La palabra de la exdiputada ecuatoriana Gabriela Rivadeneira se reflejó en estas mismas páginas hace no demasiado tiempo. La recurrencia es todo un dato, un símbolo de la realidad de la región, de su propio país. Con un agregado adicional: la propia dirigenta de la Revolución Ciudadana, liderada por Rafael Correa, en 2019 estuvo asilada en la residencia de la embajada mexicana de Av. 6 de Diciembre N36-165, para luego viajar a México, en una salida que también se puso en entredicho, aunque no con la resolución escandalosamente grave de la del expresidente Jorge Glas.
Justamente, un nuevo zoom acercó a Tiempo, la visión de Rivadeneira sobre la invasión a la embajada mexicana en Ecuador de parte del gobierno de Daniel Noboa, que fue repudiado casi sin excepción. «Qué pena que sea en este contexto que tengamos que conversar entre amigos y amigas de América Latina. La decisión del presidente Novoa fue por demás errónea, de una ilegalidad internacional extremadamente grave, sin precedentes. El discurso del odio implementado en su máximo nivel. No sólo causó una ruptura con una historia muy fuerte de relación con México, comercial, cultural, académica. El mundo entero rechazó a un presidente absolutamente improvisado, que no tiene el conocimiento para estar en el cargo. Quien cogobierna con Novoa es del departamento del Estado. Novoa no mueve un sólo dedo, sino es con la venia del Departamento de Estado».
–Viste este episodio justamente desde México.
-Fue muy doloroso, no sólo ver a la Policía Nacional trepar las paredes de una embajada, cual asaltantes, violando el convenio de Viena. El maltrato al personal diplomático, como Roberto Canseco. Y ver cómo secuestran a Jorge Glas, quien ya tenía el asilo político. A eso ha llegado Ecuador. Es lo que significa Novoa en este momento.
–¿Qué gana Noboa con esto? Aparentemente tiene todas las de perder.
–No calculó, no imaginó el repudio tan grande a nivel internacional que causaría su decisión. Porque además hasta Estados Unidos debió sacar un comunicado. Muy tibio pero tuvo que pronunciarse porque realmente las cosas se le fueron de las manos. Se dio en un ámbito de cubrir y tapar la ineficiencia que ha tenido en responder en la crisis de seguridad. Ecuador, sin pasar por una guerra, es el país que más rápido ha retrocedido y degradado la condición de vida decente en estos siete años. Era el segundo más seguro del continente. Hoy somos el país más violento, más inseguro y desigual del continente. Pensó que iba a ganar liderazgo poniendo supuesta mano dura: lo que realmente ganó es quedar como lo que es, una persona totalmente improvisada y falto de conocimiento para gobernar.
–A Glas lo enviaron a La Roca, la misma prisión de supuesta alta seguridad de Guayaquil, donde explotó la crisis carcelaria de enero, desbordada de narcos. De tan violenta, de allí debieron rescatar hace un tiempo a Fito, el líder de Los Choneros, al que trasladaron a una prisión de Quido, donde se escapó, en una acción sospechada de complicidad gubernamental. ¿Este episodio tiene relación con esa crisis de enero?
–Ecuador soporta una crisis carcelaria, de inseguridad, económica, de migración. Es un país devastado. Pero Noboa, para ganar las últimas elecciones, ofreció el Plan Fénix, supuestamente de seguridad inmediata, imitación burda del bukelismo. Pues no, fue tan ineficiente que ahora llamó a un referéndum (para el próximo 21) para tapar su ineficiencia luego de la crisis de enero, con coches bomba y canales tomados. Ahora nadie está hablando de dónde está Fito y todos se preguntan si no fue un acuerdo con Noboa. Colombia y México lo vivieron los ’80. Lo que primero hacen es conseguir que los centros de reclusión sean centros de operación. El abandono del Estado que hizo Moreno, el abandono que hizo Lasso y hace Novoa es dejar que las cárceles pasen a ser búnkers del crimen organizado. Es gravísimo. Por ejemplo, quitaron de las cárceles la fibra óptica de primer nivel para controles que había puesto el correísmo. A la vista de todos. Ahora no existe respuesta, no existe un rostro que lo explique. Facilitan la operación de estos grupos criminales desde los centros carcelarios.
