La potencia de la voz de Leonardo Pastore envolvía con bravura tanguera el Salón Dorado de la Legislatura porteña: “…que solo no estás, si sabes buscar…”. La emoción ascendía al cenit en una tardecita desbordante de afectos. “…un faro en el mar que al brillar, te ayude a salir…”, entonaba el cantor, cuando el homenajeado ya se había erguido, micrófono en mano, y con toda la voz que le salía del alma acompañaba las últimas frases: “…te tiende su mano, te ayude a cumplir tu destino y te ilumine en tu camino”. Entonces fue la sala completa, chispas en el aire, la magia que genera el cariño, gritó el cierre: “…se llama amistad…”.
Ernesto Chequis Bialo devolvía la más edificante imagen de la felicidad. Ojos brillosos, sonrisa infinita, entrecruzaba sus manos y las llevaba a su pecho para abrazar a los cientos que habían desbordado el señorial recinto, simplemente para compartir el afectuoso agasajo al periodista nacido el 30 de septiembre de 1940 en la ciudad de Montevideo. “Personalidad Destacada en el ámbito del periodismo deportivo“, menciona la distinción por su trayectoria. El proyecto presentado por el diputado Alejandro Grillo había sido aprobado con el voto unánime del arco político de la cámara.
Sonreía y agradecía, Cherquis. Lo hizo en su emotivo discurso que finalizó al dedicarle la condecoración a Lucía, quien lo aguardaba desde la segunda fila. Su amor, quien lo apuntaló “para seguir contando historias hasta hoy”. Es que justamente, en su alocución concisa, potente, un vasto abanico de su recorrido, un vasto agradecimiento, en el que confesó la dificultad de “describir bajo emoción” y también, sobre su costumbre de que “con motivo de algún reconocimiento, el sujeto era el otro porque nuestra vida es el otro”.
Y concluyó, reconociéndose: “Soy un contador de historias, soy un contador de sueños”.
En una pantalla gigante, detrás suyo, se sucedían las imágenes del periodista en alguna de las múltiples redacciones que honró (la de El Gráfico, por caso) y con varios de sus entrevistados más ilustres (Maradona, Monzón, Pelé, Muhammad Alí, entre tantos otros). Agradeció el reconocimiento que vino de parte de la Ciudad poco después de recibir el diploma de manos de Alejandro Grillo, quien lo presentó como “un paradigma, principalmente del periodismo y de la cultura, un tipo con rigurosidad, objetividad, con una pluma privilegiada que pocos tienen”.
Lo aplaudían Julio Ricardo, Diego Horacio Fucks y Luana Viera, quienes retrataron al compañero y al maestro. El experimentado periodista, contemporáneo de Cherquis, lo calificó como “el más grande entre todos nosotros. Nos emocionó con el dibujo de los relatos de los hechos deportivos”. El Chavo recordó sus propios comienzos y el modo en que fue recibido en la mítica redacción de la calle Azopardo. A la vez advirtió que la distinción es “un acto de justicia que nos devuelve el amor por nuestra profesión”. Luana rememoró la llegada del periodista homenajeado a la redacción de Infobae, luego de haber pasado por la AFA. Lo aplaudía, además, un sinfín de familiares, colegas, amigos, deportistas. Se emocionaron Víctor Hugo Morales, Carlos Irusta, el Negro Dolina, el Gallego Fernández Llorente, el Polaco Caimi, el profe Signorini, Claudio Morresi, Leonardo Santoro y tantísimos más.
Leonardo Pastore había abierto la noche mágica, apareciendo de la nada, recorriendo el pasillo central, pocos segundos después del ingreso triunfal del maestro. “Barrio de tango, luna y misterio, calles lejanas, ¡cómo estarán!”, atronó el extraordinario cantante.
Podría haber evocado a las “redacciones lejanas, estudios de radios lejanas, set lejanos de tv, cómo estarán…”, regocijadas con el homenaje al hombre que recorrió muchas de ellas, que llegó a cubrir 144 peleas de boxeo por títulos del mundo, que fue biógrafo de Ringo Bonavena, de Carlos Monzón y de Diego Armando Maradona. Que fue profesor de la Universidad Católica Argentina y de varios otros institutos y que, ahora, a los 84 sigue trabajando como columnista en Infobae, en C5N y en Radio 10.
Cherquis sigue contando historias, pergeñando una pieza literaria tras otra.