Las cancelaciones de Flybondi ya son un lugar común en la industria aerocomercial. Pero la low cost tiene más problemas. Fallas técnicas y mantenimiento precario, vuelos con incidentes que provocan cierres de aeropuertos, quejas de cámaras empresarias y reclamos hasta en el Reino Unido. Sin ir más lejos, esta semana se produjo un episodio en el aeropuerto de Jujuy con una aeronave rentada por Flybondi (ver pág. 17).

Flybondi provocó tres cierres del aeropuerto de Puerto Madryn por desperfectos de sus aviones (5 de abril de 2023, y el 22 de julio y 20 de octubre de 2024). Los equipos paralizados en la pista a la espera de mecánicos provenientes de Buenos Aires bloquearon las operaciones de las demás empresas y forzaron cancelaciones de vuelos de Aerolíneas Argentinas, que a su vez era la empresa que transportaba los técnicos para esas reparaciones.

El Intendente de Madryn, Gustavo Sastre, paciente, hizo sugerencias ante las repeticiones: «Tendrían que tratar de implementar el dejar una butaca vacía y llevar a los técnicos con determinados elementos para poder repararlos y no tener que estar esperando 24 o 48 horas a que se dignen a venir a arreglar sus aviones, para que nosotros liberemos el aeropuerto. Tendrían que hacer su mantenimiento justamente donde tienen sus talleres». La Cámara de Turismo de Chubut también denunció: «Hay semanas en las que cancelan hasta tres frecuencias a Puerto Madryn, esto afecta gravemente al sector turístico y a personas que viajan por salud, trabajo o estudios».

En Salta, en diciembre, el titular de la Defensoría del Pueblo, Federico Núñez Burgos, presentó una solicitud de sanciones contra la low cost a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

En Bariloche, a fines de noviembre, las cámaras de Turismo, de Comercio e Industria y la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica se quejaron por sus continuas cancelaciones: «Esta situación impacta negativamente en la experiencia de quienes visitan la ciudad y afecta directamente a los prestadores de servicios turísticos locales, como hoteles, restaurantes, agencias de viaje y operadores de actividades, quienes dependen de una conectividad aérea confiable».

En plena temporada, Néstor Denoya, presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, se lamentó en una entrevista: «El destino empieza a estar involucrado en el malestar de la gente por las demoras y cancelaciones de Flybondi».

En Santa Cruz, el Intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, analizó: «La nueva propuesta aérea del Gobierno Nacional y Provincial de Santa Cruz (Flybondi) suspendió 71 vuelos en 8 días, con múltiples problemas operativos y de mantenimiento. ¿Ésta es la solución a la entrega de nuestra empresa de bandera Aerolíneas Argentinas?».

Hasta el sindicato de empleados de la low cost, creado en 2019, con fuerte afinidad con la empresa, se enojó y reclamó contra la introducción de pilotos españoles, brasileños y portugueses (posibilitada por la desregulación de Milei), que tienen salarios superiores a los pilotos de la plantilla y clausura la posibilidad de más puestos de trabajo para argentinos. Esta nueva composición con tripulaciones que no hablan español viene además creando problemas para una rápida comunicación con los pasajeros, lo que puede afectar los procedimientos de información o las eventuales emergencias en vuelo.

A comienzos de diciembre se difundió un estudio de la consultora «Reputación digital» que ubicó a Flybondi entre las «peores aerolíneas del mundo», según el testeo sobre usuarios de las redes sociales más populares.

La inseguridad operacional avanza

Con la opinión pública observando por TV las quejas de los pasajeros en Aeroparque por las cancelaciones de Flybondi en noviembre y diciembre últimos, y en lo que podría ser el colmo de un libertario, el gobierno debió guardarse su retórica desreguladora para aparentar cierta intervención frente al caos. La ANAC emitió actas de infracción por las cancelaciones de la low cost y aplicó una suspensión del 4 de octubre al 14 de noviembre contra el taller de Flybondi en Ezeiza. Pero tuvo que insistir en que respetara la interrupción aplicada porque pese a la inhabilitación temporaria, se hicieron allí 37 tareas de mantenimiento.

En enero, la publicación especializada «aviacionenargentina.com.ar» informó sobre la existencia de documentación interna de la ANAC que advertía que «el taller de mantenimiento de Flybondi en Ezeiza debería estar fuera de servicio» y que en diciembre operaron «cuatro aviones fuera de norma».

