Los esfuerzos del oficialismo para postergar el plenario de comisiones y llegar a un dictamen de mayoría comenzaron a consolidarse pasada medianoche. A esa hora, la reunión de las tres comisiones llevaba casi cuatro horas de debate, pero no se detenía el hormiguero de legisladores que iban y venían entre el anexo y el Palacio del Congreso para destrabar las negociaciones entre el oficialismo y los bloques de la oposición dialoguista.

La chance comenzó diluirse ante la posible rúbrica de Nicolás Massot de Hacemos Coalición Federal, porque el Gobierno habría incluido en el texto las concesiones comprometidas con los gobernadores de JxC y de ese modo le daba al oficialismo el respaldo que buscaba.

«Informo que ya tenemos dictamen de mayoría, tenemos 55 firmas, 34 en disidencia parcial, el primer dictamen de minoría 45, de Unión por la Patria, el segundo dictamen de minoría de 3 votos de la Coalición Cívica y el tercero, de dos firmas, de Stolbizer y Fein», expresó el presidente del Plenario.

El gobierno logró el dictamen con el siguiente esquema de apoyos: 21 de La Libertad Avanza, 20 firmas del PRO, 8 de la UCR, 4 de Hacemos y 2 de Innovación Federal.

La romería de negociadores que pasaron durante la noche por el despacho del presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, confirmó los rumores que se escuchaban durante el plenario respecto a las dudas del oficialismo para reunir las firmas necesarias con el objetivo de contar con un dictamen de mayoría que permita continuar con las previsiones de la Casa Rosada. Antes del arranque del plenario, las autoridades del oficialismo creían contar con las firmas suficientes, pero esas certezas comenzaron a resquebrajarse al calor de los planteos de los aliados dispuestos a aportar su respaldo.

Uno de los aliados más cercanos de La Libertad Avanza, como el PRO, seguía manteniendo negociaciones de último momento ante los desacuerdos por los respaldos brindados y las pocas concesiones aportadas por el Gobierno. El escenario no esta claro en plena medianoche, cuando seguía en pie la posibilidad de que el debate termine con cuatro o cinco dictámenes. El primero llevaría las firmas del oficialismo y el PRO, junto a un sector de Hacemos Coalición Federal, Innovación Federal y la firma en disidencia de un grupo de integrantes de la UCR, uno de los dos bloques que esta noche se encaminaba a una decisión dividida.

Nuevamente apareció el consultor Santiago Caputo, como la última palabra presidencial para habilitar o descartar alternativas. Los intercambios de último momento y las discrepancias por los errores de redacción pusieron en duda las seguridades del oficialismo para llegar a su dictamen, pero pasada la 1.30 de la madrugada, y mientras el diputado Nicolás del Caño pronunciaba su discurso, hubo un aplauso espontáneo que marcó el momento en que el oficialismo logró las firmas que necesitaba.

El PRO, a través de María Eugenia Vidal, Silvia Lospenatto y Martín Maquieyra llevaban y traían alternativas sobre uno de los temas más importantes que seguían sin cuajar: los cambios en la fórmula de actualización jubilatoria que contará con una actualización mensual del IPC, pero a partir de abril, dejando en el medio los tres primeros meses del año que estarán marcados por una altísima inflación. A pesar de las incógnitas, en el oficialismo daban por sentado que contaban con las firmas para el dictamen, pero dentro de un dibujo numérico muy apretado con una amplia dispersión de las fuerzas políticas involucradas.

El radicalismo hizo explícita una división que se esperaba desde la semana pasada. Un sector, liderado por el presidente del bloque Rodrigo De Loredo, firmó disidencia el dictamen de mayoría, mientras que otro sector, encabezado por Facundo Manes, decidió no firmar ningún dictamen en desacuerdo con toda la norma. En los discursos que se escucharon en el Plenario, esa grieta se hizo visible.

En el caso de HCF, que preside Miguel Pichetto, también se registran divisiones. El conglomerado contiene a exmacristas, socialistas y a la Coalición Cívica. De ahí salen tres orientaciones distintas. El socialismo impulsó un dictamen propio junto con Margarita Stolbizer, mientras que la Coalición Cívica también va por el mismo camino, pero con otro pronunciamiento diferente. El tercer sector del espacio, fue parte del dictamen de mayoría junto al PRO y La Libertad Avanza.

En el plano de los dictámenes de rechazo se produjeron dos. El bloque de Unión por la Patria expresó su oposición directa a todo el texto y el bloque del Frente de Izquierda también, pero con un texto propio, con argumentos diferentes.

La mayoría de las diferencias cristalizadas en los dictámenes de minoría estuvieron relacionadas con los temas mas controversiales del proyecto como la fórmula de actualización jubilatoria, el destino del Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la ANSeS y su enajenación, el paquete de privatizaciones y el incremento de las retenciones a las exportaciones agrarias e industriales, que cosechó el rechazo de todos los gobernadores de Juntos por el Cambio, uno de los dos vértices más complejos de la negociación que transita el oficialismo.

Durante sus exposiciones varios legisladores advirtieron que no tenían en sus manos la versión final del dictamen que impulsaba el oficialismo. No podían contar con el texto porque estaba en plena redacción y corrección mientras avanzaban los intercambios de último momento. Eran tantos los reparos y detalles que algunos participantes del plenario se preguntaban si alcanzarían los tiempos para convocar a una sesión este jueves, después del paro de hoy, o si debía ser postergada para el viernes, con chances de extenderse el sábado, aunque también existía una posibilidad de sesionar recién el martes próximo.

Ante la decisión del oficialismo de comenzar el plenario luego de las 21, en el bloque de UxP se prepararonn para ganarle por cansancio.

Germán Martínez, titular del bloque de UxP, apuntó a uno de los temas que ya pasó a un segundo plano. “¿Qué es lo que quieren dictaminar hoy y qué es lo que están avalando? -se preguntó- La delegación de facultades más escandalosa que el Congreso está por hacer a un Poder Ejecutivo. Esta ley tiene el impacto de ocho leyes Dromi. Dromi es Heidi respecto a este Congreso”, aseguró el diputado rosarino.

Desde la Coalición Cívica, su presidente, Juan Manuel López, se enfocó en la actualización de las jubilaciones, un punto que también fue parte de los tironeos con el PRO. «Sabemos que es mala la fórmula previsional que propuso Alberto Fernández en diciembre de 2019, que no votamos, y que reemplazó una fórmula por la que recibimos 14 toneladas de piedra en 2017. Esa fórmula responsabilidad de Alberto Fernández, de Cristina Kirchner y de Sergio Massa, produjo en el último trimestre del año pasado un ajuste de 53% del valor de las prestaciones. Ustedes nos proponen empezar a ajustar a partir de marzo. Nosotros sabemos que se licuaron las jubilaciones, sabemos que los jubilados y los pensionados no dan más con esos ingresos. Se puede hacer un esfuerzo más. El Ministro de Economía lo sabe, se puede ir a los valores de diciembre. No es irresponsable fiscalmente. Es un acto de justicia, no es la justicia que se merecen los jubilados, pero evita una injusticia intolerable», sostuvo el dipurtado en otra muestra de las discrepancias en danza, a poco de firmar el dictamen.

Mónica Fein, del socialismo, anticipó su rechazo y la emergencia de otro dictamen. Las voces del radicalismo también exhibieron sus diferencias. Casi todos hablaron, salvo los representantes del PRO, enfrascados en repujar un texto que no les terminaba de cerrar y que dejaba al desnudo la inquietante sospecha de un oficialismo con dificultades para llegar al dictamen de mayoría.