Cuando estos días le preguntaron qué otra cosa podía hacer su administración para prevenir matanzas como la que ocurrió esta semana en una escuela del estado de Georgia, el gobernador Brian Kemp respondió que no era momento para «hablar de política o de políticas» sino de pedir a todo el mundo que mantenga a los georgianos en «sus pensamientos y sus plegarias». A pesar de la referencia inmediata, Kemp no parece relacionar la masacre de un adolescente de 14 años que mató a dos alumnos y dos docentes en el Apalachee High School de Winder, con la línea extrema de libre portación y uso de armas de la que él hizo bandera desde que se lanzó a la vida política. Kemp gobierna desde 2019 un estado que entre 2006 y 2023 padeció cerca de 30 masacres de este tipo y asegura que en su gestión se invirtieron «tremendas cantidades de dinero en seguridad en las escuelas». Sin embargo, su mensaje público apunta a un tipo de seguridad muy arraigada en la derecha: la interpretación extrema de la segunda  enmienda constitucional que los gunners esgrimen como un instrumento de libertad y garantía de autodefensa.

Este autodefinido «hombre de negocios» republicano que supo estar enfrentado con Donald Trump pero ahora es su aliado electoral, hizo campaña para su primera elección con una escopeta de doble caño, al lado de su futuro yerno, a quien prácticamente apuntaba como si debiera quedar claro quién tiene el mando.

Ya en el gobierno, Kemp registra un historial de leyes y disposiciones a favor de la libre circulación y portación de armamento, además de las declaraciones públicas en sintonía. En 2022 promulgó una ley que permite a los residentes de Georgia portar un arma oculta sin necesidad de licencia ni antecedentes, lo que celebró como una expansión de derechos que brindó a los georgianos la posibilidad de «defenderse sin tener que pedir permiso al Estado».

El Estado de Georgia no tiene registros universales de compras de armas. De hecho, Kemp fue elogiado por la también extrema Asociación del Rifle (NRA) cuando el gobernador prohibió el uso de códigos específicos en los procesos de pago en las compras de armas y municiones, de manera de volverlo imposible de rastrear. Para la NRA se trató de «una protección importante para propietarios de armas, que protege la información de una compra privada del abuso de terceros».

En abril de 2021, los abogados del Centro Legal Gifords para la prevención de la violencia armada calificó al gobernador con una F, la nota más baja similar a un 1, por no haber impulsado ninguna ley de control de armas ese período legislativo, sino todo lo contrario. Para Kemp fue una cucarda. «Voy a portar esta F como una medalla de honor», dijo entonces. «Nuestra segunda enmienda es sagrada y nunca retrocederé en defender los derechos constitucionales de los georgianos», completó.

Mientras se escribía esta nota, circulaba la noticia de que un estudiante había matado a tiros a otro tras una disputa en un colegio de Maryland. La relación entre asesinatos entre jóvenes (niños, en casos) y la tenencia y portación ultraliberada no parece no estar conectada. El viernes, los investigadores detuvieron y tomaron declaración al padre de Colt Gray, el adolescente acusado de matar a cuatro personas y herir a nueve con un rifle de asalto semiautomático, a quien también atribuyen responsabilidad en el crimen. Al padre de Colt, Colin Gray, de 54 años, lo acusan de asesinato involuntario en segundo grado. Ambos enfrentan una posible perpetua, ya que Colt será tratado como adulto en el juicio, aunque su minoría de edad sólo lo exime de la pena capital. Todavía no está esclarecido cómo el arma llegó a sus manos, pero trascendió que su padre se la habría «regalado» en unas vacaciones pasadas. El juez que lleva el caso, Currie Mingledorff, considera que Gray consintió la tenencia del arma, lo que lo vincula indirectamente con la masacre.

Hace un año, el FBI había abierto un caso con este mismo adolescente, cuando tenía 13 años, por la posible amenaza de efectuar un tiroteo en su escuela, según había publicado en Discord, una plataforma de redes sociales popular entre los videojuegos. El caso se detalla en un informe distribuido el jueves por la sheriff del vecino condado de Jackson, Janis Mangum. El adolescente fue entrevistado después de que la comisaría recibiera el aviso del FBI, pero las pruebas contradictorias sobre el origen de la publicación impidieron a los investigadores realizar un arresto. Cuando un investigador de Jackson entrevistó a Gray, su padre dijo que el niño había lidiado con la separación de sus padres y que a menudo lo molestaban en la escuela. El adolescente disparaba frecuentemente y cazaba con su padre, quien lo fotografió con sangre de venado en las mejillas. La pista del FBI apuntaba a una cuenta de Discord asociada con una dirección de correo electrónico vinculada a Colt Gray, según el informe. Pero el niño dijo que “él nunca diría tal cosa, ni siquiera en broma”, según el informe del investigador. El adolescente dijo que dejó de usar la cuenta unos meses antes de que fuera “hackeada”.