–Se dice que el referéndum pretende ser una reforma constitucional solapada.
–Es el segundo componente. Eligió volver a la vieja confiable de estos últimos siete años: mete preso a Jorge Glas y genera una cortina suficiente; todo el mundo habla de esto y se olvida de la gravísima situación de crisis producto de la ineficiencia de un presidente cartón como Daniel Novoa. Eso es lo que se votará el 21, Ricardo. La consulta está cubierta con el tema seguridad, pero tiene un aparte solapado que es la reforma constitucional. Con dos preguntas tremendamente nocivas que tiene que ver con tercerización y flexibilización laboral. El contrato por horas encubierto, una forma de explotación laboral. Y también el retorno al CIADI: mientras todos los países salen, esto es volver a los peligrosos arbitrajes internacionales prohibidos por la constitución: esos tribunales están totalmente sesgados a favor de las transnacionales, pero, claro, las empresas de Noboa no son ecuatorianas ya que las tiene registradas en el exterior.
–Su mandato corto termina en mayo del 2025. Pretende ser reelecto.
–Lasso no pudo terminar su periodo porque se le descubrieron nexos con la mafia albanesa que empezaba a disputar territorios a los carteles de Jalisco, Nueva Generación y Sinaloa. Ese fue el narco gobierno. Y este es el gobierno el de Novoa. Sin embargo, ahora tratan de hacer creer que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el que cubre a Narcos Comunistas Amigos del Sur. Así justifican el más brutal del proceso de guerra judicial en Ecuador, del que Glas es víctima.
–¿Cuáles serán las consecuencias de este episodio? ¿Es posible restablecer relaciones con México?
–Mira, yo respeto la pasividad, inteligencia, mucha sabiduría de Andrés Manuel López Obrador. Para otro país, con lo que se hizo, era una declaración de guerra. No podría imaginarse esto con cualquier otro presidente calenturiento. ¿Qué hubiera pasado con Milei del otro lado escándalo?
–Correa hace unas horas ironizó sobre qué hubiera pasado si la embajada fuera la de EE UU en lugar de la de Ecuador.
–Lo primero que hubiera hecho es bloquear bloquearnos como a Venezuela y estaríamos en una situación catastrófica. Este acto sin precedente no había pasado ni siquiera en época de dictaduras. AMLO recordó que ni Pinochet se atrevió tanto. Y que, además, en época de dictadura en Argentina y en Chile, ustedes lo conocen perfectamente, fue México que acogió a centenas de personas del exilio, que vivieron en las sedes diplomáticas.
–Una crónica de Tiempo del domingo pasado recuerda el caso del expresidente Héctor Cámpora y otros, en medio de una dictadura terrorífica como la de Argentina.
–Por ello resalto lo planteado por el presidente AMLO. Empezar con los trámites regulares, no exacerbar, no tomar medidas en caliente. Ahora deben actuar los organismos internacionales, les compete analizar este caso conforme el acuerdo de Viena y el de Caracas para asilo político. Pero vuelven a apuntar a Correa porque pide que se separen sanciones que podrían ir en contra de quienes tomaron la decisión y no sobre un pueblo que realmente está en una crisis que no puede sostenerse más. Debe haber medidas disciplinarias que dejen un precedente, que no pueda volver a ocurrir en ningún lugar del mundo
–Se repite en Ecuador la necesidad imperiosa de la derecha de centrar enemigos a los que culpar de todo: Correa, Lula, CFK, Evo…
–Correa es el «traidor de la patria», para no perder la costumbre. Es parte de todo este descalabro mundial que cometió Novoa. Ya no entiendo cuál es el límite. Es la lucha por la verdad que no podemos abandonarla, pero hay que abogar también a una gran conciencia del propio pueblo ecuatoriano sobre las acciones que se realizaron.
