En la breve semana que precedió al feriado de Semana Santa hubo comercios minoristas que recibieron listados de precios hasta el 20% más baratos que en tandas previas.
Los proveedores promocionan esos valores como «descuentos», pero los comerciantes ven correcciones forzadas por las enormes caídas de las ventas de los primeros meses del año.
Estas decisiones empresarias son una reacción a la profundización de la crisis económica y la pauperización de los ingresos de la población desembocaron en un derrumbe de las ventas del 27% en el primer bimestre, dato de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came).
El titular de la Federación de Almaceneros bonaerenses, Fernando Savore, resaltó en diálogo con Tiempo el caso de Arcor, que en la semana envió listas de precios entre el 15% y el 20% más baratos que en tandas previas. Otras empresas siguieron la misma línea con impacto en precios finales de galletitas, fideos, café y fiambres.
Savore destacó también la baja mayorista del azúcar, uno de los productos que más aumentó después de la asunción de Milei. El kilo de la marca Ledesma, que en diciembre llegó a costar $ 1300, el jueves pasado se comercializaba a $ 939, un 27% menos.
La interpretación de ese sector es que la industria está recalculando para recuperar ventas después del bajón de la primera parte del año.
Arcor fue una de las empresas que, a principios de marzo, asistió a la reunión en la que el ministro de Economía, Luis Caputo, pidió que paren de aumentar los precios de los artículos de la canasta básica.
A la firma también se le atribuye un conflicto con el titular de la federación alimenticia Copal, Daniel Funes de Rioja, quien, según circula en el sector, dejaría su cargo en los próximos días.
Por ahora, los menores precios que observan los almaceneros parecen limitados a ese rubro. Empresas que producen frescos aseguraron a este medio que no enviaron listas con precios corregidos por razones de costos.
Importaciones leves
La importación de alimentos y otros productos de consumo masivo, abierta por el gobierno, carece de volumen por ahora y está lejos de ser un factor de importancia, según las definiciones de almacenes, autoservicios y supermercados.
Las asociaciones de consumidores confirman lo que dicen los comerciantes y debaten sobre las intenciones del Ejecutivo en relación con la medida.
Claudio Boada, director de la Unión de Usuarios y Consumidores, planteó que, en un país de productores, la importación de alimentos «vendrá a destruir las cadenas de valor locales, las pymes, las cooperativas, las recuperadas y a facilitar el negocio de las grandes cadenas de supermercados que importan en forma directa y venden en sus propios locales».
El apoderado de Consumidores Libres, Ariel Caplan, coincidió en alertar sobre el beneficio de las grandes concentradas que actuarán como importadoras y se preguntó si la medida «aumentará la competencia y disminuirá los precios o concentrará más la comercialización y los subirá. Por ahora es una incógnita que va a ser difícil de revelar porque la Secretaría de Comercio liberó a las empresas de la obligación de informar los precios».
El presidente de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), Pedro Busetti, agregó que en caso de que se desarrolle la medida los productos de importación no impactarán en la oferta de los comercios de proximidad, que son el 65% del mercado de consumo masivo.
Busetti advirtió que las verdaderas causas del alza de precios son la devaluación de la moneda, el aumento de tarifas y combustibles: «Es evidente que la corrección de los precios llega a su límite cuando los bolsillos de los consumidores están exhaustos. Caputo puede decir que en marzo cae la inflación, sin embargo, los aumentos anunciados para abril de energía eléctrica, gas natural y agua y saneamiento tornará inevitable la corrección de precios. El panorama es recesión con aumento de precios». «