«El año pasado con Mariana Enríquez -le dice a Télam Vanesa Bell– tuvimos la idea de juntar fuerzas y organizar una convocatoria para un evento/muestra pop up de obras inspiradas por los cuentos y novelas de Mariana. No nos esperábamos tanta respuesta ni recibir obra tan variada y de tan alta calidad. Nos entusiasmó pero también nos abrumó un poco, y ambas con mucho trabajo y otros proyectos nos dimos cuenta que no queríamos hacer algo mediocre a las corridas«. Por esta razón decidieron postergar el proyecto y relanzar la iniciativa para este año.
Vanessa Bell es escritora y periodista. A pesar de ser inglesa, tiene un interés particular en la arquitectura de Buenos Aires, razón por la que organiza tours y se interesa por los hallazgos arquitectónicos.
Con su mirada atenta y entrenada, además, descubre la riqueza de edificios que quizá pasan inadvertidos para la mayoría porque su estilo ha perdido vigencia. Además, es autora del Mapa brutalista de Buenos Aires, una guía que consigna los edificios de la ciudad que responden a ese estilo de los que algunos afirman que sólo le gusta a los arquitectos. La Biblioteca Nacional, diseñada por Clorindo Testa, es un exponente paradigmático de esta estética arquitectónica.
Enriquez y una muestra multidisciplinaria
La muestra a la que se convoca ante la inminente salida del nuevo libro de Enriquez está abierta a todo tipo de disciplinas: dibujos, óleos, acuarela, fotos, cerámica y también bordados, un vieja práctica considerada típicamente femenina que ha sido muy revalorizada en estos tiempos.
La idea es la mezcla de distintas disciplinas enriquecerá el conjunto. «Estamos abiertas a todo tipo de expresión artística. No queremos limitar su imaginación y se puede participar de cualquier lugar del mundo», afirma Bell.
Se creó un mail específico específico para la ocasión al que podrán enviarse los materiales: referidos a la muestra colaborativa: [email protected]
La frondosa imaginación de Enríquez seguramente será un incentivo para activar la imaginación de los artistas que participan de la muestra.
Como se sabe, la escritura de Enriquez está catalogada dentro del género “terror”, aunque este terror no está referido tanto a lo sobrenatural, sino que tiene que ver con los terrores cotidianos, con el lado absolutamente terrorífico que tiene la realidad.
En una entrevista realizada por Alejandro Menéndez Mora, para la revista de la Universidad de México, Enriquez aclara su relación con el género dentro del que se la clasifica: “El tema del pasado como fantasma y como herencia imposible de sacarse de encima es un tema que me interesa literaria y políticamente. Me parece que muchos de los cuentos refieren a la dictadura argentina y eso tiene que ver con que yo crecí en ella. Ahí tengo una mezcla de sensibilidad terrorífica que, por un lado, viene de la literatura que estaba leyendo en aquella época y, por otro lado, del terror absolutamente real e ineludible de aquellos años”.
Y agrega: “El pasado, cuando es traumático socialmente, como lo fue durante la dictadura, es imposible sacárselo de encima. Evocar esa realidad me resultaba fácil, incluso por el lenguaje de la propia dictadura. Para los argentinos, la dictadura es un trauma imposible de resolver, una cicatriz que no sana”.
La escritura de Enriquez así como su perfil está relacionado con lo gótico, con lo “dark”. Cada vez que llega a un país, según cuentan. lo primero que visita en su cementerio.
En último libro, Un lugar soleado para gente sombría, que aparecerá en marzo, Enríquez elige el género cuento y ofrece doce relatos de horror en los que el mal acecha en todas partes, tanto en las grandes ciudades como en los pequeños pueblos.
Sin duda, su imaginación es estimulante no sólo para aquellos artistas que comparten su estética en sus propias obras, sino también para aquellos que deben hacer la experiencia de salir de su propio mundo para entrar en otro.
Por esta razón, la muestra colaborativa promete ser muy interesante. A esto se suma que la libertad para crear obras a partir del mundo literario de Enriquez es total. Los participantes podrán inspirarse tanto en sus cuentos como en sus novelas y crear a partir de ellos una obra propia.