La anaconda, el ofidio más grande de América. Sólo había visto esa culebrita en el campo. Cómo podía ser que tuviera el grosor que ahora tiene mi cuerpo, que se pudiera comer una vaca. Era impensable y daba mucho miedo. Bueno, el oficio más grande de América se desliza ahora con ojos de periodismo y lengua de políticos cobardes. Venezuela está sola. La anaconda se come todo lo que encuentra a su paso: un siervo, una vaca, una verdad.
Entre la cobardía y la complicidad los países de América (con la excepción de Brasil, Colombia y México) dejan sola a Venezuela a merced de Estados Unidos. Pocos hay que no se arrastren en el desfile obsceno de la obsecuencia: la mayoría se inclina ante los diarios liberales y las embajadas de América Latina. Eso también lo saben los políticos, y mucho más todavía los periodistas entrenados. Insistamos con el caso argentino: pensemos que Milei y Clarín, para tomar un ejemplo de la trastada del resto, jugaron con lo mismo en la Argentina. No fue hace 20 años. No podemos olvidarlo. Fue ayer. Cuántos meses hace que la Corte Electoral argentina emitía comunicado asegurando que no habría fraude, quiénes eran los denunciantes. Milei era el que le daba pasto a Clarín y La Nación para que se pronunciara con títulos canallescos de fraude. Qué hubieran dicho si ganaba Massa. Es tan grosera la trampa que caer en ella es un acto voluntario sólo por complicidad o cobardía. El avance del ejército de la mentira es implacable, arrasa con todo y los que van quedando vivos se ubican al final de la fila y empiezan a correr, andrajosos morales como son, detrás de ese ejército que va pisoteando todo y agita las mismas banderas de mentiras.
Surgen entonces algunas preguntas al lector, tal vez con respuestas implícitas.
¿Los intereses de Estados Unidos en Venezuela pasan por el petróleo? ¿Le consta que en Irak mató un millón de personas, colgó al presidente y se quedó con todo? ¿Y que detrás del ataque de la Unión Europea están las empresas que quieren hacer negocios en Venezuela? ¿Entiende que la oposición habló de fraude como todos los que saben que van a perder desde antes de las elecciones, como lo hacían en la Argentina, como lo hicieron en las últimas elecciones o como directamente lo hicieron en los Estados Unidos? ¿Le consta que el periodismo liberal internacional responde justamente a todos esos intereses?
¿Se dan cuenta que Machado es una farsante peor todavía que Guaidó, más violenta que Guaidó? ¿Advierten que ella y muchos opositores prefieren un gobierno instalado por Estados Unidos que uno propio de los venezolanos?
¿Se da cuenta que todo lo que sucede hoy en política internacional es digitado por los fondos económicos? ¿Advierte que la guerra entre el mundo y Rusia, por ejemplo, es manejada por los Grupos de Inversión, como BlackRock y compañía, que ya se quedaron con un tercio de las mejores tierras de Ucrania, para siempre, y con la reconstrucción de ese país?
¿Toma nota de todo lo que pasa internacionalmente? Al mismo tiempo: ¿pone en contexto la situación de Venezuela, o tan solo se deja llevar, como los políticos que se acobardan, como los periodistas que ya no sueñan con nada, por la idea de que todo lo que está ocurriendo en Venezuela, la muerte, si es verdad lo que dicen las ONG sobre las muertes?
¿Todo lo que ocurre en las calles de Venezuela será promovido por los que sienten que ganaron o por aquellos que son arrojados a una lucha fratricida diciéndoles que no perdieron, que vayan y peleen por un golpe de Estado? ¿Nos damos cuenta de todo esto?