–Por otra parte, se demuestra la vigencia del lawfare en la región. Es un momento difícil de Latinoamérica.
–Un momento complejo. La guerra judicial ha provocado que los procesos de izquierda de la región deban mantenerse en la defensiva judicial. No permite consolidar otro tipo de procesos que puedan ayudar a la recuperación de una disputa que en este momento, no es sólo es un tema de votos, sino de conciencia. Llegar a la lucha y a la disputa de un sentido común. Mientras la derecha se va volviendo más radical, más violenta, más con tintes fascistas. El periodo anterior de Trump, el auspicio a Bolsonaro, el padecimiento de Milei, la vigencia de Kast en Chile, Boluarte en Perú. Y la izquierda se centraliza. Estamos ante un movimiento de las fuerzas políticas hacia lo que nos están jalando los grandes marketineros de la política: tiempos en los que ya «no te tienes que pelear con nadie», «no polarices», «sonríe a todo el mundo». Correa siempre nos decía: «Asumimos responsabilidad política para cambiar y transformar las cosas. No para caerle bien a todo el mundo. Para caer bien, anda a vender helado. Aquí venimos a tomar decisiones».
-Todo lo que se hizo en la primera década del siglo XXI fue una amenaza real y la derecha lo aprendió.
–Logramos lo que nunca se había logrado en la historia de nuestros pueblos: que 70 millones latinoamericanos y latinoamericanas salieran de la pobreza. Significó soberanía territorial, un cambio a un modelo económico de redistribución de la riqueza. En Ecuador fue sacar la base militar norteamericana de Manta, terminar con el FMI y el BM. Eso, obvio, afectó a los intereses de los EE UU que necesita mantener el control de Centro y Sudamérica, por los grandes recursos naturales de nuestra región. Y el factor de que EE UU tiene una economía absolutamente en recesión frente a las de Rusia, China India. Partamos de que EE UU es el mayor deudor de China. Entonces, necesita tener bajo control el mayor yacimiento de petróleo del mundo que se encuentra en Venezuela, las principales minas de oro plata y cobre de toda la cordillera andina, la reserva más grande de agua dulce que se encuentra en el sur de este continente…
–Hace pocas horas el presidente Milei fue a agasajar a Laura Richardson a Ushuaia.
–No podemos ser ingenuos. No se encuentran porque les preocupa la realidad. Son muestras y son simbologías. Necesitan tener el control y en esta lógica saben que necesitan de mandatarios que sigan las órdenes a perfección. Y cuando alguno quiere salirse de ese dispositivo, pues le aplican toda la guerra mediática corporativista, con el partido judicial y las élites económicas.
–No es un panorama esperanzador.
–Nadie dijo que esto era fácil. Pero cuando creemos ,y lo estamos viendo en Argentina, que nada puede ser peor, pues, abrimos los ojos y nos encontramos siempre con algo más malo. Debemos concientizarnos como pueblo de que siempre puede haber algo peor. Lo que quieren es seguir desgranando a la patria, a ultranza. Ante eso, pedagogía popular. Es volver a democratizar la información.
La embajada
«En octubre de 2019, durante tres meses, siete compañeros vivimos en la misma residencia de la embajada en México. Allí conocimos a Roberto Canseco, a quien apalearon cuando secuestraron a Glas. Otro dato de los siete años de guerra judicial en el Ecuador. Las mismas formas que tuvieron (Lenin) Moreno desde la traición, el banquero (Guillermo) Lasso y ahora el empresario Daniel Novoa. Mantiene en la misma línea de guerra judicial en contra de la Revolución Ciudadana. Saben que si no implementan este tipo de cosas, les ganamos en las urnas y eso es lo más les preocupa. Ellos afectan directamente a la democracia».