Deliciosas comidas con galletas de piso recién horneadas, cerveza artesanal tirada, música en vivo, y una plaza llena de productores y artesanos serán el escenario de la plaza principal este fin de semana del 6 y 7 de abril. Será la cuarta edición de la Fiesta de la Galleta de Piso.
A tan solo 180 kilómetros de Capital Federal, Saladillo -en la provincia de Buenos Aires– prepara en su plaza principal la 4ta edición de este evento para el que, en las últimas horas, las trece panaderías de la localidad elaboraron más de trece mil galletas de piso. Todas ellas fueron amasadas por los panaderos y panaderas y cocinadas en hornos de barro.
El encuentro es bien familiar. Hace un siglo que se prepara este tipo de pan y se celebra también un premio de oro que recibió la familia Onis en Italia, durante un concurso al que llegaron en barco con su galleta de piso, calificaron y ganaron.
En la Fiesta el Municipio les otorga galletas de piso a 23 instituciones que participan. Cada una presenta un menú acompañado por la galleta, como bondiola braseada, bondiola al disco, lechón desmenuzado, pollo al verdeo, alguna bruschetta entre otros preparados culinarios.
También habrá foodtrucks, 120 emprendedores con múltiples propuestas, bandas locales, talleres de danzas y artistas que desplegarán oferta cultural ante los visitantes.
Un premio, una galleta y un barco
Redonda, con un diámetro que puede llegar a los 20 cm de acuerdo al cocinero, la Galleta de Piso es el último pan que se tira en el horno. Se creó hace más de un siglo cuando la familia Onis, cuya panadería La Estrella -fundada en 1912-, envió en 1918 una lata de galletas por barco hasta Milán Italia, para participar de una competencia donde obtuvo el Primer Premio Mundial Medalla de Oro.
Desde entonces la receta de la Galleta se fue difundiendo por el pueblo hasta transformarse hoy en uno de los íconos saladillenses, que homenajea a aquella medalla que aún se puede ver en la ciudad.
Esta galleta se cocina en el piso del horno de barro. De allí su nombre. “La galleta de piso tiene un sentido especial en la mesa familiar”, detalló Pepe Onís, uno de los nietos del fundador de la panadería que funcionó hasta el año 2000.
“Los Onís somos los descendientes directos de quienes fundaron la panadería La Estrella, creada por nuestro abuelo Don Segundo, con su hermano Enrique cuando llegaron de España. La panadería era lugar de encuentro de mucha gente de campo, que recibía su correspondencia a modo de estafeta postal y hacían su compra para la semana: se llevaba una bolsa grande de galleta de piso (que duraba en buenas condiciones toda la semana) y 2 o 3 kg de pan para consumo de los 2 primeros días”, contó Pepe Onis.
Entre los recuerdos que hacen a la historia, la galleta es un hito porque “luego de un año de fabricar pan en Saladillo, no sabemos bien a ciencia cierta por qué, deciden participar de este concurso en Italia, con una galleta de piso. Era como una feria de artesanos o emprendedores. La envían en una gran lata hasta Buenos Aires, para tomar un buque que cruce el Atlántico y llegar a Milán. Estimamos que no menos de 30 días tardó toda esa vuelta y fue por las características de conservación organolépticas y otras cuestiones que tomaron en cuenta y les dieron este premio que consta, de una medalla de oro y un diploma, escrito en italiano, el cual está en un marco muy bonito de esa época que se ha restaurado hace algunos años. Hoy luce en el despacho del intendente de nuestra Municipalidad. Es un Premio al mérito de la calidad de la fabricación y a la receta de la galleta de piso. La panadería continuó trabajando hasta los 90”, explicaron.
El monumento a la galleta
“Aún se conserva parte de aquel edificio, sobre todo el lugar de venta y de depósito. Con la historia familiar quedamos los nietos de don Segundo Onís, que somos Enrique Segundo Onís quien vive en Roma y es hijo de Enrique Onís y María Elena Marta Onís y José María Pedro Onís hijos de José María Onís”, concluyó.
Con el fin de preservar la tradición muchas panaderías de la ciudad siguieron fabricando la famosa “Galleta de Piso”, incluso en los tradicionales Hornos a Leña.La celebración impulsa la identidad de la ciudad de Saladillo donde también tiene su propio monumento, “Tricutum”. Se trata de una escultura de arte cinético ubicada en la Ruta 205 y Frocham, hoy símbolo de la ciudad, que representa un trigal maduro. La obra fue diseñada y elaborada por las artistas plásticas Maia de Lusarreta y Laura Martín. Un fiestón para conocer, compartir y disfrutar en familia.