En uno de los puntos más altos del escándalo por las 71 cancelaciones, reprogramaciones y demoras entre navidad y año nuevo que afectaron a 13.000 pasajeros, el organismo de «control» emitió una débil intimación para «presentar un plan para reducir cancelaciones». Pero ya en septiembre la ANAC le había dado una ayudita a Flybondi eliminando el Ranking de Puntualidad de las líneas aéreas, defendiendo así el encubrimiento descarado: «La medida elimina un procedimiento ineficaz que no impactaba en la mejora del servicio y solo aumentaba los trámites burocráticos para las aerolíneas». En el mes de julio, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en un intento por arbitrar en los problemas de funcionamiento de la línea amarilla y las más de 1300 denuncias recibidas, había intimado a la empresa por sus cancelaciones y falta de respuesta a los pasajeros. Pero la low cost cuestionó la competencia de la provincia para intervenir en temas aeronáuticos. El 22 de diciembre el Gobierno informó que no sancionaría por ahora a Flybondi, pero controlaría su funcionamiento «a diario».

Las deficiencias de Flybondi no son nuevas y vienen desde sus comienzos en en el país. Su vuelo «promocional» del 23 de enero de 2018, no pudo completar el recorrido previsto: despegó 11.23 hs de Córdoba y aterrizó 11.35, doce minutos después en el mismo aeropuerto por «una falla técnica menor», según afirmó su entonces CEO, Julian Cook. Seis meses después, el 16 de julio, un Boeing 737 despegó dando un «panzazo» en el aeropuerto de Iguazú y quedó fuera de servicio por los daños que sufrió la cola del avión. En noviembre otro vuelo tuvo un descenso abrupto (de 35.000 a 10.000 pies) por despresurización de la nave. En 2020 devolvió en Estados Unidos un avión que venía alquilando (LV-HKR) pero ninguna línea aérea lo aceptó como avión para pasajeros, y debió ubicarlo para vuelos de carga. Antes lo había operado la low cost de Tailandia Nok Air, considerada una de las más peligrosas del mundo.

Alarma la actual despreocupación por la seguridad aérea: en 2018, con menos cancelaciones que ahora de la línea anglo-norteamericana, la Justicia había intervenido con la intención de garantizar la seguridad de los pasajeros, mientras que actualmente no tomó ninguna iniciativa.

Ese año, después del panzazo en el despegue de Iguazú, el fiscal Franco Picardi pidió una investigación por las fallas de seguridad. Y el 31 de julio el fiscal federal Jorge Di Lello solicitó el cese de los vuelos de Flybondi, argumentando que el servicio era «un riesgo potencial».

La benevolencia libertaria ante las irregularidades de la low cost contrasta con los procedimientos del Departamento de Transporte de Estados Unidos, país del que el elenco de Milei es muy admirador. A comienzos de 2025, el organismo le puso una multa de dos millones de dólares a la low cost JetBlue por retrasos crónicos de sus vuelos. Aquí es impensable un control similar.

Antes, en noviembre, en España el Ministerio de Consumo sancionó por 179 millones de euros a cinco aerolíneas (Ryanair, Vueling, Easyjet, Norwegian y Volotea) por prácticas abusivas (cobrar adicionales por equipaje de mano o por asientos contiguos para acompañar a personas dependientes).

Y en agosto de 2023 también en España hubo sanciones millonarias a Ryanair por infracciones cometidas en el trato dado a sus pasajeros por la cancelaciones masivas de vuelos en el verano de 2018 en el marcó de una huelga de los tripulantes de cabina de la compañía.

Antes de que sea tarde

Para llamar la atención de los organismos que deben controlar la seguridad operacional y visibilizar lo que los grandes multimedios no informan, aquí va una cronología mínima, incompleta, de los inconvenientes técnicos que Flybondi tuvo solamente en 2024.

1-6 de enero: accidente en aeropuerto de Mar del Plata al golpear la cola del avión en la pista durante el aterrizaje («tail strike»).

2- 27 de enero: el aeropuerto de Ezeiza con cierre momentáneo por avión de Flybondi pidiendo aterrizaje de emergencia.

3- 13 de febrero: Flybondi recurrió al alquiler de aviones de la compañía Andes debido a problemas para mantener su propia flota. No pudo pagar a sus proveedores en dólares, lo que llevó a la empresa a dejar tres de sus aviones Boeing 737-800 en tierra desde el inicio del año. En 2022 había volado con un equipo de LADE por la misma razón.

4- Semana Santa: récord mundial de cancelaciones de la low cost (22).

5- 20 de junio: despiste en aeropuerto de Bariloche que provocó el cierre del aeropuerto para las demás operaciones.

6- 22 de julio, 20 de octubre y 18 de diciembre: los mencionados tres cierres del aeropuerto de Puerto Madryn por averías en sus aviones que impidieron operaciones de otras líneas. En un caso el cierre del aeropuerto llegó a extenderse por 48 horas.

7- 2 de agosto: su vuelo inaugural de la ruta El Calafate-Ushuaia abortó su aterrizaje en aeropuerto de Ushuaia en dos oportunidades.

8- 16 de agosto: previo al despegue en el Aeroparque Jorge Newbery un piloto de esta línea aérea abandonó la aeronave aduciendo que la misma «no estaba en condiciones».

9- 16 de octubre: se les «plantó» un avión en Neuquén. Los técnicos de mantenimiento acudieron desde Buenos Aires en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.

