Después de concretar la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete, y mientras el presidente Javier Milei sigue de viaje, el gobierno nacional empieza a reacomodar sus fichas y de la mano de Guillermo Francos se concentra en imprimirle una nueva faceta a una gestión que, en sólo seis meses, empieza a exponer sus primeros desgastes. El oficialismo apuesta todas las fichas a los recién llegados para oxigenar el gabinete y las secretarías.

Tal como dio a conocer este medio hace una semana, el ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger aterrizará formalmente en el gobierno en los próximos días. El fundador del DNU 70/2023 pasea diariamente por los pasillos de Casa Rosada y es común verlo en los despachos más importantes del edificio de gobierno a pesar de que no está designado como funcionario.

El padre del megacanje que dejó al país en ruinas hace poco más de 20 años se integrará al gabinete en un virtual ministerio de Modernización, desde donde coordinará las desregulaciones económicas y del Estado que pretende llevar adelante el presidente en su gestión.

Sturzenegger y la «ley hojarasca»

En este sentido, según explican desde el riñón del presidente, dentro de las funciones que asumirá Sturzenegger se encuentra la puesta en marcha de una ley que elimine otras del Código Civil y Comercial que, por obsolescencia, empantanan la puesta en marcha del sistema jurídico. Según entienden desde el gobierno, se trata de alrededor de dos mil leyes a eliminar. “Es para limpiarlo un poco, no elimina ninguna norma actual, sólo las que hayan quedado viejas”, explicaron a este medio sobre la ley “hojarasca”, como se refieren en la intimidad al proyecto.

En tanto, a pesar de las versiones que indicaban lo contrario, el economista no estará a cargo del manejo de las empresas públicas y su posterior privatización, en caso de que la Ley Bases sea aprobada por ambas cámaras en el Congreso. 

En una nueva edición del amague y recule libertario, un importante miembro de la mesa chica presidencial dijo a Tiempo que el oficialismo tiene en carpeta volver a sumar a la gestión al eyectado Armando Guibert. El ex secretario de Transformación del Estado y Función Pública fue apuntado como el responsable político que otorgó los aumentos salariales que percibieron las cúpulas del gobierno en marzo. Su vuelta, según explicaron, se dará de la mano de Sturzenegger, quien lo sumará en su equipo de Modernización.

Respecto a las versiones sobre posibles nuevos cambios en el Gabinete, fuentes del Ejecutivo advierten -tal como dijo el presidente- que todos los cargos están en constante evaluación. Esta semana, tras la salida de Posse, otros de los nombres que rondó como posible cesante fue el del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, a quien le atribuyen no estar dinamizando lo suficiente el área. “La cuenta la pagó Cúneo Libarona”, escribió el vocero presidencial Manuel Adorni en la red social X, junto a la foto del desayuno que encabezó toda la cartera ministerial este martes, en un reconocido bar del centro porteño. “Fue un chiste, no un oráculo”, dijo otro funcionario, ante la consulta de este medio sobre el particular comentario.

Las mismas versiones llegaron desde el Ministerio de Economía, luego de que se confirmara la llegada de Sturzenegger a la gestión. El titular de la cartera, Luis Caputo, mantiene un encono personal con su colega, que se remonta al 2018, cuando ambos eran funcionarios del ex presidente Mauricio Macri. En aquel momento, las diferentes posturas frente a un mismo plan económico colaboraron en la detonación de la bomba inflacionaria y la salida de ‘Toto’ del gabinete.

Si bien desde el círculo del presidente Milei entienden que este conflicto no se meterá en la gestión y no tendría consecuencias a futuro, se apresuran a aclarar que para este gobierno ningún funcionario se mantendrá en el lugar los cuatro años de gestión. “Todos los ministros tienen fecha de vencimiento. Toto podría cumplir el ciclo después de levantar el cepo”, dijo a este medio un importante colaborador del presidente.

Milei en EEUU, Francos en PBA

Mientras tanto, en su cuarto día al frente de la cartera de ministerios, Guillermo Francos puso en marcha la nueva impronta que el oficialismo busca darle a la Jefatura de Gabinete, tras la salida del silencioso Posse.  El jueves último por la mañana, el ex titular de Interior recibió al ministro de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis, y a su par de Seguridad, Javier Alonso, en un primer acercamiento concreto con la gestión de Axel Kicillof desde la llegada de Javier Milei a la presidencia.

Los ministros de PBA plantearon ante Francos la necesidad de reactivar la finalización de la Autopista Presidente Perón, que une Acceso Oeste con la Autopista Buenos Aires – La Plata. “La reunión no fue en tono de reclamo ni mucho menos. Todos los funcionarios tienen voluntad de diálogo y comparten la necesidad de mantener aceitados los vínculos entre todas las jurisdicciones”, reconocieron a Tiempo desde el círculo íntimo de uno de los presentes.

Del encuentro, participó también la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien se mostró predispuesta para entrelazar las gestiones entre Nación y Provincia, voluntad que ya había expresado en varias oportunidades desde que llegó a la gestión. La ex candidata a presidenta es la funcionaria que mayor vínculo tiene con la gestión kicillofista, gracias al constante contacto que mantiene con Alonso.

De esta forma, y en menos de 96 horas al frente del nuevo rol -que en el gobierno no descartan se convierta en una cabina de doble comando desde donde coordinará la jefatura y el Ministerio del Interior al mismo tiempo- el todoterreno Francos le imprimió un dinamismo inédito en seis meses de gobierno libertario.

En las reuniones diarias que mantiene el jefe de gabinete, hay tres funcionarios que no precisan invitación para sentarse en el escritorio del ministro, en la planta baja de Balcarce 50. El asesor presidencial -y veedor de la gestión mientras el presidente no está-, Santiago Caputo; el nuevo secretario de Interior, Lisandro Catalán, y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo Menem, visitan varias veces al día al funcionario con mayor expertise política del gobierno, con el fin de avanzar en la puesta en marcha de una gestión sin triunfos legislativos.

Lule Menem, además, utiliza sus oficinas para recibir viejos conocidos con los que se reúne para intercambiar opiniones sobre la gestión mileista. Este viernes, el ex asesor del Senado recibió al ex intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. El ex titular de la cartera de Desarrollo Social salió cerca del mediodía del despacho de su amigo, a quien conoce desde hace varias décadas y lo ayudó en el armado de varios autos gracias a su oficio de tallerista.