Pese a querer consolidarse como un espacio antitético de «la vieja política», La Libertad Avanza no logra aún deshacerse del vicio de las siempre tentadoras internas. El alboroto que causó la intervención de Santiago Caputo en la entrevista que Javier Milei concedió en medio de las acusaciones de estafa por el caso $LIBRA todavía retumba dentro de la Casa Rosada.

Para Karina Milei, aquel accionar del favorito del presidente marcó un antes y un después en la relación que el trío cuida desde el 2021. La hermana presidencial, veedora indiscutida del poder político del primer mandatario, empieza a chocar con los métodos del cerebro libertario y, a su forma, deja saber su descontento con el aumento del poder del asesor.

Al igual que su hermano, Karina confió desde un principio en la figura del asesor. La relación simbiótica que lograron consolidar, y que el propio presidente sintetizó bajo el nombre de Triángulo de Hierro, habilitó a Caputo a tener un rol más que preponderante dentro de la gestión libertaria. El amante de las armas maneja desde su despacho la conducción política de la SIDE encabezada por Sergio Neiffert; el ministerio de Justicia, donde dispuso a su amigo Sebastián Amerio como verificador de la gestión de Mariano Cúneo Libarona, y otro tanto puñado de organismos claves para el manejo del Estado.

Aunque el crecimiento del poder de Caputo fue, en mayor medida, retroalimentado por la inexperiencia de los hermanos en gestión política, su omnipresencia en las áreas más sensibles de la gestión empieza lentamente a incomodar dentro del Gobierno. Si bien la cúpula está lejos de provocarse un autogolpe, lo cierto es que la hermana presidencial empezó a enviar señales más que contundentes contra el obrero del relato libertario.

Como dio a conocer este medio semanas atrás, el asesor en las sombras tiene por disposición expresa de Casa Militar -otros de los ravioles que controla la secretaria general- una guardia de seguridad montada en la puerta de su oficina en el Salón Martín Fierro. Aquella orden fue bajada por María Belén Agudiez, una de las secretarias privadas de Karina, quien instruyó al Coronel Mayor de Artillería, Sebastián Ibáñez, a limitar la circulación de periodistas por los alrededores del despacho del asesor.

Dueño de la lapicera rosquera del Gobierno, Caputo recibe a diario un sinfín de funcionarios y dirigentes -propios y ajenos- con los que se reúne para continuar ampliando la base política de una gestión con escaso territorio. Sin cámaras alrededor, decisión unilateral que se tomó desde adentro, la única manera de estar al tanto de los incesantes movimientos del despacho donde se cocinan gran parte de las medidas del Gobierno es estando ahí mismo.

Por esto, la hermanísima habría ordenado montar guardias rotativas de jóvenes agentes de seguridad para controlar la zona; una decisión que, alejada de ser un avance estrictamente direccionado a la prensa, hace base en la imposibilidad de supervisar por sí misma los movimientos del asesor.

Karina Milei y Santiago Caputo en las inmediaciones del Hotel Libertador.

El llamativo control, sin embargo, no se circunscribe únicamente al sector del primer piso ocupado por Caputo. En los últimos días, se pudo ver al asesor siendo escoltado por un guardia de Casa Militar mientras se dirigía a otras oficinas cercanas dentro la Casa y, en otra oportunidad, a uno de los jóvenes prestando inusual atención en la conversación que el Mago del Kremlin mantuvo con un funcionario en los pasillos, un accionar nunca antes visto en los más de 12 meses que el asesor lleva trabajando en Balcarce 50.

El TEG de los despachos

La salida de Eduardo Serenellini de la Secretaría de Prensa habilitó nuevos cambios en el organigrama comunicacional del Gobierno. Manuel Adorni, quien mantiene un muy estrecho vínculo con Karina, no sólo absorbió las competencias de su ex compañero de trabajo con quien, se decía, no se llevaba del todo bien. El vocero presidencial con rango de ministro aumentó sus competencias dentro de la secretaría, lo que también le valió un upgrade en su índice de locaciones.

En los próximos días, la voz oficial del gobierno empezará a utilizar las oficinas que ocupaba el vicejefe de gabinete, José Rolandi, en el Salón Martín Fierro, donde trabaja en tándem con la secretaria de Planeamiento estratégico, María Ibarzabal Murphy, íntima amiga de Caputo. La mudanza de «Cochi» responde, como todo, a una orden de Karina, quien pidió que el ingeniero y último bastión de la gestión del eyectado Nicolás Posse ocupara las oficinas que la Jefatura de Gabinete alquila en el edificio Shell.

