¿Qué leen y cómo y cómo lo leen los lectores de editoriales independientes? A esa pregunta se abocó una encuesta realizada por el Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro (LM-EIDEAES/UNSAM). El informe tomó como referencia la Feria de Editores (FED) que se realiza anualmente en Buenos Aires.
Con el paso de los años, la FED logró consolidar un crecimiento notable, atrayendo tanto a nuevos lectores como a editores, a la par que fidelizaba a un público ya existente.
Desde su inicio en 2013 con un pequeño evento en FM La tribu, en el que participaron 15 editoriales, la feria se expandió tanto que tuvo que cambiar de espacio. Seis años después, se alojaba en Ciudad Cultural Konex, con más de 5200 metros cuadrados; durante los tres días que duró, llegó a acoger a 250 editoriales de toda Latinoamérica y se registró una concurrencia aproximada de 11 mil personas.
En la actualidad, ocupa un lugar destacado en la agenda cultural de Buenos Aires. Editores y lectores la esperan: es un punto de encuentro para vender, comprar, discutir y conversar sobre libros. En ese sentido, representa un “laboratorio ideal”, para estudiar intereses, preferencias y hábitos de lectura dentro del vasto campo de la edición independiente. Esa inquietud se persigue desde hace unos años en el equipo de organización de la FED. La encuesta es producto de esa inquietud.
Encuesta al Público: quinta edición
En el día de ayer lanzaron, en conjunto con investigadores de la UNSAM, la quinta edición de la Encuesta al Público. Los resultados de la investigación arrojan datos recopilados durante la feria de 2023, que tuvo lugar en el Complejo C Art Media. En el transcurso de los cuatro días de la FED, se realizaron 367 encuestas al público. “Considerando el número de asistentes (22 mil personas), la encuesta tiene un nivel de confianza del 95% y un margen de error de 5,6 por ciento”, se lee en la introducción del informe.
En diálogo con Tiempo Argentino, Alejandro Dujovne, investigador de Conicet y Director del Centro de Estudios y Políticas del Libro (EIDAES – SCCyT, UNSAM), destacó: “La primera cosa que se puede deducir de los resultados de la encuesta es que el lector asistente de la FED es diferenciado respecto a los datos que circulan sobre el público lector de Argentina -me refiero a la información brindada por la Encuesta Nacional de Consumo Culturales y los informes que existen sobre quienes asisten a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires-”.
Si bien hay una gran heterogeneidad de participantes, continuó el investigador, se pueden observar ciertas variables comunes: “El alto nivel educativo y, emparentado de manera directa con esto, los hábitos intensivos de lectura”, dijo. La encuesta arroja que el 95% de los concurrentes poseía estudios superiores. Entre ellos, el 59% tenía educación universitaria de grado; el 21%, estudios de posgrado; el 15%, estudios terciarios; y sólo un 5% poseía únicamente estudios secundarios.
“Se registra un público en formación o formado en disciplinas en las que tanto la cultura escrita e impresa como el vínculo con el mundo del libro son centrales, tanto en el estudio como para el desarrollo de la actividad profesional”, dice el informe y destaca, entre las profesiones, al periodismo, las ciencias sociales y humanas, las letras o la escritura, el rubro editorial, así como también el ámbito audiovisual o del diseño.
En cuanto a los hábitos de lectura, el investigador expresó: “es un público que tiene hábitos de gran asiduidad respecto a la compra y la lectura de libros. Esto también lo diferencia del común lector o asistente a ferias más grandes de Argentina y de Buenos Aires”. El 28% de los encuestados declaró haber leído más de 21 libros en el último año. Este porcentaje se refleja en las horas dedicadas a la lectura.
Un 34% de los asistentes declaró leer libros entre 2 y 5 horas a la semana; un 32%, entre 6 y 10 horas; un 28% está compuesto por lo que el informe denomina “lectores intensos”, aquellos que destinan 11 horas o más.
De manera anticipatoria, Dujovne aclaró a este diario: “Por supuesto, esto es hasta el año pasado, vamos a ver qué sucede en la próxima edición, no porque la gente no quiera comprar libros o leer, sino porque claramente estamos en una situación económica muy complicada y habría que ver cómo impacta”.
En principio, en el relevo de la edición anterior, se observa una gran cantidad de tiempo dedicado a la lectura. “Esto no es menor”, dijo el investigador, “nos habla del empleo del tiempo libre o el tiempo en general en un contexto en donde los consumos culturales se están transformando. ¿En qué medida otros productos o bienes culturales están compitiendo, o complemenándose -de acuerdo a cómo se lo mire-, con la experiencia de lectura de un libro? Ahí hay un tema para analizar, no tenemos una conclusión taxonómica, pero sí se puede ver un público diferenciado por estos rasgos”.
