El 25 de abril se celebra la Fiesta de la Liberación de Italia del nazifascismo, la victoria sobre las fuerzas de ocupación nazis y el triunfo de la resistencia partisana sobre el fascismo, en 1945. A la vez, la fecha conmemora el inicio del proceso democrático y la recuperación de las instituciones italianas. La Liberación fue la semilla de la que brotó la actual Constitución italiana, cuyos principios fundamentales surgieron de la necesidad de prevenir el retorno de una situación política como la que propició el fascismo.

Este año, la conmemoración tiene un significado especial para la comunidad italiana e itálica en Argentina, en momentos en que la extrema derecha se encuentra en el gobierno tanto en Roma como en Buenos Aires.

Varios son los paralelismos entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente argentino Javier Milei. Así como Meloni se rehúsa a hablar de fascismo en conmemoraciones como las de la masacre nazifascista de las Fosas Ardeatinas y la Liberación, Milei rechazó referirse a la dictadura cívico-militar el pasado 24 de marzo. Ambos fomentan desde lo más alto del Estado un peligroso revisionismo de las épocas más oscuras de sus países. Ambos atacan a medios, periodistas e intelectuales críticos. Ambos recurren a una feroz represión del disenso contra estudiantes y trabajadores.

El declive de la democracia a nivel mundial también nos recuerda la importancia de seguir aprendiendo otra lección valiosa del antifascismo: la degradación de la democracia no se produce de un día para el otro, por lo que debemos ser capaces de detectar las señales.

Por eso, desde el Partido Democrático de Italia (PD) queremos hacer de esta nueva conmemoración la ocasión para una reflexión conjunta con los partidos, movimientos y personalidades que en Argentina se identifican con los ideales antifascistas que fundaron en 1946 la República Italiana y con los ideales democráticos de la recuperación del estado de derecho en Argentina en 1983, que sostienen hoy la vigencia del “Nunca más” a la violación de los derechos humanos y la dictadura.

Hemos querido simbolizar este empeño por la democracia y la plena vigencia de los Derechos Humanos. Es por ello que los invitamos a renovarlo con nosotros en la conmemoración de este año en el Espacio de Memoria y Derechos Humanos ex ESMA, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Sabemos también que para vencer al autoritarismo y a la opresión no alcanza con invocar el pasado: es necesario construir un futuro mejor. El PD tiene el compromiso de trabajar con los ciudadanos de Argentina, de América y del mundo a quienes los mueven los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Ya lo dijo Vera Vigevani de Jarach, Madre de Plaza de Mayo que debió exiliarse en Argentina junto a sus familiares —antifascistas— después de las leyes raciales de 1938, al celebrar la Fiesta de la Liberación hace unos años: «El presente nos habla de indiferencia pero también de solidaridad, de odio desatado pero también de compromiso desinteresado, de esperanzas y energías destinadas a alcanzar objetivos dignos de nosotros seres humanos».

La Liberación es ante todo el deseo de una humanidad realizada y compartida. El compromiso para un futuro con mejores condiciones de vida, con más y mejor democracia. Hoy más que nunca recordamos el augurio de nuestro inolvidable compañero presidente del Parlamento Europeo David Sassoli: «A todos los que luchan por las ideas de democracia e igualdad social. A los que desobedecen cada día la intolerancia y la prevaricación. Feliz Liberación a todos».