En vísperas del Día Internacional de la Mujer, el comandante general de los Marines estadounidenses, el general Robert B. Neller, se vio obligado a emitir una declaración pública tras el escándalo que causó la difusión no consentida por la red Facebook de fotos de integrantes desnudas de esa fuerza naval.
Neller sostuvo en su declaración difundida en las últimas horas del domingo que la fuerza militar que comanda depende de la «confianza y el respeto» y que se investiga para determinar quiénes han sido responsables de la publicación de fotografías de mujeres de la fuerza naval desnudas.
Un condecorado sargento, veterano de Irak y Afganistán, Thomas James Brennan, fue quien reveló el sábado en su sitio web de información sobre asuntos militares la publicación de esas imágenes en Facebook.
Según recoge la revista Marines Corps Times, «las explosivas revelaciones» no sólo pueden afectar a centenares de militares, sino que además se han producido amenazas de muerte en las redes sociales contra Brennan por difundir la información, y a la familia del sargento.
Según la versión oficial, los Marines investigan las denuncias sobre la implicación de un «indeterminado número» de marines en actividad y veteranos en la distribución en una red social de imágenes de compañeras desnudas y también de otras mujeres, y donde además se promueve la violencia sexual.
El comandante de los Marines emitió su respuesta a través de su cuenta en la red Twitter, y pone en evidencia las dificultades castrenses para atajar los problemas de acoso y violencia sexual contra las mujeres militares.
Según Marine Corps Times, la comunidad donde fueron distribuidas esas imágenes tiene unos 30.000 miembros, principalmente de los Marines en activo y retirados estadounidenses, pero también británicos, indicó la agencia española de noticias Efe.
El Pentágono afronta así otro escándalo tras otros anteriores, como el de las violaciones de mujeres en las Fuerzas Armadas, lo que implicó a los investigadores del Servicio Naval de Investigación Criminal (NCIS, por sus siglas en inglés) y también a los capellanes del cuerpo. El portavoz de los Marines en el Pentágono, comandante Clark Carpenter, declaró a la revista que los investigadores no saben qué envergadura tiene la trama.
En el documento-guía de 10 páginas de la oficina de Asuntos Públicos del Cuerpo de Marines circulado entre los oficiales para afrontar el escándalo se apela a colaborar con los investigadores y denunciar cualquier hecho criminal.
También se ofrece a las mujeres que han resultado afectadas los cauces oficiales de comunicación con el inspector general del cuerpo, el canal de mando, Military One Source (línea de atención telefónica 24 horas) y los propios capellanes.
El impacto en la moral del cuerpo y la degradación de las víctimas son dos de los aspectos que cuestionan la integridad de los responsables del escándalo, entre otros aspectos destacados en el documento preparado para afrontar la crisis.