10- 2 de noviembre: aterrizaje en Aeroparque con impacto fuerte contra plataforma. Humo desde su interior. Pablo Ceriani, expresidente de Aerolíneas, denunció que la aeronave «nunca fue retirada ni llevada a revisión» y despegó a otro destino.

11- En noviembre de 2024, de 1991 vuelos planificados, 384 fueron cancelados (el 20% de sus operaciones). A esto se suman más de 700 vuelos reprogramados.

12- 30 de diciembre: en vuelo que llevaba en viaje de egresados a estudiantes de Córdoba a Bariloche, la aeronave sufrió desperfecto en pleno trayecto y debió regresar por fallas técnicas.

13- El 27 de diciembre y el 14 de enero último realizó dos  “go around” (maniobra de escape) en aeropuerto de Posadas.

14- Entre navidad y año nuevo canceló o reprogramó 71 vuelos. Arruinó las fiestas a 13.000 pasajeros.

15- El 22 de enero último en Jujuy, una nave de Alba Star operada por Flybondi sufrió una falla en la cinta de equipajes que produjo humo que ingresó a la bodega del avión y disparó los sensores.

Ineficiencia privada

Frente a las cancelaciones y los incidentes, aturde el silencio cómplice de funcionarios y políticos del PRO, partido que introdujo y defendió siempre a la empresa amarilla. Más aún si se recuerdan los duros ataques oficiales ante el conflicto salarial que protagonizaron los aeronáuticos entre octubre y noviembre últimos. «Extorsionadores», «terroristas aéreos», «secuestradores», «barrabravas sindicales», «runfla de delincuentes que hacen paros salvajes», fueron los insultos que recibieron los trabajadores de Aerolíneas e Intercargo por parte de Patricia Bullrich, Manuel Adorni y Franco Mogetta, al tiempo que el PRO ayudaba presentando en el Congreso un proyecto para privatizar la línea de bandera.

Decepcionados, los pasajeros comprueban que «la libertad de volar» se convierte en la amargura de no volar. Algunos denuncian que ni siquiera logran recibir el reintegro de lo abonado por su vuelo cancelado. Otros se quejan de que ni siquiera los atienden. Una investigación de la publicación Mensajero precisó que Flybondi es la tercera empresa más denunciada en el ranking de Defensa del Consumidor. Y plantea una sospecha que ubica a Flybondi en el límite con hechos ilícitos: sus abundantes cancelaciones, ¿son simplemente «incompetencia lisa y llana o una estafa»?

La fama de Flybondi trascendió las fronteras nacionales y llegó a Brasil, España e Inglaterra. En diciembre la revista brasileña Lance dijo que los hinchas que volaron con ella para ver la final por la Libertadores entre Botafogo y Atlético Mineiro en Buenos Aires dijeron que el vuelo fue «una pesadilla». El 28 de diciembre el diario español El Mundo le dedicó una extensa nota titulada: «Flybondi, la ‘low cost’ argentina que compite por el título de peor línea aérea del mundo». Dos días antes de la Navidad, Flybondi anunció la cancelación de 71 vuelos entre el 24 y seis el 31 de diciembre. El 19 de diciembre se conoció que «Flybondi Limited», tal como está registrada en su sede legal en Manchester, recibió un requerimiento en el Reino Unido por incumplir con la presentación de sus balances desde diciembre de 2021. El reclamo incluyó la amenaza de confiscación de sus bienes por parte de la Corona británica, una advertencia que había desconcertado a sus defensores. ¿Empezarán a ver a la cuna del capitalismo como otra amenaza comunista más?

En el mundo digital, un programador creó la página «failbondi.fail», que brinda un detallado informe diario de las cancelaciones y demoras de la línea anglo-norteamericana. Fue una reacción a la eliminación de esa información en la página oficial de Flybondi, en un intento por ocultar la magnitud de su crisis operativa. El episodio sirvió para que sus abogados intentaran prohibir la página dado que en principio usaba el nombre oficial de la empresa. La censura fue sorteada colocando una denominación levemente diferente.

La ilusión de Flybondi como reemplazante de Aerolíneas Argentinas quedó aniquilada este año, pese al esfuerzo encubridor de medios hegemónicos y organismos de control. Lo confirmó el propio Mauricio Sana, Ceo de la low cost, al consumar este sincericidio: «Cerrar Aerolíneas llevará al caos. La desaparición de la capacidad que maneja Aerolíneas Argentinas no le hace bien a nadie, no le hace bien al país ni al Estado» (8 de noviembre). A confesión de partes…

Pero ante la mala onda que instala Flybondi entre sus pasajeros, se levanta el humor como herramienta para sobrellevar el mal trago. Una tuitera escribió en estos días: «Hay una amiga que nos cancela siempre un rato antes de salir. Le pusimos Flybondi». «

*Trabajadores aeronáuticos. Adelanto de su nuevo libro Cielos abiertos: venas abiertas, de próxima edición.