del mes de octubre de ese año del diario El país de España.
Cuando comenzó a darle rienda suelta a su gusto por las artes plásticas, las pinturas de Bush giraban en torno a las heridas visibles e invisibles que les dejan las batallas a los soldados. Con esos primeros cuadros se animó más tarde a organizar una exposición que se llamó Retratos de Valor y cuyo subtítulo, tuvo una longitud inusual: Tributo de un Comandante en Jefe a los Guerreros Americanos. Retratos pintados por el Presidente George W. Bush. Estos retratos estuvieron expuestos entre el 7 de octubre y el 15 de noviembre de 2019 en un ala del Centro Kennedy para las Artes. Las opiniones de los principales críticos de arte fueron impiadosas. Los definieron como mediocres y cuestionaron el hecho de que se expusieran en un Centro como el Kennedy.
Pese a la mala factura de sus obras mencionada por los críticos, Bush se entrenó en las artes plásticas. Ya 2013 se supo que pintaba porque un pirata informático publicó sus pinturas en las redes. Se formó con diversos profesores que le enseñaron a trabajar con mucha materia para que sus cuadros tuvieran un efecto casi tridimensional de gran impacto. En un principio pintó bodegones, perros, cuadros de políticos relevantes como Vladimir Putin, José María Aznar y él mismo, aunque luego decidió dedicarse a retratar a la gente común.
En 2010, además, publicó a través de la misma casa editorial, con la que firmó contrato poco después de dejar la Casa Blanca, Decision Points, donde se refirió al ataque a las Torres Gemelas, a su decisión de mandar soldados a Afganistán e Irak y a las respuestas implementadas ante el huracán Katrina.
Por ese entonces, una alta ejecutiva de Crown Publishers, Tina Constable, expresó a través de un comunicado: «Esperamos que este libro sea uno de los títulos más vendidos durante esta temporada de feriados».
Sus deseos se hicieron realidad, porque a pesar de que llovieron las críticas, el libro se convirtió en un best seller. Vendió 775.000 copias en soporte papel y más de 100.000 en formato digital.
En 2014 presentó otro libro, 41: Un retrato de mi padre en el centro de la biblioteca presidencial en la Universidad Texas A & M. Lo definió como “una historia de un hombre extraordinario, a mi juicio, el mejor presidente de un solo mandato que nuestro país ha tenido nunca”.
De todo esto puede concluirse que quizá la objetividad no sea la mayor virtud del presidente de los Estados Unidos y que el intento de compensar los desastres políticos con la pintura y la escritura es un intento vano, aunque tanto los libros como los cuadros tengan un éxito de público garantizado.