Después de varias semanas de especulaciones, finalmente el Gobierno convocará a sesiones extraordinarias en el Congreso. El llamado se oficializará en las próximas horas en el Boletín Oficial y, tal como informó este medio días atrás, las mismas tendrán lugar entre los últimos días de enero y los primeros días de febrero. Aunque admiten que todavía no cuentan con los votos necesarios para avanzar en línea recta con todos los proyectos, el oficialismo jugará a fondo y no descarta convocar a bloques aliados en los próximos días para aceitar las negociaciones.

El temario que propondrá el Ejecutivo es abultadamente ambicioso. En apenas treinta días de sesiones, el oficialismo buscará tratar la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO); un reformado proyecto de Ficha Limpia intervenido por el propio presidente; la Ley de Reiterancia y Anti-Mafia impulsadas por Patricia Bullrich; juicio en ausencia y la discusión de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para llegar a la Corte Suprema de Justicia.

El nombramiento de los jueces es el plato fuerte de estas sesiones. Como relató Tiempo semanas atrás, sobre el filo del cierre de la actividad parlamentaria el gobierno logró conseguir las nueve firmas necesarias para habilitar la discusión del pliego de Lijo en el recinto. Aquella bocanada de aire la entregó el sello de la senadora kirchnerista, Lucía Corpacci, quien con su firma echó luz en los vínculos subterráneos que el oficialismo mantiene con el peronismo desde hace meses. Esta relación paralela le costó a los libertarios el enojo del PRO, que desde hace meses intenta hacer equilibrio entre mantener su identidad y ser el furgón de cola de las Fuerzas del Cielo.

La carpeta de García Mansilla no tuvo la misma suerte. El catedrático no sólo junta rechazos dentro del peronismo por su afinidad con el libertarismo, también fue cuestionado por otros sectores del parlamento por no tratarse de una mujer. El abogado fue seleccionado para reemplazar la banca que dejó libre Elena Highton de Nolasco, por lo que gran parte de la oposición esperaba que fuese una jueza quien reemplace a la histórica magistrada. “No pensamos la elección entre hombres o mujeres, elegimos el perfil que mejor encaja para la Corte”, se justificaban meses atrás en el gobierno.

A pesar de reconocer que no tienen los votos necesarios para avanzar, el oficialismo está dispuesto a completar el máximo tribunal antes del inicio del período ordinario en marzo. “All in, siempre”, dijo a Tiempo envalentonado un operador libertario. La estrategia será correr tanto por derecha como por izquierda a todos los bloques parlamentarios para presionarlos a votar los dos pliegos, aunque sea a regañadientes. En concreto, el gobierno espera que el peronismo cumpla con su palabra de votar a Lijo y, al momento de iniciar la votación por García Mansilla, ausente a algunos de sus senadores para modificar la suma total de los dos tercios necesarios para habilitar la discusión en el recinto. 

En cuanto a las PASO, proyecto que busca aprobar desde mediados del año pasado, el oficialismo cree tener el camino más allanado. Con la decisión de Jorge Macri de deshabilitar estas elecciones en la Ciudad y el guiño del peronismo cristinista para, al menos, suspender el proceso por este año, el oficialismo confía en que conseguirá las voluntades necesarias para modificar el calendario electoral. Sin embargo, anticipa que 

La fecha final del período extraordinario se terminará de definir en las próximas horas, pero en el gobierno creen que podría cerrarse entre el 15 de enero y 15 de febrero. Así lo estimaron el miércoles por la tarde el jefe de gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial, Santiago Caputo, en la reunión que mantuvieron en el despacho del primero por más de una hora. La palabra final la tendrá el presidente Javier Milei quien, una vez definido, habilitará a su secretario legal y técnico, Javier Herrera Bravo, a publicar la resolución en el Boletín Oficial.

A pesar del envalentonamiento, una traba edilicia trunca las intenciones del oficialismo de sesionar lo más pronto posible. Desde diciembre, con la confirmación del propio gobierno de que no habría extraordinarias, el presidente de Diputados, Martín Menem, habilitó reformas de mantenimiento en el recinto. Las remodelaciones implican cambios en el sistema tecnológico y eléctrico de la Cámara que, según especificaron fuentes oficiales, no son actualizados desde hace más de dos décadas.

El trabajo comandado por la Dirección General de Informática y Sistemas tiene fijada como fecha de finalización de obra el 31 de este mes, al menos dos semanas después de los deseos de la mesa chica libertaria. Ante la consulta de este medio sobre la posibilidad de retrasar el inicio de las sesiones por este hecho, desde el gobierno se limitaron a responder “veremos”.