La automotriz General Motors postergará el inicio de sus actividades en su planta de Rosario, Santa Fe, debido a “problemas con los pagos a los proveedores del exterior”.
La empresa analiza la posibilidad de apelar al Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), que propone el gobierno, a través del Banco Central, a los importadores con inconvenientes para pagar sus deudas en moneda estadounidense.
La terminal santafesina está en ese listado porque compra al exterior los insumos que necesita para fabricar su modelo SUV Tracker. Hasta 2023 también producía el sedán Cruze, que se discontinuó.
El personal, actualmente de vacaciones, tenía previsto retomar sus actividades el 29 de enero, pero se está analizando una nueva fecha “más viable”, de acuerdo con las fuentes consultadas.
En 2023 la compañía suspendió su producción por tres semanas porque los proveedores del exterior dejaron de suministrarle los productos que se necesitan para el trabajo en la factoría.
Según la prensa especializada, la deuda de importadores acumulada por el sector automotriz estaría por encima de los U$S 8.000 millones.
Las fuentes consultadas confiaron que el gobierno conoce las demandas del sector diálogo mediante con ADEFA, la cámara que nuclea a las empresas que operan en el país.
Y agregaron “el Bopreal es un instrumento que está siendo analizado por nuestros respectivos equipos técnicos”.