El gobierno de España no participará de la toma de posesión de la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, el 1 de octubre próximo, en rechazo a la exclusión del rey Felipe VI de la ceremonia.

El Gobierno considera «inaceptable» que no se haya invitado al rey y por ese motivo ha decido no participar en la ceremonia a ningún nivel, según informó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

El caso generó una disputa dentro del movimiento Sumar, el ala izquierda y miembro minoritario de la coalición de gobierno que preside Pedro Sánchez, en que algunos diputados se quejaron de la decisión oficial.

El portavoz parlamentario de IU en Sumar, Enrique Santiago, afirmó a través de ‘X’ que vuelven a comprobar que «la monarquía es una anacrónica carga que nos da problemas cuando no ruboriza».

«Mal ejemplo de diplomacia exigir al anfitrión de la fiesta a quien tiene que invitar a su casa España estaría muy bien representada por autoridades elegidas democráticamente», cuestionó la decisión de Exteriores.

No obstante, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, principal exponente de Sumar en el gobierno, ya anunció que no asistirá a la asunción, para estar en línea con el Ejecutivo al que pertenece.


Por su parte, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, justificó que el Rey no sea invitado a la investidura de Sheinbaum, esgrimiendo que «avergonzó a España» en la toma de posesión del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y que es «un problema» para las relaciones internacionales basadas «en el respeto» y «los Derechos Humanos».

«El Rey avergonzó a España en la toma de posesión de Gustavo Petro y ahora no le invitan a México. Aunque el facherío patrio se enfade, el Rey es un problema para las relaciones internacionales basadas en el respeto y los Derechos Humanos y no en la corrupción», sentenció la dirigente de la formación morada también en un mensaje en X, haciendo referencia a cuando Petro exhibió en su investidura la espada de Simón Bolívar y don Felipe no se levantó.

El derechista Partido Popular, en cambio, sintonizó con la postura oficial. El portavoz del PP, Borja Sémper, dijo ante periodistas que el rey «es el representante, lógicamente y si su majestad el Rey no está invitado, España no está invitada. Respeto a su majestad el Rey y un respeto a España«.

Los cruces entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, AMLO, y el español tienen larga data. El último fue en marzo de este año, Claudia Sheinbaum, entonces candidata presidencial por la coalición oficialista Sigamos Haciendo Historia, le pidió al presidente español, Pedro Sánchez, no opinar sobre los comicios en el país latinoamericano.

En ese entonces, el mandatario de España se reunió con el dirigente nacional del Partido de la Revolución Institutional (PRI), Alejandro Alito Moreno, y, posteriormente, manifestó su preocupación por el proceso electoral del país latinoamericano.

En 2022 López Obrador volvió a poner el foco de sus críticas sobre España y puso «en pausa» las relaciones bilaterales, tras reponer un reclamo que venía de años anteriores, desde que llegó al cargo en diciembre de 2018.

El mandatario envió en marzo de 2019 una carta al monarca reclamando que «el Estado español admita su responsabilidad histórica» por las ofensas cometidas durante la conquista y «ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan», una petición que nunca obtuvo respuesta.

Don Felipe ha venido asistiendo tradicionalmente a las inauguraciones de los presidentes iberoamericanos, primero como Príncipe de Asturias y luego como Rey, aunque en algunas ocasiones y por distintos motivos, la representación ha recaído en otro alto cargo del Estado.

BB con Sputnik y Europa Press