El fallo es una ofensiva fuerte contra la clase trabajadora. Es un claro ataque, al igual que el veto a la ley antidespidos. Lo hacen para devolver favores a la burocracia sindical, que está conteniendo al movimiento obrero. Esto nace en el temor de la burocracia a las organizaciones obreras clasistas y combativas.
Nosotros hemos logrado ganar un sindicato nacional, pero no miramos desde el costado; vamos a acompañar a los trabajadores precarizados que intentan luchar por condiciones dignas. Si las organizaciones han tomado fuerza es porque no tienen respuestas de las centrales obreras.
Esto se da en un contexto de aumentos, despidos, ajustes. No es casualidad. Evidentemente, va a haber reacción por parte de los trabajadores. Tanto la burocracia como el gobierno tratan de contener esta reacción. Las centrales sindicales se están reuniendo para contener a los trabajadores, no para liderarlos. En medio de la ofensiva del gobierno, intentaron sacar una ley antidespidos, se la parlamentarizaron y aun así, no salieron a realizar ninguna acción. No vemos para nada que las centrales se estén juntando para pelear. Sólo quieren que les devuelvan la caja de las obras sociales.
El objetivo de esta medida es hacer que la base de los trabajadores tenga temor a realizar acciones. Pero la historia nos dice que cuando se da este tipo de limitaciones, termina siendo al revés porque los trabajadores se levantan y terminan en grande movilizaciones sociales, como el Cordobazo.
Tampoco es cierto que democratiza y ordena la lucha obrera porque la mayoría de los trabajadores no está representada en organizaciones sindicales. La mayoría está precarizada, sin organización gremial y se empiezan a formar en grupos para empezar a luchar.
El fallo tal como está dado no es la última palabra. La última palabra la dan los trabajadores. Este fallo tendrá que pasar la prueba en lo concreto, en lo real. Ahí, veremos si los trabajadores van a dar marcha atrás o si van a seguir protestando. «
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