Una multitud se dirige del Congreso a Plaza de Mayo en defensa de la educación pública, en una movilización que comenzó como una gran Marcha Universitaria, en protesta por el ajuste salarial y el vaciamiento presupuestario de la educación superior –que cumple su cuarta semana de paro– pero que con el correr de las horas se transformó en el catalizador de otra jornada preocupante para las finanzas de los argentinos, cuyos reclamos exceden la cuestión universitaria y cuestionan directamente los desmanejos de la política económica del gobierno nacional y sus acuerdos con el FMI.
Con una paritaria sin salida y una oferta de pauta salarial para los docentes universitarios muy por debajo de una inflación que la brutal disparada del dólar torna imposible calcular, y con las 57 universidades nacionales acuciadas por un presupuesto menguante y costos de funcionamiento crecientes como producto del aumento en las tarifas de servicios públicos, la comunidad universitaria volvió a llevar su reclamo a las calles.
La concentración comenzó a las 17 frente al Congreso y una hora después inició la marcha hacia la Plaza, a pesar de la lluvia y el frío. En el año del centenario de la Reforma Universitaria, miles de docentes y estudiantes y un nutrido grupo de rectores están demostrando con una gran movilización la fuerte oposición de la ciudadanía al ajuste que el gobierno nacional opera sobre las universidades públicas y, en general, sobre todo el sistema educativo.
