Uno es actor y el otro podría definirse como artista de varieté (que incluye hasta un libro infantil, Útiles perdidos). Juntos, el público los conoce por su participación en Pasaron cosas, el programa que desde 2017 encabeza el periodista Alejandro Bercovich en Radio con Vos. Más precisamente, Fernando Cacurri y Nahuel Prado (de ellos se trata) se hicieron famosos con Roberto y Luis, que con Por la tangente (dentro del programa de Berco), mostraron que los límites sobre lo que se puede decir -y callar- nunca terminan de estar establecidos, o se están reescribiendo todo el tiempo, si se prefiere. En ese sentido, puede decirse que anticiparon a Milei y su manada libertaria. Por supuesto que sin daño, y con muchas risas. Ahora, luego del éxito de fin del año pasado de Pasaron cosas el Show, donde Cacurri cuenta que “aparecieron todos los personajes” que hicieron para Por la tangente, vuelven al escenario el próximo 25 de abril en Café Berlín. Aunque en un nuevo formato que incluye la aparición estelar del periodista Alejandro Wall (sí, el mismo que con su destacada pluma forma parte del plantel de Tiempo Argentino).
-¿Cómo surgió Aquí no ha pasado nada?
–Por la tangente es una parodia y un programa periodístico dentro de otro. Aparecimos en Pasaron cosas el show y parece que gustó mucho. La gente se copó y quedó en el aire la idea de hacer otro. Pero se complicó porque vino el verano, las vacaciones, el arranque de la nueva temporada, el cambio de autoridades en la radio también. Mucho caos para armar y ensamblar de nuevo a todo el equipo. Con Nahuel pensamos en hacerlo con los personajes Norberto y Luis, intentamos reírnos de lo peor del periodismo a partir de estos dos personajes que son impresentables. Tienen todos los lugares comunes pero de lo malo.
-Es decir que tienen mucha competencia.
-Sí, tienen bastante competencia. Pero no los llaman tanto como a los otros (lo dice imperturbable). Capaz que porque no dosifican: tenés que hacer algunas cosas malas, no todo.
La nueva situación hizo entrar otro personaje en escena, que no es tan personaje aunque a veces lo parezca: Alejandro Wall, el periodista que tiene su fuerte en el periodismo deportivo, un tipo serio que escribió memorables crónicas y libros -entre otros sobre su Racing Club amado- y hasta fue invitado por Mirtha Legrand a su mesa. “Hablamos con Wall porque no iba a estar todo el staff, y como el show iba a ser distinto, pensamos en armar un especie de taller de periodismo entre gráfica, radio, tele y streaming. Una especie de recorrida histórica de cómo hacer periodismo en cada formato. Wall tiene una mirada más fuerte en la gráfica y los dos personajes más en la radio. Es un tipo con mucho humor Wall, ocurrente, y tiene timing para hacer el juego en una situación de risa.
-¿Aquí no ha pasado nada es un juego con Pasaron cosas o tiene que ver con la situación general del país?
-En principio sí, pero tiene que ver con poner un nombre que no tuviera que ver. En sí es Por la tangente taller de periodismo, pero distintos inconvenientes para el armado nos hizo decidirnos por ese nombre. Pero Aquí no ha pasado nada tiene que ver con que una vez que estos personajes dijeron la noticia ya está, ya pasó, no les importa más.
-¿En el taller van a ionizar más de lo formal o van a meter también coyuntura e historia?
-Nahuel y yo somos los guionistas y principalmente el show va a estar basado en la mirada de Roberto y Luis, que son los personajes que hacemos nosotros, y a su vez esos personajes en el programa tenían ciertas rutinas y gags recurrentes. Eso lo llevamos al show, que es algo que ya hicimos el año pasado.
-¿Cómo funcionan en tándem? Nahuel parece más zafado, como al que hay que tirarle la correa y vos eras más contenedor.
-Puede ser un poco así. Nahuel es más extrovertido que yo, eso sí.
-¿Más proclive a la tarjeta roja?
-Sí, suele jugar más al límite y le sacan más tarjetas rojas. O le gusta que le saquen roja (risas). A mí no me gusta que me saquen roja y por ahí por eso voy más en tercera y no en quinta. Y en cuanto al funcionamiento empezamos a tirar ideas entre los dos, y Nahuel es más la voz cantante de los personajes. No solo de Roberto y Luis sino de otros también. En general la dinámica es que nos punteamos dónde ir y el resto es improvisado. Te diría que es un noventa por ciento improvisado con un diez que es: arrancamos acá, vamos para tal lado y llegamos a tal otro.
-¿En qué los afectó, en relación al humor, estos quince meses de Milei, un tipo que parece ser siempre a ir más allá de lo que son capaces Roberto y Luis?
-Con tantos personajes que aparecieron de la troupe de Milei creo que nos dejaron atrás. Hacen cosas tan insólitas que se corrió lo que hace 5 años podría haber sido un delirio y hoy es moneda corriente. Y es trágico principalmente por cómo pega en la realidad. Y también porque nos arruina un poco el chiste. Las declaraciones que hacen muchos referentes libertarios son de sketchs, tipo no revuelvan la basura porque la basura es de quien la tiró: esto podría haber sido un personaje espectacular y ahora son de verdad.
-¿Y respecto a situaciones que fluctúan? Por ejemplo, volver a hacer que resulte humorístico decir cosas sobre el género u otros temas que habían salido de la órbita del humor.
-Nosotros mantuvimos chistes que no se podían decir por el tema de género. La diferencia es que jodemos cada tanto con el: ahora se puede volver a decir, como una especie de parodia de la realidad. Como una vuelta sobre la misma vuelta.
-¿Y sienten dificultades generacionales para difundir su humor?
-Es una pregunta que nos hacemos seguido. Con alguien de 20 no sé si me reiría como se ríe con un streaming, y tampoco sé si se reiría como yo cuando veía Cha Cha Cha hace 25 años. Hay un humor menos armado que tiene más que ver con la persona que con el personaje, que puede funcionar. Pero nuestra mejor opción es no pensarlo demasiado, de hacerlo de manera espontánea y en un punto cruzar los dedos de que eso funciona.
Aquí no ha pasado nada
Sobran Sobres – Taller de periodismo con Roberto y Luis. Con Nahuel Prado, Alejandro Wall y Fernando Cacurri. Viernes 25 de abril a las 23 en Café Berlín, San Martín 6656.