El gobierno aceptó este lunes la renuncia de Eduardo Miragaya, el fiscal general adjunto de la Procuración General de la Nación y ex agente de la AFI de la mano de la número dos de la agencia de inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri, Silvia Majdalani.
Miragaya es un personaje clave en la investigación por presunta asociación ilícita que lleva adelante el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla y que tiene como principal cabeza visible al detenido falso abogado Marcelo D’Alessio.
También podés leer: La AFI macrista simuló que D’Alessio investigaba para el kirchnerismo
La renuncia había sido presentada con fecha 28 de febrero pasado pero fue aceptada formalmente este lunes mediante el Decreto 343/2020, firmado por el presidente, Alberto Fernández; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la ministra de Justicia, Marcela Losardo.
Miragaya, según reconoció oficialmente la AFI, ingresó a la central de inteligencia el 4 de enero de 2016 (antes de cumplirse el primer mes de gobierno de Macri), como director del área de Delincuencia Económica y Financiera, y luego pasó a Gestión de Base de Datos y Archivos de Inteligencia.
A pedido de Miragaya ingresaron a la AFI varios civiles, entre ellos Ana María Polero, la mujer que acompañó como “asesora de vestuario” a la difunta Natacha Jaitt la noche del 1° de abril de 2018 a un escandaloso programa de TV de Mirtha Legrand.
Tambien podés leer: «Operación Jaitt», la contrainteligencia que le apuntó a Mirtha Legrand y a Natacha
Polero y Miragaya tienen una inocultable raíz en Cambiemos e incluso la “asesora de vestuario” solía tuitear de manera encendida en defensa de la anterior administración. No obstante, bajo la conducción de su ex titular, Gustavo Arribas, la AFI intentó una curiosa parábola con la que pretendió vincularlos con “el círculo de mayor confianza del entonces director general Oscar Parrilli”.
Miragaya estuvo investigado por una maniobra para apartar al juez federal Sebastián Casanello de la casa en la que investigó y metió preso al empresario Lázaro Báez.
Y según la abogada Giselle Robles, su ex cliente, el financista arrepentido Leonardo Fariña, lo mencionaba con frecuencia en relación con su supuesto “guionamiento” para declarar en contra de Báez en la causa por presunto lavado de dinero que está próximo a terminar.
