Se intensifica la ola de robos en escuelas porteñas y, mientras la comunidad educativa reclama que Soledad Acuña vuelva a designar a los caseros, el ministerio de Educación insiste con la instalación de cámaras de seguridad dentro de las aulas. El pasado 23 de junio, Tiempo se hizo eco de la denuncia de dos establecimientos educativos que fueron víctimas de robos.
En la Escuela Dorrego N° 6 DE 10, también del barrio de Saavedra, los delincuentes ingresaron el fin de semana largo por el día de la bandera y se robaron dos bombas de agua y todas llaves de bronce de la institución. También la escuela Primaria N° 15 Manuel Antonio Acevedo, ubicada en el barrio de Coghlan, sufrió el robo de más de 100 computadoras. Días antes, desvalijaron el histórico Normal 10 de Belgrano: se llevaron más de 100 notebooks, vaciaron oficinas y el buffet.
La semana pasada, la Escuela N° 15 Provincia de Santa Fe D.E. 10 del barrio de Saavedra, ubicada en Vidal y Pico, fue víctima del robo de 60 notebooks que los chicos utilizaban dentro del establecimiento para trabajar en clases. Los delincuentes ingresaron por una ventana rota que la comunidad educativa hace años exige al gobierno porteño que la venga a reparar.
“Una vez dentro, rompieron la cerradura de un aula donde estaban guardadas las computadoras. El auxiliar que abrió la escuela a la mañana vio la puerta rota entre otros destrozos y llamó a la policía. Se hizo presente un funcionario del ministerio de Educación y otro de la cartera de Seguridad”, cuenta a Tiempo Paula Isacovich, vicepresidenta de la cooperadora escolar.
La mujer recordó que el representante del ministerio de educación dijo que es muy probable que los delincuentes vuelvan a ingresar a la escuela a llevarse el resto de las computadoras. “Entonces ahí empezó a apurarse la dirección de mantenimiento de edificios escolares para ver qué podían arreglar de todo lo que veníamos denunciando desde hace años, porque la escuela tiene un montón de falencias edilicias que no las arreglan desde hace muchísimo tiempo”, agrega Isacovich.
“De hecho el robo tiene que ver con una de esas falencias, porque el ascensor de la escuela no soporta el peso del carrito con las computadoras, entonces, hay computadoras que se guardan en un aula segura que tiene una alarma en el primer piso, y estas que se robaron estaban en planta baja, porque si quedan todas arriba los estudiantes de abajo no las podrían usar, muchos de esos niños y niñas tienen movilidad reducida”, destacó.
Desde la escuela aseguran que la cartera educativa que conduce Soledad Acuña, aún no se expresó sobre la reposición del material robado y mucho menos sobre designar a un nuevo casero que cuide el edificio cuando el edificio queda solo. A cambio, el ministerio de Seguridad porteño, propuso armar otra aula segura con alarmas y cámaras de seguridad en la planta baja. En principio, la idea es convertir en aula segura a la mapoteca, ponerle sensores y cámaras para guardar computadoras y otras cosas más de valor como proyectores.
Escuelas con computadoras: Una tentación para los delincuentes
No es algo nuevo, los robos en establecimientos educativos porteños se profundizaron durante la segunda gestión de Rodríguez Larreta. La falta de caseros en escuelas y la carencia de seguridad en los diferentes barrios, son parte del problema, pero, además, los delincuentes saben que desde hace algunos años dentro de los establecimientos educativos hay miles de computadoras.
Pero ¿por qué las computadoras están en las escuelas y no son entregadas a los estudiantes como se hace en la provincia de Buenos Aires y en casi todas las jurisdicciones? En 2018, el ex presidente Mauricio Macri, desarticuló el programa Conectar Igualdad creado durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en 2010, con el objeto de reducir la brecha digital y mejorar la calidad de la educación pública secundaria.
El plan entrega una netbook por chico; cuando el alumno egresaba, se la quedaba. Hasta 2015 se habían entregado 5.315.000 computadoras a docentes y estudiantes en 11.573 escuelas secundarias. Su éxito obtuvo el suficiente consenso como para que, durante la campaña electoral, Mauricio Macri afirmara que iba a mantenerlo. Pero al comenzar su gestión inició un proceso de vaciamiento: desarticularon con despidos el área central en el Ministerio, y dejaron que cada provincia decidiera si quería continuar con el programa.
El Plan Sarmiento, hijo del Conectar Igualdad en la Ciudad de Buenos Aires, también entregaba computadoras a estudiantes pero, a tono con la decisión de Macri a nivel nacional, Rodríguez Larreta, aprovechó la movida para ajustar en el sector y también suspendió la entrega de computadoras a estudiantes. A cambio modificó el formato: Pasó de la entrega de computadoras en mano a «Escuela Equipada». En lugar de entregar 500 computadoras a 500 estudiantes de una determinada escuela, envía apenas 100 notebooks para todo el alumnado y las deja dentro de los establecimientos. A partir de esa decisión, cientos de escuelas porteñas fueron vandalizadas con el objetivo de robarse las computadoras y venderlas en el mercado ilegal