La historia del blues está plagada de grandes nombres que, a lo largo del siglo XX, dejaron su marca en la música popular. Desde aquellos próceres del blues rural como Charley Patton, Robert Johnson, Blind Lemon Jefferson y Son House hasta los grandes guitarristas eléctricos como B.B. King, Albert King, Buddy Guy, Otis Rush y T-Bone Walker, pasando por quienes encabezaron la transición del sonido rural y acústico al urbano y eléctrico como Big Bill Broonzy, Muddy Waters, Elmore James y Howlin’ Wolf, contribuyeron para darle forma al género precursor del rock & roll.

Pero esos músicos no fueron los únicos. Hubo muchos otros más y entre ellos aparece uno al que siempre ubican en la trilogía de los reyes, con B.B. y Albert, el gran Freddie King. El voluminoso guitarrista texano es una leyenda de un tiempo pasado, aunque generacionalmente todavía podría estar entre nosotros. Era apenas dos años mayor que Buddy Guy, quien hoy sigue activo. Su imponente legado musical solo es contrastable con el vació que dejó tras su temprana muerte. Hoy cumpliría 90 años.

La impronta inconfundible de Freddie King.

De Texas a Chicago

Freddie King había nacido como Freddie Christian en Gilmer, Texas, el 3 de septiembre de 1934. Era hijo de J. T. Christian y Ella Mae (o May) King. A los seis años empezó a tocar la guitarra con su madre y un tío, Leon King. De joven compró una guitarra acústica Roger’s con el dinero que había ganado recogiendo algodón.

Se mudó a Chicago con su familia en 1949 y A los 16 años se incorporó a la banda de un club de blues que incluía entre sus miembros a un joven Howlin’ Wolf. Por entonces sus influencias, los que molderaron su estilo eran Lightnin’ Hopkins, T-Bone Walker, B. B. King y Elmore James.

En 1952, se casó con Jessie Burnett. Durante el día trabajaba en una fábrica de acero y daba espectáculos por la noche. Ese año, formó su propia banda, los Every Hour Blues Boys, que incluía a Eddie Taylor, Jimmy Rogers, Jimmy Lee Robinson y Sonny Scott. En 1953 grabó sus primeras canciones para el sello Parrot. Un par de años más tarde firmó con El-Bee Records donde también dejaría registro de lo que serían los cimientos de una notable carrera musical.

Freddie King y su gran legado

Durante la década del cincuenta, King fue rechazado por Chess Records, la gran discográfica de blues de Chicago, pero eso no lo frenó y siguió tocando en clubes. Por esa época también trabajó con la Sonny Cooper Band y los Blues Cats de Earlee Payton. En 1960, firmó con King/Federal, un sello que contaba con grandes artistas como el pianista Sonny Thompson, que colaboró ​​con él en varias grabaciones de temas que pronto se convirtieron en clásicos: Hide Away, San-Ho-Zay, Have You ever Loved a Woman, The Stumble y Side Tracked.  

King realizó una gira por los Estados Unidos y actuó en salas de conciertos, clubes nocturnos y festivales de jazz y blues. Cansada de la brutal agenda de giras y grabaciones de su marido, Jessie, su esposa, y sus seis hijos se mudaron a Dallas en 1962. King dejó Chicago y se mudó con ellos en 1963. Allí trabajó en perfeccionar su propio estilo vocal conmovedor. En 1966 hizo una serie de apariciones en un programa semanal de televisión de rhythm and blues de Dallas cuya banda de la casa estaba liderada por Clarence «Gatemouth» Brown.

Reconocimiento internacional y banda multiétnica

Firmó con Cotillion en 1968 y grabó dos álbumes, Freddie King is a Blues Master y My Feeling for the Blues. Ese mismo año realizó una gira por Inglaterra. En 1969 fue uno de los artistas principales del Texas International Pop Festival. Como muchos artistas de blues de finales de los sesenta y principios de los setenta, King tenía estrechos vínculos con el rock and roll. Músicos como Eric Clapton y Jeff Beck grabaron sus canciones, y King realizó giras con Clapton.

Freddie King fue uno de los primeros músicos de blues en tener una banda de acompañamiento multirracial en sus presentaciones, rompiendo barreras y estableciendo nuevos estándares.

En 1971 grabó el primer álbum importante en vivo jamás realizado en Austin, en Armadillo World Headquarters, conocido a veces como «la casa que Freddie King construyó». Tocaba regularmente en el club y volvía periódicamente para recaudar fondos. Sus grabaciones con Shelter Records, producidas por Leon Russell, le valieron el reconocimiento en todo el estado como un «bluesman de Texas de primera categoría». Esos discos fueron: Getting Ready (1971), Texas Cannonball (1972) y Woman Across The River (1973). Tras esa experiencia grabaría dos álbumes más para RSO producidos por Mike Vernon, Burglar (1974) y Larger Than Life (1975).

King murió el 28 de diciembre de 1976 como consecuencia de úlceras sangrantes y pancreatitis. Tenía 42 años. En 1982 fue incluido en el Salón de la Fama del Blues de la Blues Foundation. La gobernadora de Texas, Ann Richards, declaró el 3 de septiembre de 1993 como el «Día de Freddie King», y en 2003 la revista Rolling Stone lo situó en el puesto vigésimo quinto de su lista de los 100 mejores guitarristas de la historia. Sus potentes licks aún pueden oírse en la forma de tocar de Eric Clapton, Joe Bonamassa, Billy Gibbons y Mick Taylor, y otros que ya no están como Peter Green y Stevie Ray Vaughan. En 2012 fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll un detalle que no hizo otra cosa que ratificar su música trascendió las fronteras del blues.

King, en vivo, con su inseparable guitarra.

* Noticias Argentinas