El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció hoy la suspensión temporal de la vacunación con el fármaco desarrollado contra el coronavirus por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, a la espera del pronunciamiento que adopte mañana la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
El anuncio tuvo lugar durante una comparecencia conjunta con su par español, Pedro Sánchez, reconociendo que en los últimos días fueron varios los «socios» europeos que decidieron paralizar la inoculación con dicha vacuna mientras se aclaran los efectos secundarios.
El mandatario añadió que el ministro de Salud, Olivier Véran, en coordinación con otras autoridades, determinaron que lo mejor es «suspender por precaución» el uso del fármaco hasta que la EMA se pronuncie. Asimismo, subrayó que Francia se mantiene a la espera de «retomarlo rápidamente» si así lo avala la agencia europea.
En este sentido, París abogó por adoptar este tipo de decisiones dentro de una estrategia común y se alinea con varios de sus vecinos europeos como Alemania, Italia, Dinamarca, Irlanda o los Países Bajos, que también suspendieron la vacuna del laboratorio anglo-sueco.
En Alemania, el instituto médico Paul-Ehrlich, que asesora al Gobierno, «considera que (son) necesarios otros exámenes» tras casos de formación de coágulos sanguíneos en personas vacunadas en Europa, dijo un portavoz del Ministerio de Salud.
Esta decisión de suspensión se produce «tras nueva información sobre la trombosis de las venas cerebrales en relación con la vacunación en Alemania y Europa», según la misma fuente, informó el diario galo Le Figaro.
La EMA «decidirá si los nuevos conocimientos (sobre estos efectos secundarios) afectan la autorización de la vacuna» y cómo, añadió el portavoz.
Desde hace una semana, varios países suspendieron la vacunación con AstraZeneca tras serios problemas sanguíneos en los vacunados. Sin embargo, nada indica un vínculo de causa y efecto, y el tema divide a los profesionales.
Para Sánchez, la especial vigilancia que hay sobre todo el proceso de vacunación es ejemplo de «garantía y seguridad», si bien evitó pronunciarse sobre una posible paralización a la espera de una comparecencia prevista para esta misma tarde de su ministra de Salud, Carolina Darias.
Coincidiendo con el primer aniversario de la entrada en vigor del confinamiento domiciliario en Francia, Macron señaló que decisiones de este tipo «no son fáciles» porque afectan a libertades básicas y, de cara al futuro, apostó por medidas «adaptadas» y «proporcionales», apuntando al posible endurecimiento de restricción en función de la evolución del virus en los distintos territorios.
El confinamiento, explicó, fue hace un año «el único modo de proteger las vidas y el sistema hospitalario» frente a un virus que ha reconocido «imprevisible».
Ahora, planteó tener en cuenta otro tipo de factores, incidiendo por ejemplo en la «desesperación» asociada al aislamiento o a la necesidad de mantener la educación o cierta vida económica y social.