Si bien la versión oficial alega redistribución de espacios para ocupar lugares vacíos, lo cierto es que desde hacía meses El Jefe aumentaba en silencio su descontento con la gestión de Rolandi, sospechado de continuar velando por los intereses de Posse, a quien conoció en su paso por Corporación América. Tanto así, que incluso circularon versiones que indicaban que Karina había ordenado eliminarlo del grupo de WhatsApp que comparte todo el Gabinete, una muestra de total desconfianza para con uno de los gestores de la Ley Bases y favoritos de Caputo.

Con la salida de Rolandi casi consumada, Adorni sumará una nueva oficina a disposición. Esta vez, a metros del epicentro del poder del consultor presidencial. Así, el vocero, quien también habilitó a su ladero Javier Lanari a ocupar una de las dependencias del primer piso, dejará de estar circunscripto al despacho que ocupaba en la planta baja del edificio de Gobierno, toda una demostración de fuerza en la puja subterránea por el control comunicacional que mantiene muy en silencio con el asesor.

Si bien desde el círculo de Caputo insisten en bajarle el tono a estas versiones, en las últimas semanas el amante de las armas redujo notablemente sus apariciones estelares dentro de Balcarce 50 y pasa largas horas en su despacho. Este vacío, sospechan varias fuentes, podría ser llenado por una voz más autorizada, que dejaría al apóstol de Jaime Durán Barba fuera del circuito de la comunicación, un golpe trascendental para el poder y la imagen de monje negro que supo construir.

El Triángulo de Hierro.
Foto: Presidencia

¿El fin del Triángulo de Hierro?

Pese a que cerca de la hermanísima niegan rotundamente la existencia de una interna, lo cierto es que, por acción u omisión, Karina habilitó a sus laderos a limar al cerebro de la gestión de su hermano mayor. El círculo concéntrico que rodea a la secretaria general más poderosa que la democracia tenga memoria avanza por debajo de la mesa contra Caputo, dando pequeñas pero contundentes muestras de poder que dejan al asesor en un llamativo segundo plano. La foto que consolidó la afiliación del asesor con ascendente en tuitero no fue más que una muestra gratis de ello.

Aquel trámite se selló en silencio, a escondidas y muy lejos del histrionismo con el que las figuras del ahora oficialismo se embanderan desde su irrupción en la política nacional. De la foto que difundió la cuenta oficial del partido, también participaron Pilar Ramírez y Eduardo «Lule» Menem, los encargados de aumentar el músculo político de la hermanísima en la Ciudad y a nivel nacional y alejar todo lo posible los acuerdos con figuras del PRO que se auspician desde el Salón Martín Fierro.

En el karinismo, están convencidos de que el oficialismo no debe entregarle ni un ápice de poder a los dirigentes que supieron estar comandados por Mauricio Macri, por lo que afirman que todo arreglo electoral deberá establecerse bajo sus bases y condiciones, una pésima noticia para Guillermo Montenegro, quien en la tarde del miércoles visitó a Santiago Caputo en sus oficinas. Quienes lo conocen, afirman que el intendente de General Pueyrredón está deseoso de dirigir las riendas electorales en el territorio costero desde la gestión nacional, un anhelo que El Jefe no está dispuesta a cumplir.

Así lo dejaron en claro día atrás cerca del círculo de la secretaria general ante este medio. «Montenegro puede sumarse a la gestión nacional como ministro de Justicia si quiere, pero eso no implica un acuerdo en Mar del Plata«, expuso por entonces una voz al tanto de la coordinación bonaerense, que no oculta la voluntad de los apóstoles libertarios de arrebatarle el control de General Pueyrredón al PRO e instalar a Alejandro Carrancio como próximo intendente del municipio.

Pese a que dentro del Gobierno insisten en disipar las versiones que indican una posible división en el Triángulo de Hierro, la avanzada es contundente. La foto que inmortalizó la afiliación de Caputo a LLA bajo la atenta mirada de Karina y sus armadores le puso el moño a un secreto a voces que pulula por los pasillos de Balcarce 50 desde hace varias semanas: el mago del Kremlin está rodeado.