Encuesta: la relación entre los lectores y el mundo editorial
Otro de los interrogantes que indaga la encuesta tiene que ver con la relación entre los lectores y el conocimiento del mundo editorial. Destacan que un 59% de los asistentes conocía y demostraba un interés particular en una o más editoriales.
“Para la mayoría de las personas que asisten a la FED, las editoriales y sus catálogos funcionan como referencias a la hora de considerar la compra y lectura de un libro.
Este dato contrasta con un universo más general de lectorxs con una relación más indiferenciada con el mercado editorial y sus respectivos sellos”, dice el informe y apunta que las editoriales más reconocidas por el público pertenecen a la zona “independiente” del sector editorial nacional, es decir, “editoriales ya asentadas en el mercado, con más de quince años de funcionamiento, políticas editoriales reconocibles, catálogos definidos, un trabajo de comunicación profesionalizada y, en general, con proyección hacia el mercado interno y también externo, sobre todo a nivel regional”.
Entre las más nombradas por el público estaban Eterna Cadencia, Caja Negra, Siglo XXI, Godot y Blatt y Ríos.
Ahora bien, ¿por qué los lectores prefieren una editorial determinada? “Las alusiones al catálogo y a la selección de autorxs fue la razón más elegida y esto se dio en editoriales dispares entre sí: literarias, de no ficción, en su mayoría del universo de las “independientes” profesionalizadas”, dice el informe y agrega que “se destaca la posibilidad de ‘descubrir autorxs’, la ‘novedad’, publicar ‘autorxs rarxs’ y el ‘estar actualizadas’”.
Encuesta y comunidades imaginadas
Para Dujovne, una de las ideas más interesantes que se desprenden de la investigación está emparentada con el concepto de “Comunidades imaginadas”, de Anderson.
“Hay una suerte de comunidad imaginada -dice-que se funda en torno a la palabra impresa, a la cultura escrita, a la participación en ferias, en presentaciones de libros, la escucha de podcast, la visita a librerías…. en fin hay como una suerte de sistema cultural que va mucho más allá de los libros. Ellos son la base, son las piedras sobre la cual se construye todo lo demás”
Y agrega: “Uno tiende a pensar que la lectura se reduce al encuentro entre el lector y el libro, pero lo cierto es que hay una cultura del libro y esto es una idea que a mí me interesa mucho sostener, recalcar, reforzar. Tener una cultura del libro implica pensar en el modo en que leemos, el modo en que nos acercamos a la lectura, a los autores y autoras, a los libros en general. Todos estos eventos-rituales lo que hacen es meternos, acercarnos a un modo de entender la lectura, a construir cierto sentido alrededor de eso”.
La encuesta, entonces, brinda datos de estas “comunidades imaginadas” del ámbito cultural. “Es importante tener datos, no solamente de este público, sino en general de las prácticas y los hábitos de consumos culturales en Argentina”, dice Dujovne .
“Necesitamos conocer eso –añade-porque es el modo de tener mejores políticas tanto en términos de política pública como en otro tipo de políticas profesionales. Hoy en día, las grandes empresas de plataformas digitales tienen sistemas para conocer a su público. En el mundo editorial, se necesita también esa información para tener mejores políticas, no solo para que lean más personas sino para que puedan acceder a una mayor diversidad de libros, autores y autores. Hicimos esta encuesta con el fin de conocer mejor al lector y la lectora argentina”.
En diálogo con Tiempo, el editor de Godot, Víctor Malumián, expresó: “No tenemos mucha información pública del sector. No sabemos cuántos ejemplares se venden al año en el país, no sabemos cuál es el nivel de lectura per capita, no sabemos cómo es el acceso a los libros en los distintas ciudades del país. Este es un pequeño aporte, una mirada micro a un público particular que le resulta muy útil a las pequeñas editoriales y a todas las personas que están interesadas en el mundo de la lectura y la edición contemporánea”.
La presentación de la encuesta tuvo lugar en la jornada de ayer en el Centro Cultural de España en Buenos Aires. Del evento participaron Alejandro Dujovne, Ezequiel Saferstein, Víctor Malumián y Hernán López Winnie. Los resultados pronto estarán disponibles para el libre acceso del público en las redes de la Feria de Editores.