La película estadounidense Anora, de Sean Baker, se llevó la Palma de Oro de la 77ª edición del Festival de Cannes. Esta intensa y acelerada comedia sobre una stripper neoyorquina que se casa furtivamente con el hijo de un oligarca ruso se llevó, merecidamente, el galardón al mejor film de la competencia del festival, entregado por el jurado presidido por Greta Gerwig. En tanto, el Gran Premio del Jurado, segundo en importancia, recayó en la extraordinaria película india All We Imagine As Light, mientras que el premio a mejor director fue para el realizador portugués Miguel Gomes, por su excelente Grand Tour.
Baker, conocido por películas como The Florida Project y Tangerine, entre otras, recibió el premio de manos de George Lucas, quien acababa de recibir una Palma de Honor de parte de otra celebridad: su amigo de toda la vida Francis Ford Coppola. El encuentro entre Coppola y Lucas, dos de las figuras más importantes del cine estadounidense de las últimas seis décadas, quienes han trabajado juntos a fines de los años ‘60 y principios de los ‘70 –antes de hacerse famosos con El padrino y Star Wars, respectivamente–, fue uno de los momentos más emocionantes de Cannes en los últimos tiempos.
Al recibir el galardón, Baker aprovechó para agradecer al propio Coppola (cuya Megalópolis no se llevó nada) y a David Cronenberg, dos “maestros” que compitieron con él por la Palma de Oro. Anora es la segunda comedia que un jurado de Cannes premia con la Palma en poco tiempo, ya que dos años atrás le dieron el mismo galardón a la película sueca El triángulo de la tristeza, de Ruben Ostlund. Si bien el film trata sobre un tema duro como es la prostitución, salvo por un breve momento sobre el final, son más de dos horas de pura comedia, una acumulación de absurdas y divertidas situaciones extraordinariamente filmadas e interpretadas por un elenco de actores en su mayoría poco conocidos que encabeza Mikey Madison.
All We Imagine as Light representa un hecho histórico para la India, un país que no suele participar en la competencia de Cannes –esta película es la primera en hacerlo en más de 30 años– y mucho menos con una mujer directora. La película, la segunda de Kapadia tras su documental “A Night of Knowing Nothing”, narra las historias que viven, en común y por separado, tres mujeres, amigas entre sí pero de diferentes generaciones, quienes atraviesan complicadas situaciones personales, económicas y románticas en una ciudad caótica e intensa como Mumbai.
En Grand Tour, el realizador portugués Miguel Gomes (Tabú) imagina una fabulosa historia acerca de un diplomático británico que en 1918 inicia un viaje por varios países del sudeste asiático escapando del compromiso matrimonial que tiene con su novia. Ella, decidida a casarse, lo persigue por los rincones más extraños de esa región, viajando por Birmania, Tailandia, Vietnam, Filipinas, Japón y China, entre otros países, e internándose en sus zonas más recónditas. La película de Gomes combina la trama de época con escenas documentales filmadas en esos países en la actualidad.
El Premio del Jurado y el de la mejor actriz para sus cuatro protagonistas (Karla Sofía Gascón, Zoe Saldaña, Selena Gómez y Adriana Paz) fueron para Emilia Pérez, una muy curiosa película del realizador francés Jacques Audiard que cuenta la historia de un violento narcotraficante mexicano que cambia de sexo y decide poner una ONG para ayudar a las víctimas de violencia de género y familiares de mujeres asesinadas en femicidios. La máxima curiosidad de esta muy rara película es que se trata de un musical, con escenas violentas que se combinan todo el tiempo con canciones y coreografías.
El premio a mejor actor fue para el estadounidense Jesse Plemons, que es uno de los protagonistas de las tres historias en las que se divide Kinds of Kindness, la nueva película de Yorgos Lanthimos. El actor de Los asesinos de la luna y El poder del perro encarna a distintos personajes en cada uno de los episodios de este film dirigido por el realizador de la reciente Pobres criaturas. El premio al mejor guión, en tanto, fue para Coralie Fargeat, por The Substance, película de terror realizada en los Estados Unidos por la realizadora francesa en la que Demi Moore interpreta a una veterana diva que se somete a un peligroso procedimiento experimental para rejuvenecer y no perder su trabajo como conductora de un programa de ejercicios de la TV. Obviamente, las cosas no le salen como desea.
Por su parte, una de las películas que más sonaban para ganar el premio principal del festival, la iraní The Seed of the Sacred Fig, de Mohammad Rasoulof, se quedó con un galardón menor: un premio especial del jurado agregado especialmente para la ocasión y ligado a motivos políticos. El film del realizador iraní, condenado a prisión en su país pero que logró llegar hasta Cannes, es muy crítico con los excesos del régimen y se centra en las tensiones que se generan en la familia de un burócrata del gobierno cuando las mujeres empiezan a rebelarse en Teherán y sus hijas apoyan esa revuelta y se ponen en contra suyo.
Salvo por algunas ausencias (como las del film del chino Jia Zhangke o el de la británica Andrea Arnold) fue un palmarés muy correcto el que dio el jurado que, además de la directora de Barbie, integraban las actrices Eva Green, Lily Gladstone y los directores Hirokazu Kore-eda y J.A. Bayona, entre otros, eligiendo atinadamente a muchos de los mejores films vistos en la competencia oficial. El cine argentino tuvo una participación este año en secciones paralelas con cuatro largometrajes en estreno mundial –además de algunos clásicos y un corto– y se quedó con el muy importante premio a la mejor película de la Semana de la Crítica, que fue para el film de Federico Luis, Simón de la montaña, un drama familiar protagonizado por Lorenzo Ferro.