El cruento atentado en Niza movilizó nuevamente al gobierno para poner toda su artillería defensiva en las calles. A un año y medio del atentado a la revista Charlie Hebdo y a ocho meses de la masacre en el teatro Bataclan, en París, el Ministerio del Interior llamó a voluntarios patriotas a unirse a las reservas y así repoblar las calles de policías y militares, mientras que el presidente François Hollande resolvió extender el estado de emergencia en todo el país, tras el ataque que costó la vida a al menos 84 personas.
El ministro Bernard Cazeneuve explicó que hay 100 mil personas movilizadas de las cuales 53 mil son policías, 36 mil gendarmes y 10 mil militares y la decisión fue llevar esa presencia a su capacidad máxima gracias a convocar a los reservistas: unos 12 mil efectivos adicionales, cuyas vacantes serán cubiertas con los voluntarios que el gobierno apuesta a reclutar.
Con discursos nacionalistas y de unidad, y mucha paranoia en la sociedad, el atentado que tuvo lugar en la ciudad del sur de Francia, generó un sinfín de especulaciones y pánico en todo el país, desde el 14 de julio. Una toma de rehenes y hasta un incendio sospechoso en París fueron desmentidos después por las autoridades como posibles ataques terroristas.
Mientras debe afrontar un irresuelto conflicto migratorio que calienta el ánimo social, Francia volvió a vivir una noche de muerte. Son tres atentados en un año y medio, con daños físicos y morales que dejan su marca en la historia contemporánea. Esta vez no fueron ataques con explosivos ni kalashnikov, sino un camión que a gran velocidad atropelló como palos de bowling a toda persona que se encontrara en su camino. Para su efectividad, miles de ciudadanos y turistas festejaban en ese momento el día de la Bastilla en Niza como en todas las ciudades del país. Si bien aún no está clara la filiación del autor del atentado, el tunecino Mohamed Boulhel, muerto por la policía tras el ataque, la agencia de noticias Amaq, que tiene vínculos con el Estado Islámico (EI), aseguró que fue un «soldado» de ese grupo el que ejecutó el ataque, en represalia por la alianza en su contra de la que Francia forma parte. No obstante, Hollande está dispuesto a profundizar la acción militar en Irak y Siria contra los yihadistas.
Los tradicionales festejos del 14 de Julio suelen finalizar por la noche con conciertos al aire libre y fuegos artificiales. El miedo a los atentados ante las grandes conglomeraciones que reúnen estos eventos desplegó un dispositivo de seguridad a lo largo y ancho de todo el país. Vallas, cacheos, prohibición de portar botellas de vidrio y alcohol y hasta tapas de plástico, así como también mochilas o carteras grandes. Ahora cualquier evento en Francia requiere una docena de requisitos para entrar y, si es al aire libre, se celebra dentro de un cerco policial que hace las veces de corralito.
En París todos los años más de 400 mil personas se reúnen delante de la Torre Eiffel para escuchar orquestas de primer nivel internacional y luego los tradicionales fuegos artificiales que iluminan el cielo de la capital. El jueves, durante la desconcentración todavía no habían llegado las noticias de Niza y aun así el ruido de cuatro explosiones generó paranoia en parte de la gente que caminaba por la calle. Algunos continuaron su paso como si no hubieran escuchado nada, otros comenzaron a alejarse del lugar, mientras sonaban sirenas de policías y bomberos. Finalmente, una esquina bloqueada por las autoridades dejaba ver a lo lejos un incendio al pie de la Torre que no hizo más que sembrar dudas. Minutos después los videos y noticias sobre lo que sucedía al sur del país tomaba los celulares de los asistentes, mientras corrían rumores de una toma de rehenes y se relacionaba el fuego con ataques terroristas, que luego fueron desmentidos por las autoridades.
La editorialista francesa Christine Ockrent escribió ayer en The Guardian que el ataque en Niza nos recuerda que Francia está en guerra. Para la ex directora del semanario LExpress, hay pruebas suficientes de esta guerra, y cuando se está en guerra sabemos que debemos proteger y defender nuestros valores. «
Informe: Camila Bonetti desde Francia