Durante la última edición de Expoagro 2025, los empresarios del sector anunciaron “genética de avanzada, digitalización y manejo agronómico eficiente”. Se trató de un “monumental despliegue de tecnologías, negocios y oportunidades”, según informó el diario La Nación, cuyos accionistas son, junto con los de Clarín, actores principales y organizadores del evento. No solo tienen la vaca atada: también controlan los principales medios que instalan un “sentido común” en la sociedad, muchas veces –como en este caso– contrario a los intereses de las mayorías.

Como contraparte, en la mesa de los argentinos cada vez es más difícil garantizar la alimentación elemental. El dilema está a la vista: agronegocio para un puñado de millonarios mientras el Estado retira el apoyo y la promoción de cooperativas de base y pequeños productores, que son quienes trabajan la tierra y proveen de alimentos a las verdulerías y mercados de todo el país. El otro campo, el campo que alimenta.

Expoagro fue el escenario que el presidente Javier Milei eligió para apoyar la estrategia de represión a la protesta social que cada miércoles ataca a nuestros jubilados y jubiladas y el 12 de mayo dejó en estado crítico al fotógrafo Pablo Grillo. Allí estuvieron Patricia Bullrich y Manuel Adorni. La escena poco tuvo que ver la cuestión agraria. Funcionarios y empresarios ignoraron el problema central: la creciente crisis que se ve en los índices de consumo de alimentos, que caen de manera sostenida mes a mes.

El lujo en Expoagro 2025, contracara de la crisis alimentaria que padecen los argentinos
Javier Milei en Expoagro, junto a José Luis Espert y Patricia Bullrich

Más allá de Expoagro

La contracara de esa fiesta para pocos es la carencia para muchos: hay precios desbocados de productos básicos como la papa o la lechuga, que no encuentran freno. Es cierto que hay cuestiones climáticas que inciden en los precios elevados: una ola de calor afectó la producción de lechuga y las inundaciones afectaron la cosecha de papas. Pero eso no es del todo novedoso: si bien el cambio climático agrava los daños, lo distintivo de este último tiempo es que el gobierno eliminó todo atisbo de políticas públicas destinadas a compensar situaciones como las que se están viviendo.

La producción frutihortícola garantiza la alimentación de la mayoría del pueblo. Por eso, para potenciar esa labor, la Mesa Agroalimentaria Argentina (MAA) elaboró un Plan Nacional de Abastecimiento Frutihortícola, aunque difícilmente pueda prosperar durante un gobierno como el actual.

No es el único proyecto que elaboramos. A lo largo de 2023 presentamos el “Programa Agrario para el Alimento” con propuestas de leyes a nivel nacional como la ley de Acceso a la Tierra, la ley de Arrendamiento Rural, la ley de Protección de Territorios de Familias Campesinas e Indígenas, la ley de Segmentación Impositiva Agraria, la creación de una Empresa Pública de Alimentos, un Plan de Financiamiento Cooperativo, un Programa Nacional de Impulso a la Agroecología y un Plan Nacional de Creación de Mercados de Cercanía.

El lujo en Expoagro 2025, contracara de la crisis alimentaria que padecen los argentinos
Javier MIlei y Guillermo Francos en Expoagro
Foto: Prensa Expoagro

Sin embargo, mientras se sigan priorizando políticas que benefician a los grandes actores del agronegocio como los que se reunieron en Expoagro, y se siga eliminando la promoción de tecnologías para garantizar otro modelo agroalimentario, el panorama seguirá siendo desigual.

Por eso luchamos para revertir esta situación: aspiramos a que las familias productoras sean reconocidas por su trabajo y también por el rol indispensable que tienen en producir los alimentos destinados a toda la población.

* Dirigente de la UTT y de la Mesa Agroalimentaria Argentina