El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y el Instituto Nacional de la Semilla difundieron en Expo Cannabis el objetivo de fortalecer el financiamiento a cooperativas que se dediquen a la producción de cáñamo industrial y agilizar su matriculación, además de asegurar la producción y calidad de sus semillas.
Los asistentes también bregaron por la aprobación del proyecto de ley marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial, con media sanción en el Senado nacional.
«Tenemos dos grandes objetivos, crear un fondo para créditos por fuera del sector bancario para las cooperativas, que va a servir para presentar propuestas y desarrollarse en la industria del cannabis, y agilizar la matriculación», dijo Jonathan Thea del Inaes en una charla organizada esta mañana en Expo Cannabis, cuya inauguración ocurrirá hoy a las 16 en La Rural, en el barrio porteño de Palermo.
El foro, con cerca de 200 asistentes, fue un evento especial de negocios destinado al desarrollo de la industria del cannabis en Argentina.
Tras remarcar la importancia del cooperativismo y el mutualismo en la producción industrial del país, con 18 millones de personas vinculadas a las cooperativas y 10 millones en las mutuales, Thea resaltó que acompañan la ley de desarrollo de la industria de cannabis medicinal y cáñamo que se encuentra en discusión en el Congreso, con media sanción del Senado.
«Esa ley es vital y crea muchos puestos de trabajo, capacidad de exportación y de agregado de valor a lo que se produce, y la acompañamos», dijo.
Al respecto, el funcionario subrayó que desde el Inaes participarán de su reglamentación, en caso de que se apruebe, «para que se incorpore a las cooperativas y mutuales en toda la cadena productiva».
Uno de los asistentes, Joaquín Ingaramo, de 22 años, creador de una empresa de cannabis medicinal y estudiante de Economía, contó que están en proceso de comercialización del cannabis medicinal y que buscan «que se regule el sector y se profesionalice».
A su vez, un equipo del Instituto Nacional de la Semilla dialogó en el foro esta mañana en Expocannabis y expuso el trabajo que realizan en el control y trazabilidad de la semilla de cáñamo.
Los tres objetivos del sector, apuntaron los disertantes, son «asegurar la producción de semillas, garantizar la identidad y calidad, y proteger las variedades vegetales de cualquier tipo».
En tanto, Diego Bertone, ingeniero agrónomo especializado en cannabis medicinal e industrial, disertó sobre las propiedades y potencialidades del cáñamo industrial.
«La producción de semillas de cáñamo para la industria puede generar fibra textil de alta densidad, ser utilizada para biocombustible, crear papel, plástico, del tallo se puede producir harina, aglomerado y material para la construcción, además de fitomedicamentos y suplementos dietarios «, resaltó.
Luego, Bertone realizó un recorrido histórico sobre el marco prohibitivo que reviste la producción de cáñamo para el país, y recordó que «la Argentina tuvo plantas de cannabis y semillas y eran llevadas a la industria para ser procesadas. Tanto es así que ya en 1937 un Boletín de Agricultura del Estado enseñaba su cultivo».
«Todo terminó con el prohibicionismo en 1971, de la mano de la dictadura, en la que colaboraron los medios de comunicación para infundir miedo y eliminar su productividad industrial porque el cáñamo tiene muchas potencialidades», concluyó el ingeniero.