Los europeos volvieron a recibir un cachetazo a su orgullo de su principal socio de seguridad en una conversación que se hizo pública y, como hace once años, eligieron un silencio temeroso a la espera de alguna explicación de la Casa Blanca. Fue a raíz de una publicación en la web de The Atlantic de un intercambio de mensajes en la plataforma Signal entre los altos cargos del gobierno de Donald Trump acerca de un ataque de las fuerzas estadounidenses a Yemen. En el cruce de chats, el vicepresidente, J.D. Vance, se muestra en desacuerdo con el bombardeo que proponen el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el y el consejero de Seguridad Nacional, Michael Waltz. Lo más jugoso es el argumento de Vance: “Sólo el 3% del comercio estadounidense pasa por el canal de Suez, mientras que el 40% del comercio europeo lo utiliza (…) detesto tener que rescatar a los europeos otra vez”, reflexiona el vice, en referencia al bloqueo de los hutíes en el mar Rojo en apoyo a los palestinos, que padecen las continuadas masacres de las fuerzas israelíes en Gaza. En la Franja, la ofensiva israelí posterior a su ruptura del alto el fuego, ya causó casi mil muertos, que se suman a los más de 50.000 desde el 7 de Octubre de 2023.

“Comparto plenamente el rechazo a los vividores europeos (european free-loading). Patético”, considera Hegseth en respuesta a Vance. En febrero de 2014 la entonces subsecretaria de Estado para los asuntos europeos de Barack Obama, Victoria Nuland, que estaba tejiendo los últimos trazos para el golpe contra el presidente ucraniano Viktor Yanukovich, le espetó al entonces embajador en Kiev, Geofrey Pyatt, que planteaba sus dudas sobre los aliados: “que se jodan los europeos”.  Esa vez la filtración se atribuyó a los servicios de inteligencia rusos. Ahora, a la torpeza de alguien que incorporó al grupo Houthi PC -de los funcionarios dedicados al tema Yemen- a Jeffrey Godlberg, editor en jefe de la revista, fundada en 1857.

El escándalo por la primicia de Golberg saltó porque en el chat figuraba detalladamente el ataque a un edificio en Sanaá, la capital yemenita, en la que se suponía estaba un líder hutí. Si bien el material vio la luz con posterioridad, el hecho de que un periodista pudiera tener acceso era de por si un riesgo de seguridad importante. Pero además, fue un operativo con una veintena de víctimas civiles, lo que implica un crimen de guerra. El martes debieron comparecer ante la comisión de Inteligencia del Senado la titular de la Dirección Nacional de Inteligencia, Tulsi Gabbard, y de la CIA, John Ratcliffe, para responder por lo que se entiende como un comportamiento imprudente de los responsables de la seguridad estadounidense. Tanto Gabbard como Radcliffe fueron cuestionados a la hora de recibir el respaldo legislativo a sus nominaciones, un mes antes. Ambos son críticos del funcionamiento de eso que el presidente llama “estado profundo”. Waltz asumió la responsabilidad por la incorporación de Goldberg al grupo, aunque asegura que investigará de dónde vino la invitación. ¿Será una factura de los tantos funcionarios de todos los estamentos estatales que pierden su trabajo bajo la motosierra de Trump y Elon Musk?

En todo caso, los europeos ya están sintiendo el abandono del 47º presidente y este jueves volvieron a juntarse, ahora en Paris y convocados por Emmanuel Macron, para ultimar detalles de una coalición de “dispuestos” a defender a Ucrania. La voz cantante la llevan en mandatario francés y el primer ministro británico, Keir Starmer, quienes muestran en cada nueva movida su disgusto por haberse quedado afuera de la mesa de discusiones sobre un posible acuerdo de paz en Ucrania. Y hablan de juntar 37 países, entre miembros de la UE y de la Mancomunidad para sostener a Volodimir Zelenski con fondos, armas y tropas. Lo que eleva el riesgo de una guerra directa con Rusia. En el origen de esta operación militar rusa está la estrategia de los neoconservadores enquistados en el Partido Demócrata, que desplegó Nuland y de la que fue clave su esposo, Robert Kagan.

El otro despechado en este acercamiento de Trump con Vladimir Putin, Zelenski, llamó a una cumbre de jefes de los Estados Mayores de sus aliados para elaborar los planes en torno al despliegue de contingentes en territorio ucraniano. Hay varios problemas en esta cumbrecita: uno es que ya hubo avances entre rusos y estadounidenses en la capital saudita para un cese el fuego y una “navegación segura” por el Mar Negro. Otro, que en una visita a un astillero para la botadura de un submarino nuclear de cuarta generación, en Múrmansk, Putin insistió en que no reconoce al gobierno ucraniano porque el presidente tiene el mandato vencido. “Esto significa que no está claro con quién firmar documentos, ni está claro qué validez tendrían esos actos, porque mañana llegarán nuevos líderes. Y formaciones neonazis, como Azov, están empezando a dirigir el país”. De tal manera que propuso establecer un gobierno de transición como se ha hecho en Timor Oriental, en Papúa Guinea y en Yugoslavia, bajo los auspicios de la ONU, Estados Unidos y Europa, “que garantice la realización de elecciones democráticas y llevar al poder a un gobierno capaz, que goce de la confianza del pueblo”. 

Desaire a Marco Rubio por meterse con los médicos cubanos

El secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, no perdió ocasión este miércoles de criticar el programa de trabajadores en el extranjero que mantiene el gobierno de la patria de sus padres, Cuba, y dijo que se trata de «trabajos forzados». Fue en la primera escala en su gira por el Caribe, en Kingston, la capital de Jamaica. Si bien era claro el mensaje sublimilar en contra de las autoridades de la revolución cubana, se puso en delegado no elegido de los profesionales que hace tiempo participan en con beneplácito de las autoridades jamaiquinas.

«Lo primero es separar los problemas médicos de los laborales que estamos señalando, ¿de acuerdo? No se trata de médicos. No se trata de la prestación de asistencia médica», dijo en una conferencia de prensa junto al primer ministro jamaiquino, Andrew Holness. «En general, el problema del programa es que el régimen no les paga, les retira los pasaportes y, en muchos sentidos, se trata de trabajo forzoso. Y eso no lo podemos apoyar. Repito, no me refiero a este caso en particular, sino al programa en general».

Tranquilo, aunque algo incómodo, Holness dijo que «los médicos cubanos en Jamaica han sido de gran ayuda» debido al «déficit de personal sanitario» que sufre, y afirmó que tiene «mucho cuidado de no explotar a los médicos cubanos que se encuentran» en el país y rechazó «cualquier descripción del programa por parte de otros. Nos aseguramos de que sean tratados conforme a nuestras leyes laborales y se beneficien como cualquier otro trabajador».